jueves, mayo 12, 2016

"El olvido de Bruno" es la nueva novela del venezolano Edgar Borges

Edgar Borges (Caracas, 1966) no se detiene en su ascenso como escritor o profesional de las letras en el reino de España, a donde emig hace una década y ha podido publicar novelas y libros de apuntes como ¿Quién mató a mi madre? La con­templación El hombre no mediático que leía a Peter Handke y La ciclista de las so­luciones imaginarias, entre otras. Parte de su obra ya ha sido traducida al inglés, italiano, francés y portugués. Y, por supuesto, aquí en Venezuela se le ignora o se le pretende silenciar en varios medios de comunicación y en las editoriales. ¿Hasta cuándo?
Por ahora Borges, quien vive en Madrid, con sus dos hijas adolescentes, se prepara para el lanzamiento de El olvido de Bruno, que es una novela sobre la memoria, la invención y el amor.
Hay que recordar que las características de su novelística es la ficción, esa   fuerza inherente al ser hu­mano que derrumba y construye realidades. Ante las circunstancias, sus personajes tienen que decidir si son fichas de un des­tino o hacedores de una nueva trama. Su literatura es confrontación y salida; la palabra, en lugar de describir la realidad, la implosiona y la transforma. Así lo han analizado los críticos y editores.
Sobre su reciente novela, que será presentada en la Feria del Libro de Madrid, el 28 de mayo, donde firmará ejemplares, y el 6 de junio se presentará oficialmente en la Casa del Libro de Gran Vía. “Vendrá mi traductor al italiano, Gianfranco Pecchinenda, y habrá una lectura dramatizada a cargo de la actriz española Sara Márquez y el actor venezolano Alejandro Arroyo”, comenta vía Internet.
Por consejo de la editorial Carena solo revela que para el protagonista Bruno, “decir   Bruno es recordar parte de su historia”. Una voz le narra su vida; una enfermedad le hace dudar de la realidad. ¿Alzheimer?, ¿esquizo­frenia?, ¿hipocondría? Bruno era un viejo librero muy querido en el barrio. Solo Eliana, su mujer, conocía su padecimiento. Eliana era escritora y le en­señó a inventar relatos para llenar los vacíos de la mente. Contar, contarse; imaginación para salvar la memoria. Un día su esposa desaparece. El hombre no recuerda si murió o le ha abando­nado. Solo sabe que ella sufría una enfermedad y que a gritos pedía la muer­te; también recuerda que él se inventó una niña para evadir los llamados de su mujer. La pequeña jugaba a la rayuela; otras veces le sangraba la nariz, un hombre la perseguía. Cierta noche la niña se esfuma y con ella Eliana. Al poco tiempo una niña real desaparece. El suceso ocurre camino del colegio, frente a la librería. Los vecinos señalan a Bruno como el principal sospecho­so. El padre, un sastre que maltrata a su mujer y que persigue vagabundos, ha decidido sentenciar al librero. La madre cree que un hombre de mirada noble no sería capaz de hacer daño. Lo que ella no sabe es que Bruno tiene mirada noble solo cuando piensa en Eliana.
Borges nos ha prometido unas declaraciones exclusivas y nosotros leeremos tal pieza literaria por vía electrónica. Así estamos.


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