domingo, marzo 19, 2017

Camilo Torres predica su revolución en Caracas

Camilo Torres baila un tango con la muerte mientras su madre, encerrada en un plano lejano, casi onírico, le reprocha por su decisión de irse al monte. Es una lucha metafórica, un contrapunteo que refleja esa ambivalencia en la que vivió este personaje histórico, este sacerdote que se puso el uniforme de guerrillero, pensando en construir el país que soñaba. Es también una de las imágenes de Camilo, la nueva obra del Teatro La Candelaria, de Bogotá, Colombia, la cual fue estrenada en la temporada 2016 y que será exhibida en Caracas durante el venidero Festival de Teatro, que organiza Fundarte, bajo la coordinación de Freddy Ñáñez.
El  bogotano diario El tiempo publicó que bajo la dirección de Patricia Ariza, el grupo del maestro Santiago García creó un montaje difícil de clasificar, que se aproxima a los terrenos del performance y del teatro experimental, que coquetea con los movimientos de la danza contemporánea y además hace un énfasis especial en la construcción musical.
No es una reconstrucción biográfica de la vida de Torres Restrepo, que murió el 15 de febrero de 1966 en su primer combate en el monte, luego de integrarse a las filas de ELN. “Nos parece que es un lenguaje muy contemporáneo –asegura Ariza–. Nosotros no estamos para contar una historia de comienzo a fin, eso lo pueden hacer mejor la literatura u otros géneros, entonces es más como mostrar las facetas, lo que suscitan los momentos de ese personaje, sus pensamientos, etcétera”. Pareciera que el personaje se desdoblara en diferentes dimensiones, ya que los 13 protagonistas encarnan diferentes versiones del sacerdote y pese a su tono abstracto, la historia tiene lugar para frases llenas de poesía (“Si es que no hay nada que lo salve de la muerte, al menos que el amor lo salve de la vida”).“Es una mirada del grupo, de las diferentes voces, también a partir de las mujeres, que es una propuesta de Patricia que me parece muy interesante, que todos seamos Camilo, que nosotras las mujeres podamos también representarlo y buscarle ese lado femenino, todos esos temores que él pudo haber tenido en sus momentos más difíciles y decisorios”, cuenta Nohra González, una de las protagonistas.
Más allá de las figuras metafóricas que surgen en la historia, como la muerte con máscara de calavera que ronda constantemente a Camilo, la puesta en escena hace énfasis en los principales conflictos de Torres, como la relación con su madre y su desacuerdo con la forma en la que la Iglesia trataba los problemas sociales del país, algo que finalmente lo llevó a formar el Frente Unido del Pueblo y a entrar al ELN. “Él era un cristiano y nunca dejó de serlo, y de todas maneras el hecho de violentar una creencia debe ser algo muy doloroso. Creo que él vivió eso, es parte de los Camilos que él mismo era”, reflexiona César ‘Coco’ Badillo, uno de los actores.
Al igual que en otros montajes clásicos de La Candelaria, como Guadalupe años sin cuenta, la música tiene un papel privilegiado. Nicolás Uribe y Luis Hernando ‘Poli’ Forero, quien también participó en la creación de la banda sonora de Guadalupe..., compusieron la música de Camilo. Es una partitura que está dividida en temas llenos de ritmos folclóricos colombianos, como los cantos de vaquería y las guabinas –compuestos por Forero–; además de varios tangos y la música que acompaña las coreografías –creados por Uribe–. “Una obra sobre Camilo Torres y sobre la Iglesia necesariamente es muy musical por todo lo que es la historia de la música alrededor de la cristiandad. Fue un proceso que iba muy de la mano de la creación de las imágenes”, dice Forero.
La influencia en el grupo
Patricia Ariza cuenta que conoció a Camilo en una fiesta en la Universidad Nacional, en la que casi se agarra a golpes con alguien que se burló de él porque era un cura. Francisco Martínez, uno de los fundadores de La Candelaria, recuerda que se lo presentaron en la época en la que organizó una marcha pacífica con sus estudiantes.La influencia de Torres en los integrantes del grupo fue uno de los motores que los llevó a crear esta pieza, además de haber sido un personaje representativo de la historia colombiana. “En primer lugar, fue un científico social, fundador de la sociología en Colombia, un hombre de una gran sensibilidad, pero que no pudo ejercer su apostolado como quería porque se le fueron cerrando todos los caminos. Nos parece que a través de este hombre, de este personaje tan lleno de contradicciones, se puede hablar de la paz en Colombia”, comenta Ariza.
Esta es la primera producción que todos los integrantes del grupo enfrentan sin la presencia de Santiago García, que se fue alejando de la dirección por su avanzada edad (89 años). Antes, La Candelaria estrenó las obras Si el río hablara, Soma Mnemosine y Cuerpos gloriosos, en las que los actores se dividieron en tres grupos.Pero los artistas enfatizan en que todas las enseñanzas del prestigioso director están reflejadas en Camilo. “El maestro sí participa porque de alguna manera mucho de lo que nosotros hacemos tiene que ver con todo su trabajo, con sus aportes a la creación colectiva. Santiago está aquí, siempre”, dice Ariza mientras se señala el corazón. “Es nuestro maestro”.
Nueva sangre
Además de los actores históricos del grupo, como Francisco Martínez, Fernando Mendoza, Luis Hernando Forero, Nohra González, Alexandra Escobar, Adelaida Otálora, Carmiña Martínez y César Badillo, en ‘Camilo’ debutan cuatro jóvenes intérpretes: Diego Vargas, Camilo Amórtegui, Edith Laverde y Erika Guzmán. “Están probándose, empezando el proceso de estar dentro del grupo. Es muy importante que haya la posibilidad de mantener la tradición y también de renovar”, dice Badillo.


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