domingo, junio 26, 2016

Lesbianas saltan al teatro

Elio Palencia, a sus 53 años se atreve con otro tema prohibido.
Desde el 28 de Junio, en la Sala Horacio Peterson de  Unearte, se presenta la nueva obra Donde caerme viva, de Elio Palencia,  la cual tendrá, por ahora,  una minitemporada de 10 funciones hasta el 10 de Julio, de miércoles a sábados a las 6 p.m. y los domingos a las 5  p.m., bajo la dirección general de Costa Palamides.
Donde caerme viva aborda la candente temática de la sexodiversidad, según la dramaturgia de Palencia, para explicarnos vehementemente la problemática venezolana en sus más profundas vertientes. Seis personajes femeninos interpretados por siete actrices que mantienen el repertorio de la agrupación Teatrela a viva voz en un derroche de emociones sobre la relación lésbica en un país donde los LGTB siguen siendo en materia legal ciudadanos de segunda. Un grito que espera calar hondo en el espectador, como lo han sido las obras de este autor venezolano Elio Palencia.
El estreno mundial de la obra Donde caerme viva sirve también para los reencuentros con tres actrices que han estado en más del 80 por ciento del repertorio teatral de la agrupación que más ha difundido el teatro latinoamericano en Venezuela. Se trata de Nirma Prieto, Marisol Matheus y Norma Monasterios. Debutan con Teatrela,en esta celebración de sus 30 años de labores útiles a la cultura criolla,  junto a Juliana Cuervos, Daifra Blanco y María Alejandra Tellis, así como también la española Ruth Cabeza quien da el carácter internacional a esta celebración con visos iberoamericanos. 
El plantel de creadores escénicos vinculados al repertorio de Teatrela continúa con el dispositivo escenográfico firmado por Oscar Salomón; el diseño de luces es de Darío Perdomo; la música original de Pantelis Palamides y la producción general de Juan Carlos Azuaje, actor fundador, director y productor general de la agrupación cumpleañera. 
Elio Palencia (Maracay, 1963) explica mayores detalles sobre este texto que estremecerá a unos y unas, seguramente.
¿Qué ocurre con Donde caerme viva?
Tenía tiempo queriendo trabajar personajes femeninos y sexodiversidad. No es un ámbito fácil, como no lo ha sido la condición de ser mujer y lesbiana en nuestra sociedad. Hay poca visibilidad y mucha estigmatización.  Mientras se ve desde el morbo del varón heterosexual o la pornografía, todo ha parecido estar relativamente bien o tolerado, pero al pretender hablar de ello como opción de vida que irrumpe en la cotidianeidad y alza su voz, ya la cosa se torna difícil.  Un día un intelectual “progresista” con premios y prestigio me suelta en una conversación que para qué hablar de eso, que el tema de la diversidad sexual ya “está superado” (¡…!) ¿Un tipo culto, que ha viajado, de pensamiento laico y racional, que escribe para diarios y –lo sé- es lo que llamamos “una buena persona”? ¡No podía creérmelo! Le pregunté si le parecía justo que él con apenas seis meses de relación con su compañera, pudiera incluirla en un seguro médico, mientras que cualquier pareja gay o lésbica con diez o quince años de convivencia no podía ni pensar en esa opción. Sólo alzó las cejas (¡…!) ¡Cuánta ligereza e irresponsabilidad, cuando no ahondas en la problemática del otro! Así que me dije: “¡Superado un carajo: voy a escribir!” Y surgió Dónde caerme viva. Hay que ponerse en el pellejo del otro, como lo hizo el varón inteligente en el de la mujer que no podía votar o el blanco liberal en el del negro o el indio esclavizado o excluido. Y he allí una dura particularidad: reivindicar la justicia del sexodiverso, que históricamente ha contado con poquísimo apoyo de los que no se ven en esa condición. Generalmente por el temor de ser tomado como sospechoso/a y en consecuencia, estigmatizado/a. Por fortuna, ya en muchos lugares, desde el punto de vista legal las cosas están cambiando. Dado que un país como el nuestro insiste en seguir quedándose detrás al respecto, habrá que continuar haciendo sonar alarmas sobre esta asignatura pendiente que afecta a muchos seres humanos.
¿Y el cine donde se quedó? ¿Dispuesto a llevar Penitentes a la pantalla?
