"Reina pepeada" en la versión 2017 |
Con un ensayo general para la prensa y una función
privada ante los ejecutivos del Centro
Cultural BOD e invitados especiales, comenzó
la temporada 2017 del gran sainete
venezolano Reina pepeada de Román Chalbaud,
dirigido con precisión por Jorge Souki y
utilizando un equilibrado elenco integrado por
Caridad Canelón, Norkys Batista, Aroldo Betancourt, Oswaldo Maccio, Eulices Alvarado, Djamil Jassir, Carlos Sánchez
Torrealba y Homero Díaz, dentro de una pulcra escenografía corpórea, creación de Ricardo Morales, y con la producción
general de Douglas Palumbo.
Este segundo montaje de Reina
pepeada (el primero fue en
agosto de 1996), el cual se mostrará hasta el próximo 23 de febrero en el BOD, reitera
una vez más la calidad dramatúrgica y la visión sociológica de Chalbaud, plasmada en un sencillo argumento y sus arquetípicos personajes,
francamente delineados, para plasmar escénicamen a una Venezuela, sin caer en compromisos politiqueros
y sociales. Ahí está su mapa personal sobre este país, el cual ahora, más que
nunca, tiene gran vigencia, particularmente, porque muestra la descomposición
humana surgida en sus ciudades y desmitifica a la sociedad venezolana a partir
de sus personajes marginales y marginados, vistos con compasión e ironía, como
solamente lo pueden hacer aquellos auténticos escritores que retratan a sus pueblos.
No es un discurso político sino una oportuna y descarnada arenga social para un pais que difícilmente
quiere cambiar.
Reina pepeada, con acto
único de 90 minutos y un solo ambiente, transcurre en el año 1996, dentro de la modesta arepera caraqueña “Reina pepeada”,
ubicada frente al Congreso Nacional. Cuando empieza la obra, se realiza una manifestación
en las inmediaciones del Capitolio Federal, que es reprimida con disparos y gases
lacrimógenos, por lo que el establecimiento no puede abrir para recibir a su
clientela tradicional. A través de sus dueñas, Casilda y Reina quienes llegaron del
interior del pais a finales de los años 50, Chalbaud hace una revisión de los
acontecimientos políticos de todas esas décadas de la democracia nacida después
de Pérez Jiménez. Ellas, la hiperadeca Casilda (Caridad), que funge de
cocinera, y su hija Reina (Norkys) la cajera, han luchado mucho para mejorar
económica y socialmente. Reina ha tenido muchos amantes que la chulearon y el último
es Benito (Aroldo). Estas dos mujeres tiene como empleado a Juan de Mata
(Oswaldo), un homosexual amadamado que para redondearse la quincena trabaja
como travesti en un centro nocturno y quien sueña ser un afamado escritor
porque pergeña una novela testimonial sobre todas sus vicisitudes existenciales.
Durante la mañana de un lunes, Reina vuelve a recibir a Benito, el marido del que
se había separado después de descubrir que la engañaba, así mismo Juan de Mata
le confiesa a Casilda que vive un tórrido romance con un agente de policía y
sin que lo esperaran reaparece Alberto (Eulices), el hijo malandro de Reina, quien
muy a su manera defenderá a su madre de las intenciones nada honestas de Benito
y su amigo Jeremías (Carlos), para despojarlas de tres mil dólares que tienen ahorrados.
El final llega y las mujeres vuelven a quedar abandonadas
por todos los hombres que por ahí pasaron, ya que siguieron sus destinos. Hay
mucho humor, pero queda una desazón porque Casilda
y Reina, tendrán que proseguir, y ahora sin más ayuda que la que reciban de los
nuevos clientes, porque han sido siempre usadas por los hombres a quienes dieron
sus almas y cuerpos,con auténtico amor. Es, para nosotros, una oda al amor verdadero, sin
compromisos, pero que exige lealtad, todo el tiempo, a la pareja.
Reina pepeada es, es pues, un gran sainete sobre la sociedad
venezolana donde el amor es la mayor carencia de sus habitantes, al mismo
tiempo que compite con el afán de conseguir dinero por parte de su gente, por
lo que están dispuestos a todo, incluso a prostituir sentimientos y cuerpos y
asumir mascaradas o engaños. El autor para balancear la situación melodramática
y/o cursi de la madre Casilda, quien ha visto el derrumbe de sus ideales de "una
sociedad justa" como la predicó Rómulo Betancourt, y la hija Reina que ha palpado y saboreado
como se erigió una democracia que se corrompió y ahora devora a sus mismos creadores, presenta a un singular homosexual old
fashion o loca, estereotipado ser entre cómico y patético como parodia de lo
que pueda llegar a ser una libertad mal
entendida. pero que al mismo tiempo es honesto y enamorado de la vida y del amor, al cual toca fugazmente a riesgo de quemarse con él. Es, quiérase o no, el único personaje
masculino digno de la obra, ya que los otros hombres son villanos de poca monta
y con diversos niveles de degradación.
Imposible olvidarnos de las actuaciones porque sin esos
profesionales no hay espectáculo posible. Caridad Canelón y Norkys Batista tienen
los roles protagónicos y lo demuestran con su histrionismo a diferentes niveles,
además de que dan a sus personajes un gracia poco frecuente en la escena criolla
cuando encarnan a personajes populares venezolanos. El otro personaje convincente
es Juan de Mata, un gay old fashion, cuyo historia escabrosa atrapa la
audiencia y además realiza una performance vocal que cosecha aplausos porque
atipla la voz e impacta por su grato desenfado escénico.Bien por Oswaldo Maccio. Aroldo Betancourt, Eulices
Alvarado, Djamil Jassir, Carlos Sánchez Torrealba y Homero Díaz están precisos
en sus composiciones. En términos generales el elenco puede rendir muchísimo más,
pues los vimos en un ensayo general con público y era obvio que estaban cuidando
las voces y guardando sus energías para la segunda función, la del estreno. A nosotros
no nos gusta ver ensayos generales por eso, pero la pauta de trabajo lo exigía
y además sabemos que alcanzaran óptimos niveles. Y con respecto al director Souki
es notable su crecimiento profesional.
DATOS
Hacer teatro en
Caracas es costoso y para subir el telón de Reina pepeada se invirtieron 8 millones de bolívares. Esperan hacer
20 funciones en una sala de 241 puestos y cuyos boletos cuestan 7000 bolivares,más otros 218 en impuestos,
cada uno. Si les va bien podrían recaudar no menos de 33 millones de bolívares.
La mitad de la taquilla es para el BOD y lo restante entre la producción y los
sueldos del elenco. Piensan y quieren ganar un poco más de dinero con giras por el
interior del pais y si esposible cruzar las fronteras.
¡ ¡Ah,se nos olvidaba! Los puristas dividen al teatro entre comercial y de arte, fuera de esos estratos no hay salvación. Esta Reina pepeada es arte y es comercial, que es lo que todos quieren hacer, pero muy pocos lo alcanzan.¡Ladran...Sancho!
¡ ¡Ah,se nos olvidaba! Los puristas dividen al teatro entre comercial y de arte, fuera de esos estratos no hay salvación. Esta Reina pepeada es arte y es comercial, que es lo que todos quieren hacer, pero muy pocos lo alcanzan.¡Ladran...Sancho!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario