Nuevas estéticas y nuevos trabajadores para nuevas comunidades . |
¿Es el cine comunitario la inyección de
sangre nueva que necesito el actual cine venezolano? ¿Dará nuevos artistas y
convocará con más energía al público para quien se trabaja? ¿Quienes apuestan
por este movimiento que ya dado frutos que se pueden ver en las pantallas? ¿Estamos
en capacidad de recolectar y evaluar las respuestas de las comunidades? ¿Es muy motivador vernos a nosotros mismos con nuestras alegrías
y penas?
Son preguntas que hacemos precisamente
al anunciar el próximo Festival de Cine Comunitario e Independiente Araca,
Aragua-Carabobo, como una gran ventana o pantalla social donde Daniel y Sergio
Siugza han organizado talleres en las comunidades que han producido más de 300
obras audiovisuales.
Los hermanos Sergio y Daniel Siugza son los responsables del
Festival de Cine Comunitario e Independiente Araca, que se organiza en Aragua y
Carabobo, y el cual durante el 2016 cumple su cuarta edición premiando lo mejor
de las historias desde las comunidades.
Ligados desde hace mucho tiempo a la cinematografía, en el 2010
recorrieron el país visitando festivales de cine venezolano con su programa
Cine Crónica, transmitido por la Televisora Venezolana Social (TVES),
aprovechando el empuje del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC)
con el Sistema Nacional de Festivales y Muestras de Cine Venezolano.
En esos viajes, Sergio y Daniel Siugza notaron que las películas
siempre se repetían y que era necesario crear un festival en el centro del país
que abordara una temática diferente, así nació el Festival Araca.
Sergio Siugza lo define como “una ventana, un sitio de
exhibición para los muchachos que producen cine alternativo, para aquellos que
dan un pasito hacia la profesionalización”.
Para Daniel Siugza, el nacimiento de esta ventana comunitaria
parte de la Ley de la Cinematografía Nacional, “que es la más progresista e
influyente y a partir de eso, con esa política de Estado, yo creo que las
comunidades están aportando su granito de arena para romper con la hegemonía
del cine estadounidense. Es muy motivador vernos a nosotros mismos con nuestras
alegrías y penas”.
Desde el 2009, los hermanos Siugza han transmitido sus
conocimientos en talleres de producción audiovisual en sitios tan dispares como
comunidades campesinas y la Cárcel de Tocuyito.
Lo que encontraron fue la necesidad de hablar en lenguaje
cinematográfico.“Las comunidades se han visto sumamente motivadas y sensibles a
la producción audiovisual, son personas que han dado sus primeros pasos (...)
Hay que enfocarnos en la motivación que tiene la gente de hacer audiovisuales,
aprovechando el éxito que ha tenido la Plataforma del Cine y lo que ha hecho el
CNAC para la masificación del conocimiento”.
En cinco años, Daniel Siugza cuenta más de 300 películas
producidas desde el corazón de las comunidades de la región central a la que
ellos tienen acceso, y el Festival Araca es solo un ejemplo de este fructífero
trabajo: cada año se reciben más de cien obras, la mayoría del centro del país,
pero en el 2016 también cuentan con trabajos de España, Bélgica, Colombia y
Argentina.
Sergio Siugza no percibe mayor diferencia del cine comunitario
que se rueda en el país con de otros países, “hay una congruencia en el mensaje
y en lo que se quiere decir”.
La cuarta edición del Festival de Cine Comunitario e Independiente
Araca se celebrará del 8 al 12 de noviembre.
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