El elenco y su director Costa Palamides. |
Sin pareja porque se la mataron, sin apartamento
y sin cama porque todo se lo expoliaron y con pocas amistades sinceras, no
puede dejarse morir así no más; debe seguir viviendo hasta que un Dios o la
naturaleza le quiten el peso de tal vida y la lancen a otra dimensión. Mientras
tanto debe buscar donde caerse viva y proseguir avanzando y buscando como
cambiar o mejorar. No es fácil.
Este el colofón que se nos ocurre después de
haber visto y reflexionado sobre la humanísima y actualísima obra teatral Donde caerme viva, precisamente en Venezuela,
donde todavía la homofobia es rechazo, aversión, odio, prejuicio o
discriminación hacia hombres o mujeres homosexuales, lo cual además involucra a
bisexuales, transexuales y travestis. No es invento periodístico ni vagabundería
de teatreros ni de reporteros buscando escándalo para hacerse famosos.
Tristemente, la homofobia, a caballo sobre los crímenes de odio, mata a quienes
se atreven a practicar tales conductas y por supuesto ha eliminado venezolanos
y venezolanas, entre otros. Es una letal realidad, incluso prohibida
por la Carta Magna, porque no hay leyes que prohíban y sancionen esos asesinatos
de odio y discriminaciones, ni tampoco están autorizadas las uniones libres o
matrimonios para hacerles la vida más llevadera a esos “raros” o “raras” que
deciden vivir amorosamente juntos o arrejuntares o en concubinato, sin dañar al
vecindario. Se necesita una verdadera y auténtica revolución cultural, desde los
hogares, además.
En un teatral contexto venezolano, donde obviamente no hay
respeto a los derechos humanos, porque coexisten homofobia y nefandos crímenes de odio, irrumpe el montaje Donde caerme viva, con el cual, el autor Elio Palencia y el director Costa
Palamides, rompen brillantes lanzas para revelar la sobrecogedora historia de
la criolla Maigualida (Marisol Matheus) y la colombiana Raquel (Juliana Cuervos), quienes, durante una feliz noche, cuando festejan
sus 15 años de amores y convivencias, se
ven tronchadas para su siempre sus vidas
en común, por los tiros de unos malandros en la madrugada caraqueña y la mefistofélica
irrupción de la sobrina Yariza Josefina
(Norma Monasterios) quien, cual bruja maléfica, procedente de Tinaquillo, aparece para llevárselo todo y dejar en la
calle a la sobreviviente, precisamente la cachaca Raquel. Tres performances desgarradores
y desgarrantes que están de premio por su entrega profesional.
Donde
caerme viva es la
pieza con la cual Palencia rompe fuegos contra una sociedad que discrimina y suscita
crímenes de odio. No es frecuente que los criollos aborden la singular temática
de las lesbianas y logren además que sus textos lleguen a escena. Si la memoria
no nos falla, fue en 1970, cuando Caracas se escandalizó ante la pieza La buhardilla, de Gilberto Pinto, donde
dos cachaperas son sometidas y finalmente muertas por unos tramposos caballeros.
Bertha Moncayo, Martha Mijares, Giampero Micucci, Martin Lantigua y Blanquita
Pereira fueron los solventes intérpretes de ese texto imborrable e inolvidable,
el cual se mostró en el Teatro Triangulo, frente a la plaza Tiuna. Desde entonces, salvo dos o tres obras más,
esos valientes personajes de mujeres venezolanas no se lucen ante la audiencia,
están invisibilizadas, porque hay una curiosa misoginia de los mismos gays con
capacidad de mostrarlas en el teatro.
Como la agrupación artística Teatrela cumple
30 positivos años teatrales, ahora en la sala Horacio Peterson, de Unearte,
hace temporada Donde caerme viva, espléndido
y oportuno espectáculo que vimos en estremecedor y satisfactorio ensayo general
y además la normal función de estreno, todo
eso nos permitió ponderar y degustar también
los talentos de Nirma Prieto, Daifra Blanco,
María Alejandra Tellis (¡bravo!) y Ruth Cabeza, para exhibir su valiente y artística
denuncia sobre un sórdido estado de cosas, cuya realidad es superior a lo materializado.
El plantel de creadores en Donde
caerme viva continúa con un envolvente dispositivo escenográfico creado por
Oscar Salomón para un cuadrado espacio central; el diseño de luces es de Darío
Perdomo; la música original de Pantelis Palamides y la producción general de
Juan Carlos Azuaje, actor fundador, director y productor general de la
agrupación cumpleañera. ¡Creemos que Donde
caerme viva hará historia cultural!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario