En silencio, ya que los medios comunicacionales lo han ignorado, la Fundación Rajatabla insiste en festejar sus 37 años de vida útil para el teatro venezolano con la producción y presentación de cuatro textos de autores, elegidos en un concurso de dramaturgia.
Ninguna otra institución privada había apostando tanto por el teatro vernáculo —salvo El Nuevo Grupo, que dejó inolvidable huella entre 1968 y 1988— como la hace Rajatabla en estos momentos. Eso no se puede negar, precisamente cuando, con mínimo presupuesto, asumió el proyecto de hacer conocer a estos autores.
Francisco Alfaro, quien comanda la institución desde hace 15 años, tras la muerte de su director-fundador Carlos Giménez (28 de marzo de 1993), es el productor general de los espectáculos Los dioses del sur de Vicente Lira, Cont@cto de Carmen García Vilar, La jaula big shop de Héctor Castro y José Amindra de Roberto Azuaje.El primero ya hizo temporada, dirigido por José Domínguez, durante los pasados mayo y junio; el segundo está ya en funciones durante este mes, comandado por Rufino Dorta, y los otros se exhibirán en agosto y septiembre, bajo las egidas de José Sánchez y Dairo Piñeres, respectivamente.
Cont@cto, que suma en la escena, por la audacia del director Dorta, las obras cortas Serenísimo Chacaíto y Auxilio, se centra en las peripecias existenciales de un exótico vendedor de ventanas cibernéticas (Jean Carlos Rodríguez) y su epopéyico transcurrir a bordo de un taxi, con Gerardo Luongo al volante, en ruta hacia una funeraria; mientras cuatro mujeres están histéricas porque se ha averiado el ascensor que las llevaba al piso 17 de un edificio inteligente. Como detalle extraunificador de estos dos textos están los teléfonos celulares.
Estamos, pues, con Cont@cto ante una audaz puesta en escena, ya que Dorta se atrevió a mostrar sendas acciones dramáticas simultáneas y además compartiendo el mismo espacio escénico. Logra un clímax dramático con esas situaciones y sus seis personajes viviendo sus problemas, muy de esta caótica Caracas. Creemos que el puestista debe cortar el texto de Auxilio y crearle más acciones físicas al elenco, aprovechando la atmósfera en la que se ahogan, y así no agobiar al público y dejar exhaustas a las actrices involucradas: la veterana y profesional Loly Sánchez, quien comparte escena con Dora Farías, Yurahy Castro y Tatiana Mabo.
Carmen García Vilar debe reescribir su texto en función de la puesta en escena de Rufino Dorta y eso lo puede ir haciendo ahora mismo, para ayudar al espectáculo, el cual merece ser repotenciado, porque además es un intento valido de mostrar en la escena la cotidianidad criolla, sin caer en el neofolklore.
Tambien hay que resaltar el hecho positivo de que Rajatabla sí le está dando la oportunidad a una nueva generación de comediantes para que se presente en la escena, como es el caso de Jean Carlos Rodríguez y las otras actrices jóvenes involucradas en este montaje. Poco a poco se van labrando su carrera, algunos con más suerte que otros, pues no se debe olvidar que el talento es factor vital para ese ascenso, pero no siempre es lo que ayuda, particularmente en un contexto tan convulso como el venezolano, por ahora.
Ninguna otra institución privada había apostando tanto por el teatro vernáculo —salvo El Nuevo Grupo, que dejó inolvidable huella entre 1968 y 1988— como la hace Rajatabla en estos momentos. Eso no se puede negar, precisamente cuando, con mínimo presupuesto, asumió el proyecto de hacer conocer a estos autores.
Francisco Alfaro, quien comanda la institución desde hace 15 años, tras la muerte de su director-fundador Carlos Giménez (28 de marzo de 1993), es el productor general de los espectáculos Los dioses del sur de Vicente Lira, Cont@cto de Carmen García Vilar, La jaula big shop de Héctor Castro y José Amindra de Roberto Azuaje.El primero ya hizo temporada, dirigido por José Domínguez, durante los pasados mayo y junio; el segundo está ya en funciones durante este mes, comandado por Rufino Dorta, y los otros se exhibirán en agosto y septiembre, bajo las egidas de José Sánchez y Dairo Piñeres, respectivamente.
Cont@cto, que suma en la escena, por la audacia del director Dorta, las obras cortas Serenísimo Chacaíto y Auxilio, se centra en las peripecias existenciales de un exótico vendedor de ventanas cibernéticas (Jean Carlos Rodríguez) y su epopéyico transcurrir a bordo de un taxi, con Gerardo Luongo al volante, en ruta hacia una funeraria; mientras cuatro mujeres están histéricas porque se ha averiado el ascensor que las llevaba al piso 17 de un edificio inteligente. Como detalle extraunificador de estos dos textos están los teléfonos celulares.
Estamos, pues, con Cont@cto ante una audaz puesta en escena, ya que Dorta se atrevió a mostrar sendas acciones dramáticas simultáneas y además compartiendo el mismo espacio escénico. Logra un clímax dramático con esas situaciones y sus seis personajes viviendo sus problemas, muy de esta caótica Caracas. Creemos que el puestista debe cortar el texto de Auxilio y crearle más acciones físicas al elenco, aprovechando la atmósfera en la que se ahogan, y así no agobiar al público y dejar exhaustas a las actrices involucradas: la veterana y profesional Loly Sánchez, quien comparte escena con Dora Farías, Yurahy Castro y Tatiana Mabo.
Carmen García Vilar debe reescribir su texto en función de la puesta en escena de Rufino Dorta y eso lo puede ir haciendo ahora mismo, para ayudar al espectáculo, el cual merece ser repotenciado, porque además es un intento valido de mostrar en la escena la cotidianidad criolla, sin caer en el neofolklore.
Tambien hay que resaltar el hecho positivo de que Rajatabla sí le está dando la oportunidad a una nueva generación de comediantes para que se presente en la escena, como es el caso de Jean Carlos Rodríguez y las otras actrices jóvenes involucradas en este montaje. Poco a poco se van labrando su carrera, algunos con más suerte que otros, pues no se debe olvidar que el talento es factor vital para ese ascenso, pero no siempre es lo que ayuda, particularmente en un contexto tan convulso como el venezolano, por ahora.
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