La Gran Caracas tiene ya “un ateneo para el siglo XXI”, donde hay teatro y cine, además de libros y hasta degustaciones gastronómicas. Fue creado e inaugurado en el sótano del Centro Comercial Paseo Las Mercedes y desde el 1 de octubre de 2001 se le conoce como Trasnocho Cultural. Sus balances dan cifras positivas, como consecuencia de la buena gerencia y de presencia cómplice del público.
El teatrero Moisés Guevara, director del espacio Teatro Trasnocho, cuenta que el Trasnocho Cultural se gestó a partir de la propuesta de remodelar y activar los cines del Centro Comercial Paseo Las Mercedes. “No creo que estuviese planteado desde el inicio que esta idea se convirtiese en lo que es hoy día. El acierto de esta propuesta inicial fue no hacerlo a solas, se consultó a profesionales y se concertaron asesorías para cada una de las áreas operativas que hoy tenemos. Quien conoce la totalidad del proyecto es nuestra coordinadora general la cineasta Solveig Hoogesteijn. Mí responsabilidad en este proyecto se reduce al Teatro Trasnocho y desde hace un año y medio se sumó el Espacio Plural”.
-¿Quiénes lo financian y como están presentes en la junta directiva?
-Trasnocho Cultural como fundación tiene un honesto acuerdo para no personalizar nuestra gestión, esa es la razón por la cual funciona cada área con independencia de criterio y gestión, lo que hacemos es coordinar cada una de nuestras acciones. Nuestra junta directiva no tiene nombres y apellidos y existe un acuerdo estratégico para no personalizar la gestión que realizamos. Defendemos que las instituciones puedan sostenerse en el tiempo por encima de los nombres, es decir, de las personas. No somos eternos y no podemos permanecer de manera indefinida. Al Trasnocho Cultural lo financia el público que lo apoya y asiste regularmente a nuestras programaciones. Nuestros aliados estratégicos coadyuvan en ello.
-¿Cómo se materializa el proyecto y cómo llega usted a donde esta?
- Fui llamado por Solveig Hoogesteijn, quien llegó al proyecto desde sus inicios, ella me solicitó una propuesta para este espacio que fue evaluada y desde ese momento pasé a ser asesor del proyecto del teatro.
-¿Cuántos espectáculos hasta febrero de 2009?
-Desde octubre del 2001 hasta la fecha hemos superado las tres mil funciones. Hemos presentado 62 obras de teatro y 26 espectáculos infantiles; dos temporadas de café concert y stand up comedy; 11 compañías de danza, flamenco y tango; 60 conciertos dominicales, 59 lecturas dramatizadas, 58 espectáculos musicales; ocho óperas de cámara; en dos oportunidades se presentó la Actors Studio Master Class; y mostramos cuatro obras con nuestros aliados en formación teatral (grupo Skena y Cica) y ocho artistas internacionales.
-¿Cuántos metros cuadrados hay al servicio de la cultura?
-En estos momentos ignoro la totalidad de metros cuadrados del Teatro Trasnocho. Ese espacio ha crecido en varias dimensiones, desde hace año y medio contamos con el Espacio Plural, que tiene una planta de 260 metros cuadrados, pero más allá de las dimensiones lo importante es el espacio programático: tenemos seis obras de teatro en cartelera. Son cuatro producciones en el Teatro Trasnocho y dos en el Espacio Plural, además de toda la programación de talleres de capacitación, porque la parte formativa es fundamental en nuestra gestión.
-¿Se financia el Trasnocho con la taquilla?
-En el caso del teatro, la taquilla es nuestra sangre, no hay transfusiones. Los aportes de la empresa privada son recibidos por los grupos de teatro y los productores independientes. Nosotros no ejercemos ningún control sobre la libertad creativa o de gestión de nuestros coproductores.
-¿Qué exige a los artistas?
-Calidad, profesionalismo, compromiso, rigor y apego a la normativa de uso del teatro. Para programar siempre he solicitado el texto de la obra, porque es imprescindible para definir la incorporación de una propuesta dentro del perfil programático; jamás he censurado; decido la programación con los criterios que me formé como actor; leo el texto y hay elementos que me dicen: “lo quiero hacer”. En Trasnocho se ha presentado de todo.
-¿Como liquidan las taquillas y con qué periodicidad?
-Con respecto a la taquilla, esta se liquida rigurosamente todas las semanas. Los porcentajes son: 50 y 50, o sea que Teatro Trasnocho es coproductor del evento. La taquilla es la remuneración del trabajo del creador y no podemos irrespetar esta premisa.
-¿Qué promedio de público han tenido por año?
-En el 2001, cuando inauguramos, contabilizamos 3.500 espectadores. El pasado 2008 llegamos casi a los 65.000 en el teatro. Las cifras hablan por si mismas.
-¿En que culminó la polémica sobre el teatro comercial?
-Esa polémica no es mía. Hay teatro bien hecho y teatro mal hecho, no hay más. En el Teatro Trasnocho se ha presentado de todo. Hay un solo tipo de teatro que no me gusta hacer y es el “teatro escondido”, ese que nadie ve.
- ¿Qué ha pasado con el artista Moisés Guevara?
-Me siento en un importante momento de mi carrera: dejé la producción, dejé la docencia y como creador continuo mi camino como director de teatro, acompañado por mi mano derecha Fernando Calzadilla y mis eternos cómplices Víctor Villavicencio, Margarita Lamas y mi esposa Iraida Tapias. Acabo de terminar la dirección de Educando a Rita de Willy Russell, con Alejo Felipe y Catherina Cardozo. Y comienzo a estudiar otros dos proyectos: La muerte y la doncella de Ariel Dorfmann y El día que gano Susana Duijm de Jhonny Gavlosky, que pienso montar con Ivonne Attas y Carolina Perpetuo, esta última para darle razones al teatro comercial.
