Rescatando las raíces culturales venezolanas.
Espiritualidad,
esencia musical, transformación. Un retrato fílmico de inspiración a través de
la música invita a los espectadores venezolanos a descubrir parte de su cultura
mediante un viaje emocional y alucinante en la película Belén, de la directora Adriana Vila Guevara, que se estrena en las
salas de cine venezolanas desde este viernes 14 de octubre.
La
“reina del quitiplá”, Belén María Palacios, representa una fuerza ancestral que
cambió vidas. A través de la ejecución de este particular instrumento -del que
se dice nunca nadie lo ha ejecutado como ella-, dio voz a una generación
amañada por los estereotipos de la mujer afrovenezolana.
Vila
arma, entre distintos puntos de vista, sensaciones, recuerdos, contactos con la
memoria y la ausencia física, un rompecabezas que busca definir lo que
significa el legado de esta heroína popular, nombrada Patrimonio Cultural de
Barlovento en 1992, quien hasta la última bocanada ofrendó su vida a la música,
a la docencia y a la reivindicación social.
Desde
Tapipa, su querido pueblo, se dedicó también a la siembra de cacao y a la
fabricación de sus quitiplá, que elaboraba seleccionando minuciosamente los
cortes más finos de bambú, iluminados por los secretos de la luna que le
transmitió su abuela desde pequeña.
“Belén
no era sólo una referencia entre su gente más cercana, sino que representaba un
eje, un pilar, para toda una comunidad internacional, en especial dentro de la
familia extendida de la diáspora africana: músicos, espectadores, comunidades
organizadas y personas comunes, que habían tenido la oportunidad de conocerla”,
comenta la realizadora.
El Grupo
Femenino Elegguá, Brother Ah Ensemble de Estados
Unidos, Papá Roncón de Ecuador, los puertorriqueños Los Majaderos de Cachete
Maldonado y Vnote Ensemble (EE UU, Venezuela), con
intervenciones tamboreras de Juan R. Berbín, hilvanan distintos
episodios de la trama del filme.
Adriana
Vila recorrió cámara en mano, junto con su equipo, cuatro países para
registrar con fidelidad el andar de la obra de Belén por Venezuela,
Estados Unidos, Puerto Rico y Ecuador. La realización partió de un trabajo de
campo etnográfico que asumió en su rol de antropóloga visual, en 2008.
Siete
años de investigación, con un montaje de más de 300 horas de material
encontrado (found footage) y 70 horas de entrevistas conforman el documental,
que competirá en la Selección Oficial del prestigioso Margaret Mead Film
Festival de Nueva York, en el Museo Americano de Historia Natural, del 13 al 16
de octubre. Su premier mundial se realizó en el Festival Internacional de Cine
FID Marseille, en Francia, el pasado julio.
Así, pues.
Desde viernes 14 de octubre en las salas de cine del país, el público
venezolano podrá adentrarse en Belén
, una representación cinematográfica intimista de una mujer que siempre se
mostró indiferente ante su propia grandeza, la misma que vive en cada repique
de quitiplá que retumba con placer sonoro y nostálgico en la memoria colectiva
de quienes la dibujan en sus paisajes internos, como una figura con un legado
que se volvió irremediablemente eterno, imborrable. Trascendental.
Una obra
de arte donde está presente el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía.
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