domingo, enero 13, 2008

Manola García Maldonado revive a Manuelita Sáenz

Quería ser corresponsal de guerra porque su tío había peleado con los republicanos en la fratricida conflagración española y conocía casi todas las vicisitudes de los combatientes. Se decidió por el bioanálisis después que le dio bilharzia y pudo contemplar un huevito del parásito transmisor en el microscopio del laboratorio. Y así fue. Se graduó como bioanalista, tras estudiar en el Instituto Nacional de Higiene, porque en la UCV no habían creado aún la escuela apropiada. Eso ocurrió en los años 40. Pero la vida le guardaba una grata sorpresa cuando degustó la película venezolana La balandra Isabel llegó esta tarde (1949) y quedó deslumbrada ante el trabajo de la actriz Juana Sujo. Tres años más tarde leyó un aviso de prensa donde la famosa comediante promocionaba unos talleres para aprendices y ella no lo dudó mucho, tras conocerla en persona a la salida del Cine Metropol, en Sabana Grande, “acompañada del hermoso actor Guillermo Carrera, con quien hice varios espectáculos más tarde”. Acudió a esos cursos, aprendió el abecé teatral y lleva cinco largas décadas encarnando a los más difíciles personajes escénicos, desde Electra hasta Manuelita Sáenz, además de otros 48 roles de importancia. Toda una vida, pero aún sigue en escena.
Así recuenta algunos aspectos claves de su vida esa primera actriz que ha sido Manola García Maldonado, una de las hijas del valiente periodista Manolo García Maldonado, el Anésimo Onato de El Morrocoy Azul. “A mí padre lo conocí cuando yo tenía nueve años, porque él había estado preso ocho años por la dictadura de Gómez y desterrado a Colombia durante la dictablanda de López Contreras. Por eso yo soy la mayor de mi familia”, cuenta la hija teatrera de Eva Núñez Guinand.
Desde chiquita jamás pensó que algún día estaría en un escenario, “ nunca, mucho menos en mi época, cuando esa profesión u oficio era mal vista y por esos los actores y las actrices se cambiaban los nombres. Pero en mi familia me apoyaron e hice todo el teatro que pude y que acepté hacer, apoyada por todos ellos. Tenía una bonita voz y una figura atractiva, lo cual me permitió contar con unos cuantos enamorados, pero nunca me casé. Seguí soltera hasta ahora y dedicada a mis sobrinos y mis sobrinos nietos”, dice con una satisfacción que contagia.
Su más reciente personaje lo ha exhibido a lo largo y ancho de Venezuela, precisamente desde el 23 de noviembre de 2006. La Compañía Nacional de Teatro la contrató para participar en Manuela... sus propias palabras y ella encarna desde entonces a la quiteña que salvó la vida del caraqueño Simón. “Perdí la cuenta del número de representaciones que he tenido. Lo único cierto es que en cada función el público queda conmovido por lo que hacemos y eso me entusiasma y me reconforta difundir algunas facetas de esa gran mujer cuyo pecado fue amar. La estamos mostrando en todos los escenarios posibles. Hasta a los cuarteles hemos ido. Es un ser hermoso”.
Cuenta que no conoció a Manuelita durante sus estudios primarios sino más adelante, “porque en la Escuela Experimental Venezuela se estudiaba con un texto donde el hermano Nectario María desechaba el periplo humano y político de esa mujer y por ende la negaba. Gracias al historiador Alfonso Rumaso González aprendí más de ella y hasta me entusiasmé con un proyecto del poeta Aquiles Nazoa, quien quería hacer una obra sobre las Manuelitas latinoamericanas; ahí estarían: la Sáenz, la Madroño, que también era amante del Libertador, y la Rosas, la hija del argentino tirano Rosas. Esa maravillosa pieza la tenía en su cabeza y no sé si logró escribir algún boceto de tal proyecto”. Le hubiese gustado hacerla, dirigida por el gran Horacio Peterson, subraya con nostalgia y afirma, como el poeta, que ha vivido y que nadie le quita lo bailado.
Advierte que usa como apellidos los de su padre y los de sus tíos por la admiración que esos hombres le depararon, por sus comprobadas valentías y porque dejaron huella en la historia de las ideas venezolanas.
Compañera y protectora
Nacida en Quito, el 27 de diciembre de 1795, Manuela Sáenz conoció a Simón Bolívar en 1822 y se convirtió en compañera y protectora. Murió de difteria en Paita, el 23 de noviembre de 1856. La CNT, dirigida por Eduardo Gil, para conmemorar los 150 años de la muerte de la heroína, produjo el espectáculo Manuela... sus propias palabras, el cual se presentó en memorable acto en el Teatro Teresa Carreño. Este montaje, que todavía recorre a Venezuela, consta de fragmentos escritos por Manuela en distintos momentos de su vida, los cuales se utilizan en tres actos: “Diario de Quito”, “Por correo hemos sabido de sus desgracias” y “Diario de Paita”, interpretados por Emily Mena, Verónica Arellano y Manola García Maldonado, respectivamente.

1 comentario:

Franklin Padilla dijo...

Soy un gran admirador de Manola García Maldonado. En un post de mi blog "Mi colcha de retazos" dedicado a Aquiles Nazoa, menciono detalladamente una aparición de Manola en el célebre programa televisivo de Nazoa "Las cosas más sencillas". Hubiera deseado uncluir una foto suya de esa época, pero me ha sido imposible. Si alguien dispone de alguna, le agradecería me la hiciera llegar. Se puede visitar en
http://micolchaderetazos.blogspot.com/2012/06/aquiles-nazoa-las-cosas-mas-sencillas.html