Isaac D’Lima. |
Instinto, del psicoanalista y teatrero Johnny Gavlovski, un inesperado camino a
la locura y al erotismo llegó a la décima edición del Microteatro Venezuela y
se convirtió en el espectáculo más aleccionador. Todavía el evento está en
cartelera, hasta el 12 de febrero, y no podemos afirmar que es el mejor, pero sí
deja huellas y muchas preguntas para resolver, no solo en lo teatral. No todo
es jolgorio ni negocio en ese festival del Teatro Urban Cuplé en el CCT,
también hay sucesos que asombran, como este, gracias a sus protagonistas, todos
los artistas ahí involucrados, por supuesto.
Instinto, que se presenta en la Sala 10, protagonizada por Isaac D’Lima y
dirigida por su mismo autor, cuenta la historia ficcionada del joven alemán Robert
Gurfinkel, un paciente del reconocido psicoanalista
Sigmund Freud. Prófugo en su propia tierra, huyendo de la persecución nazi, quien
logra un refugio temporal en un cabaret vienés, bajo la única condición de
“servirle”, como actor pornográfico, a las esposas de los oficiales alemanes,
bailar para ellas y después copular con la elegida, tratando a toda costa de
esconder esas señales en su cuerpo que delatan su origen judío, mientras
consigue el salvoconducto que le permite llegar a Londres para no perecer en el
holocausto que fraguaban los enloquecidos seguidores de Hitler.
ORIGEN DE ESTA PROPUESTA
Freud escribió dos grandes relatos
clínicos, uno que llamó El hombre de las
ratas, y otro El hombre de los lobos, y Gavlovski como dramaturgo pensó en un
divertimento a partir de esta pregunta: ¿y por qué no uno sobre El hombre de los gatos? Así nació esta
propuesta para microteatro, especialmente cuando ha podido contar con un actor
versátil como Isaac D’Lima, uno de los mejores de su generación, y tuvo además
la valentía de adentrarse en ese mundo de erotismo, suspenso, y locura,
donde la realidad de lo ocurrido supera la imaginación del más atrevido
dramaturgo, e impactar al espectador especializado, como nos ocurrió a
nosotros, por la simplicidad de su propuesta
escénica y la economía de recursos: una cámara negra, la luz de un farolito y un banco, además de un crecido comediante.
En este Instinto, como su nombre lo dice, se aborda el ambiente de los bajos
fondos de la Viena de los años 30, se toman elementos de historia real para
llevarlos a un mundo de fantasía, vistos y encarnados por un hombre semidesnudo,
quien para sobrevivir debe sumergirse en los profundos secretos del deseo
femenino.
Gavlovski considera que Instinto
es un experimento que ha podido llevar a las tablas por absoluta
sincronicidad. Desde hace unos años adelanta una investigación para sus clases
de Psicoanálisis y Arte en la UNIMET, sobre los movimientos estéticos expresionistas
y una nueva objetividad y sus vinculaciones con el psicoanálisis entre guerras.
El motivo es el hombre y el arte en tiempos de crisis, la nueva visión hacia el
hombre y hacia los pueblos oprimidos por los autoritarismos. “Fueron genios que
lucharon contra las discriminaciones ideológicas, raciales, sexuales. Fue el
momento cuando Sigmund Freud (Príbor, Republica Checa, 6 de mayo de 1856/Londres,
Reino Unido, 23 de septiembre de 1939) promueve
que debería haber centros de atención gratuita en psicoanálisis para gente de
escasos recursos, para apoyar a los estudiantes. Una época fascinante que
debería ser inspiradora en nuestros días. Y en ese contexto, se me ocurrió que
el teatro debería ser un instrumento para elaborar todo ese material”,
puntualiza.
Empezó a escribir y le salió una obra extensa,
fuerte, para dos actores; aún sin título, como lo cuenta. Dairo Piñeres le pide
una pieza, de un cuarto de hora, para Microteatro. Hace varios intentos y lo
llama Isaac D’Lima, porque necesitaba un texto para micro. Vio a Isaac y
reconoció a Robert Gurfinkel, el que terminó siendo el protagonista de su Instinto.
Le dice que espere a que culmine de
escribir la obra que está planeando con Jorge Palacios, pero Isaac le urge para
el micro. “Fue su insistencia, el compromiso con Dairo y debo reconocer, las críticas
del mismo Jorge Palacios al primer esbozo de nuestro proyecto, lo que me motivo
a hacer este experimento”.
Lo retomó, modificó la estructura y se dedicó a un
texto de síntesis. “Desnudo, solo lo esencial. Eros y Thanatos. Amor y Muerte.
Las pulsiones básicas como diría Freud. Eso es lo que mueve al hombre. De
hecho, la obra se debería llamar Pulsión.
Así me lo reclamaron en estos días desde Argentina, pero Isaac fue muy certero
en subrayarme y proponerme este, porque la palabra Instinto es más cercana a nuestro público de Microteatro, donde el
público puede tocar, incluso, a sus comediantes o recibir en la cara las gotas
de sus sudores”.
ESPECTÁCULO
Gavlovski advierte ya había trabajado antes con
Isaac D’Lima, como lo hizo durante su puesta en escena de Animales feroces, de Isaac Chocrón, donde descubrió y calibró su
versatilidad actoral. La gente lo conoce por su trayectoria en teatro infantil,
pero el teatro adulto es otra cosa y él quiso explorarlo. Isaac se entregó
completamente. Pura emoción y cuerpo sin pensar, sin racionalizar. Debía pasar
de humano a felino. De lo humano a su esencia animal. Fueron ensayos largos, de
cuatro, cinco horas. Donde hay un ejemplar proceso con el manejo del cuerpo,
del silencio y la relación con el espacio. Y así fue… entrega total. No hay más
en el teatro: entrega y pasión, además de un atmosfera de erotismo y represión,
de pulsión vitalista aunada a una prueba más de sobrevivencia, de amor sin querer amar, a sabiendas que puede ser la
última vez si te descubren… que eres circunciso.
Fueron 15 minutos controlando la respiración, suficientes
para ponderar al delgado cuerpo del porno actor alemán que debe fingir todo,
todo, menos cuando sacia la pasión de su pareja ocasional, una mujer fantasmal,
además. Ver aquello es reconocer que en ese mínimo escenario hay todo un intérprete
que debe tener otras grandes oportunidades. Pudimos palpar una atmósfera que
solo comparamos con una que presenciamos en un espectáculo erótico, Love in Stage, escenificado en un teatrucho de Nueva York, años ha.
Gavlovski continuará pergeñando una obra en grande.
Será una pieza en dos partes. Una, con Jorge Palacios y José Manuel Ascensao y
la segunda, el cierre, donde estarán Jorge Palacios e Isaac D’Lima.
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