A los 30 años y desde 1967 anda en los escenarios de su patria. |
Medio siglo tiene José Gabriel Núñez en los avatares del teatro.Y es por
eso que este jueves 6 de julio su familia elegida le festeja sus 80 años de vida y han
elegido para ello a una obra que se mostró durante el Tercer Festival de Directores del Trasnocho:
Casa de sombras y cenizas, la cual
ahora se exhibirá en la sala Rajatabla, bajo la dirección de Johnny Romero.
"Celebro estos días con la presencia de esos seres que le
dieron y le siguen dando afectos sin sombras a mi vida profesional como el más
preciado regalo. Uno de ellos, el más reciente de estos obsequios, fue ver en
escena el último de mis trabajos escritos, Casa de sangre y cenizas,
impecablemente llevada al escenario, con una maravillosa y acertada dirección y
un emotivo equipo actoral que de manera contundente transmitieron al espectador
de forma notoria, todo cuanto quise expresar en ella y provocó su categórica
respuesta".
Y aquí debemos retirar que la lectura política, siempre
de denuncia contra el opresor y a favor de los oprimidos, que José Gabriel
Núñez propone en sus obras de teatro (no menos de 40 textos, la mayoría
escenificados) ha sido un tema de gran interés para el novel director y actor
Jhonny Romero, cuya tesis de grado se encauzó en la tarea de desentrañar los
elementos políticos y sociales que yacían en cinco piezas estudiadas.
Cuando leyó Casa de sangre y cenizas se emocionó
porque entrevió lo complicado del trabajo de dirección que exige esa obra que
se realiza en dos tiempos, quedando la posibilidad de representar la casa con
una propuesta hiperrealista, contó Romero, de 24 años. Pero la puesta en
escena que propone el director va más allá. La casa del texto es “una
casa de verdad” (un livingroom que se transforma en burdel), trasladada al
escenario, lo cual se convirtió en el asunto “más escabroso” de la producción,
como ha contado Romero.
LOS PECES DEL ACUARIO
Hace, pues, 50 años, José Gabriel Núñez (Cumaná, 29 de octubre de 1937)
estrenó su primera obra teatral Los peces del acuario. “Fue en
Puerto la Cruz, aquel 27 de Abril de 1967. Al día siguiente nos presentamos en Cumaná.
Nos había invitado la Dirección de Cultura de la Universidad de Oriente.
Nos recibió un público entusiasta que se adelantó a la buena acogida que tuvo
la obra en Caracas el mes siguiente en la desaparecida sala Leoncio Martínez de
la plaza Tiuna". Ahí actuaron: Carmen Messuti, Napoleón Bravo, Martha y
Jesús Mijares, Beatriz y Santiago Definís. El dispositivo escenográfico lo
diseñó Sixto Massieu.
Los peces del acuario marcó el rumbo definitivo que
le dio a su vida. "Decidí levantar el telón y comenzar a caminar por
distintos senderos de los que había transitado hasta ese momento. Me hechizaron
las candilejas, me deslumbraron las luces que brillaban como trozos de
cristal o de diamantes y decidí quedarme escribiendo. Más tarde entraría a las
aulas de clase para hablar de teatro y de sus rigores con los estudiantes que
buscaban formarse en las academias existentes".
Así han pasado 50 años. "Y cincuenta años son muchos años. Toda mi
vida. Decidí asumir la humanística condición y el reto que todo dramaturgo debe
enfrentar, la de ser un lúcido testigo de su época, de su entorno, pero no solo
limitándose al testimonio, sino enjuiciando,, abriendo heridas, señalando
contradicciones y los conflictos del hombre con sus circunstancias sociales sin
anclarse en una señal referencial".
"Cincuenta años de fructíferas hermandades con los grandes
maestros, con las mejores actrices y actores de nuestro teatro. Directores,
escenógrafos, vestuaristas, técnicos. Con la influencia de
sus ideas, de su disciplina, de su trabajo. Cincuenta años
de afectos, de cercanías irremplazables y de honestidad intelectual que me
mostraban el camino que tenía que seguir y que he procurado continuar
transitando en esas direcciones".
"La aceptación y los aplausos que mi trabajo ha recibido, se debe a
la solidaridad y a la complicidad que me han dado, no solo como artistas, sino
como seres humanos maravillosos. Por esa unión, he sido objeto de
reconocimientos, homenajes, he recibido premios importantes, entre ellos el
Premio Nacional de Teatro, sin haberlos buscado ni negociado".
"Hubiese querido celebrar esta fecha, estas Bodas de Oro con todos
ellos, pero algunos se han ido y las circunstancias del país no son propicias
para pensar en celebraciones estruendosas. Un país lamentablemente dividido y
un teatro que comienzo a visualizar fracturado, segmentado en parcelas que
lejos de unificarnos nos separan. Y señalo esto, porque en este
transitar también he conocido algunas miserias humanas, mezquindades, insidias,
envidias, traiciones, luchas de poder que no se corresponden con la función del
artista, arrebatos cuya existencia ni siquiera imaginaba y que se agotaron en
sí mismos sin que me obstaculizaran para seguir adelante".
"Cincuenta años escribiendo teatro. Confidencialmente, llego a
cincuenta obras escritas. Hago memoria de estos años serenamente, con la
presencia de todos cuantos se han ocupado de mis textos y me han aportado
enseñanzas y experiencias pero sobre todo ética y honestidad intelectual.
Igualmente aplaudo al espectador que ha atendido a mis Inquietudes,
mi supuesto humor y a mis voces de alerta. Comparto con todos ustedes y por
ustedes me decidí a escribir estas líneas como excusa, en solitario, para
decirles una sola palabra: Gracias porque he tenido la suerte, mucha suerte, de
haberlos encontrado en mi vida".
"Quedan pendientes dos proyectos por escribir. Dos obras que hablen
sobre el país, que le hablen al país que hoy tenemos. Y desde las aulas, mi
permanente preocupación porque nuestra dramaturgia sea conocida, estudiada en
escuelas y universidades, y no relegada al olvido y a veces descalificada,
vilipendiada despectivamente por algunos de nuestros creadores, cuando es y ha
sido una de las más sólidas de Latinoamérica y de las que con mayor valentía ha
perfilado la problemática social de nuestros pueblos.Sigue latente en mí la responsabilidad que emana del
vínculo entre el dramaturgo y la palabra. De mantenerla viva, vigente,
reveladora, para que pueda iluminar los senderos que conducen hacia la libertad
y al logro de los más altos ideales para el espíritu".
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