El teatrero Moisés Guevara, director del espacio Teatro Trasnocho, cuenta que el Trasnocho Cultural se gestó a partir de la propuesta de remodelar y activar los cines del Centro Comercial Paseo Las Mercedes. “No creo que estuviese planteado desde el inicio que esta idea se convirtiese en lo que es hoy día. El acierto de esta propuesta inicial fue no hacerlo a solas, se consultó a profesionales y se concertaron asesorías para cada una de las áreas operativas que hoy tenemos. Quien conoce la totalidad del proyecto es nuestra coordinadora general la cineasta Solveig Hoogesteijn. Mí responsabilidad en este proyecto se reduce al Teatro Trasnocho y desde hace un año y medio se sumó el Espacio Plural”.
-¿Quiénes lo financian y como están presentes en la junta directiva?
-Trasnocho Cultural como fundación tiene un honesto acuerdo para no personalizar nuestra gestión, esa es la razón por la cual funciona cada área con independencia de criterio y gestión, lo que hacemos es coordinar cada una de nuestras acciones. Nuestra junta directiva no tiene nombres y apellidos y existe un acuerdo estratégico para no personalizar la gestión que realizamos. Defendemos que las instituciones puedan sostenerse en el tiempo por encima de los nombres, es decir, de las personas. No somos eternos y no podemos permanecer de manera indefinida. Al Trasnocho Cultural lo financia el público que lo apoya y asiste regularmente a nuestras programaciones. Nuestros aliados estratégicos coadyuvan en ello.
-¿Cómo se materializa el proyecto y cómo llega usted a donde esta?
- Fui llamado por Solveig Hoogesteijn, quien llegó al proyecto desde sus inicios, ella me solicitó una propuesta para este espacio que fue evaluada y desde ese momento pasé a ser asesor del proyecto del teatro.
-¿Cuántos espectáculos hasta febrero de 2009?
-Desde octubre del 2001 hasta la fecha hemos superado las tres mil funciones. Hemos presentado 62 obras de teatro y 26 espectáculos infantiles; dos temporadas de café concert y stand up comedy; 11 compañías de danza, flamenco y tango; 60 conciertos dominicales, 59 lecturas dramatizadas, 58 espectáculos musicales; ocho óperas de cámara; en dos oportunidades se presentó la Actors Studio Master Class; y mostramos cuatro obras con nuestros aliados en formación teatral (grupo Skena y Cica) y ocho artistas internacionales.
-¿Cuántos metros cuadrados hay al servicio de la cultura?
-En estos momentos ignoro la totalidad de metros cuadrados del Teatro Trasnocho. Ese espacio ha crecido en varias dimensiones, desde hace año y medio contamos con el Espacio Plural, que tiene una planta de 260 metros cuadrados, pero más allá de las dimensiones lo importante es el espacio programático: tenemos seis obras de teatro en cartelera. Son cuatro producciones en el Teatro Trasnocho y dos en el Espacio Plural, además de toda la programación de talleres de capacitación, porque la parte formativa es fundamental en nuestra gestión.
-¿Se financia el Trasnocho con la taquilla?
-En el caso del teatro, la taquilla es nuestra sangre, no hay transfusiones. Los aportes de la empresa privada son recibidos por los grupos de teatro y los productores independientes. Nosotros no ejercemos ningún control sobre la libertad creativa o de gestión de nuestros coproductores.
-¿Qué exige a los artistas?
-Calidad, profesionalismo, compromiso, rigor y apego a la normativa de uso del teatro. Para programar siempre he solicitado el texto de la obra, porque es imprescindible para definir la incorporación de una propuesta dentro del perfil programático; jamás he censurado; decido la programación con los criterios que me formé como actor; leo el texto y hay elementos que me dicen: “lo quiero hacer”. En Trasnocho se ha presentado de todo.
-¿Como liquidan las taquillas y con qué periodicidad?
-Con respecto a la taquilla, esta se liquida rigurosamente todas las semanas. Los porcentajes son: 50 y 50, o sea que Teatro Trasnocho es coproductor del evento. La taquilla es la remuneración del trabajo del creador y no podemos irrespetar esta premisa.
-¿Qué promedio de público han tenido por año?
-En el 2001, cuando inauguramos, contabilizamos 3.500 espectadores. El pasado 2008 llegamos casi a los 65.000 en el teatro. Las cifras hablan por si mismas.
-¿En que culminó la polémica sobre el teatro comercial?
-Esa polémica no es mía. Hay teatro bien hecho y teatro mal hecho, no hay más. En el Teatro Trasnocho se ha presentado de todo. Hay un solo tipo de teatro que no me gusta hacer y es el “teatro escondido”, ese que nadie ve.
- ¿Qué ha pasado con el artista Moisés Guevara?
-Me siento en un importante momento de mi carrera: dejé la producción, dejé la docencia y como creador continuo mi camino como director de teatro, acompañado por mi mano derecha Fernando Calzadilla y mis eternos cómplices Víctor Villavicencio, Margarita Lamas y mi esposa Iraida Tapias. Acabo de terminar la dirección de Educando a Rita de Willy Russell, con Alejo Felipe y Catherina Cardozo. Y comienzo a estudiar otros dos proyectos: La muerte y la doncella de Ariel Dorfmann y El día que gano Susana Duijm de Jhonny Gavlosky, que pienso montar con Ivonne Attas y Carolina Perpetuo, esta última para darle razones al teatro comercial.
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