Ésta será la segunda vez que el Maestro
Alfredo Rugeles asume la dirección orquestal de la ópera infantil Brundibár.
“Es un canto de libertad y búsqueda de paz –especialmente en estos tiempos, con
lo que acontece en Siria y Alepo–, por haber sido compuesta por Hans Krása en
1938 (esto es, en el preludio de la Segunda Guerra Mundial y del exterminio
perpetrado por los nazis), para un concurso de ópera infantil, a partir de un texto de Adolf Hoffmeister”.
Brundibár se presenta como parte de la programación In Memoriam
2017, de Espacio Anna Frank, el domingo 29 de enero, en el Aula Magna
de la UCV a las 11 am. La entrada es gratuita. La obra se estrenó secretamente
en el orfanato judío de Praga en 1941, y luego, en el gueto de Terezín, donde
fue interpretada por los niños allí confinados. La propaganda nazi
presentaba este lugar como un campo de intelectuales, “lo cual era una fachada
y una hábil mentira”, relata Rugeles. En Terezín, Krása tuvo que reconstruir la partitura de la ópera de
memoria; eventualmente, sería
deportado a Auschwitz.
―La ópera es interpretada por la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao, que tengo el honor
de dirigir como Maestro invitado, lo cual me contenta y emociona. Tiene melodías sencillas, pegajosas, muy bonitas, y al
final, un mensaje de libertad, para
honrar lo dispuesto por la resolución 60/7 de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, que designó al 27 de enero como Día Internacional de
Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, pues
en esa fecha en 1945, el ejército soviético liberó Auschwitz, el mayor campo de
exterminio nazi.
El Maestro Rugeles, afirma que “es un reto
dirigir una ópera en un espacio tan grande como el Aula Magna, con una
excelente acústica, donde la orquesta y yo estaremos ubicados en el foso, y hay
que conciliar la música, calcular los tiempos y la velocidad con que se
interpreta, con los cantantes solistas y los textos hablados. La interpretación
del acordeón es del Maestro Federico Ruíz, Jonathan El Barouki estará en la
guitarra y Ricardo Gómez al piano”.
Un
mejor destino para nuestros niños
Para Sara Catarine, Brundibár significa,
como preparadora musical, un trabajo que en los ámbitos técnico e interpretativo,
supera al de la Maestra de canto: el de preparar para el público venezolano un
mensaje tan poderoso como el de esta obra en cuanto a lo humano, pero dicho con
sencillez. Tenemos a un organillero que embelesa a un poblado con su música
para que no se den cuenta de la realidad, y a dos hermanitos, Luisín y Anita,
que no tienen dinero ni para comprarle leche a su mamá enferma. Brundibár,
el organillero, tiene un policía que no les permite a los pequeños acercarse al
lechero. Hans Krása escribe esta obra en un gueto para transmitir un mensaje
oculto e intencional, pero acorde con la realidad actual mundial. Para mí, esta
es una maravillosa oportunidad para despertar conciencias y abrir oídos”.
―Como mi último trabajo en Venezuela
antes de partir para dedicarme a la docencia en la Universidad Central de
Bogotá, esta preparación está
cargada de mucha nostalgia. Me reconecta con el país. Trabajar un coro de
cuarenta niños y adolescentes, de seis a diecisiete años, me revitaliza. Me
permite entrar cada día de ensayo en una burbuja de tres horas y media, donde
parece que los problemas del mundo exterior no existen.
“Los relatos de Marianne Kohn Becker
–directora académica del Espacio Anna Frank y miembro fundadora– el primer día
del ensayo, en los que le explicaba a los niños las circunstancias en las que
fue escrita la obra y lo que representó en el gueto de Terezín, abrieron la
conciencia de los niños y solistas, quienes entendieron que esta es una oportunidad
especial para expresar con la música y el arte lo que allí sucedió”, relata
Catarine.
―El mayor reto es que se está produciendo
con gente muy joven, quienes trabajan con una madurez que no se corresponde
para sus edades, con la inocencia escondida detrás del drama, lo cual se ha
convertido a su vez, en nuestra mayor oportunidad. La experiencia de Terezín,
en este mundo actual tan incierto, nos obliga a los adultos a hacer algo para
darle un mejor destino a nuestros niños.
In Memoriam 2017 de Espacio Anna Frank es posible gracias al patrocinio
de las Embajadas de Alemania, Argentina e Italia, ésta última a través del
Instituto Italiano de Cultura de Caracas. Cuenta con el aval del Comité
Venezolano de Yad Vashem Sobrevivientes del Holocausto y la colaboración de la
Universidad Central de Venezuela, a través de su Dirección de Cultura.
En el momento más difícil,
enfrentando la maldad y la perversidad, la ópera nos enseña que con esperanza y
lealtad el espíritu humano puede vencer hasta al más poderoso enemigo. Se trata de una demostración de unidad, así como del cumplimiento del
compromiso de nunca olvidar y de divulgar a nuestros pueblos un mensaje de
humanismo, solidaridad y esperanza.
Desde el miércoles 25 de enero se
podrán retirar las entradas gratuitas –hasta 4 por persona– en las taquillas
del Aula Magna de la UCV, en el horario corrido de 8:00 a.m. a 6:00 p.m.
El domingo 29, también se pueden recoger antes de la función. Los
asistentes contarán con seguridad para estacionar sus vehículos.
Espacio Anna Frank es una organización sin
fines de lucro, cuyo objeto es concienciar a la sociedad venezolana sobre la
necesidad de cultivar valores como la coexistencia, el respeto al diferente y
la valentía moral, condiciones que considera imprescindibles para la
convivencia entre los seres humanos.
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