¡Sigo escribiendo! El año pasado hice un guion para la Villa del Cine sobre el embarazo adolescente, una bella experiencia. Ahora desarrollo un largo con las Clases Magistrales de Procine y un par de historias cortas para un interesantísimo proyecto de Luis Alberto Lamata que me tiene muy entusiasmado. En cuanto a Penitentes, desde luego que es susceptible de ser llevada al cine y he pensado en la elaboración del guion, pero preferiría vislumbrar algún interés de dirección o producción, pues escribir cine requiere muchísimo trabajo y tiempo, de modo que hacerlo sin un destino concreto es una inversión y un riesgo que no siempre se tiene la posibilidad de asumir. Penitentes está allí junto a otras piezas teatrales mías con potencialidad de adaptación. Si a algún cineasta le interesara, yo encantado de embarcarme en una recreación para la gran pantalla.  Mientras tanto, opto por mirar hacia aventuras nuevas cuya materialización pueda depender más de mí.
¿Por qué o para qué este teatro sobre la diversidad?
La verdad es que nunca me he propuesto hacer un “teatro sobre la diversidad” sino –repito- ser lo más orgánico y coherente posible con mis motivaciones y necesidades. Sé que existe tal clasificación desde un ámbito de la investigación crítica y académica, y lo comprendo, pero sólo muy excepcionalmente me lo he propuesto de esa manera. De hecho, considero que en la mayoría de los casos, el tema central no está en una orientación sexual equis (nomenclaturas que, por cierto, cuestiono, pongo en duda y continúo revisando) sino temas, conflictos esencialmente humanos y que pretenden buscar puntos de encuentro, ser más abarcadores. A mí muchas veces me ha surgido tratarlos desde personajes sexodiversos  y eso tal vez quiere decir , entre otras cosas, que soy un hombre de mi tiempo, que procuro hacer uso de mi libertad  de ser y expresarme ¿Acaso no ha habido demasiada invisibilidad y exclusión, cuando no satanización y represión durante muchísimo tiempo respecto a estas cuestiones? Arthur Miller decía que el teatro es el arte donde el hombre puede enfrentarse a sí mismo… Para eso, cada cual crea desde los colores que vive, se imagina, sufre o sueña y, en el drama, desde los actantes o categorías humanas que le son propicias para dialogar consigo mismo y con los otros hasta llegar a poner “Fin” “Oscuro” “Telón” y se inicien nuevos diálogos.
¿De dónde partió para escribir esos textos teatrales?
De muchos rincones y pulsiones interiores, así como de las referencias y reflejos que pude haber hallado fuera y considerado que contenían potencial dramático. Cada texto surge de un momento y una necesidad específica. Su gestación y desarrollo, como los hijos, son únicos y, ojalá, irrepetibles. A veces partes de la rabia o la indignación, otras del sosiego, la reflexión o la ternura; a veces quieres reírte de ti mismo o ver si descubres o exorcizas sombras o temores… En fin, pueden ser tantos y tener muchos matices los puntos de partida para crear.
¿Cuántas obras sobre la sexodiversidad?
¡Todas las que surjan de la necesidad expresiva, del imaginario, del deseo… y lleguen a concretar su forma! Muchas veces he dicho que para mí la escritura teatral –a diferencia de la televisiva o cinematográfica- es el espacio en el que procuro honrar la libertad, ese donde no hay más condicionantes que las ganas de crear para un escenario y unos espectadores. No da dinero ni fama: da el placer de hacerlo, de compartirlo con otros y, no pocas veces, autoconocimiento. De modo que si el tema de la sexodiversidad ha estado en muchos de mis textos ha sido porque ha obedecido a esa organicidad, a esa “materia prima” de motivaciones e intereses que, conscientes o no, forman parte de mí.
¿Puede enumerarlas?
Lo intentaré. Desde la primera pieza Detrás de la avenida (1988) hasta Dónde caerme viva (2014) he indagado en personajes tanto heterosexuales como de casi todas las orientaciones que sugiere la sigla LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales). La “I” de intersexualidad es la única que hasta ahora sigue virgen para mí. De unos cuarenta y tantos textos escritos hasta ahora –incluidas adaptaciones, teatro breve y para niñ@s- quizás cerca de la mitad hace visible, a través de algún personaje, rasgos o matices de la sexodiversidad. Además de las citadas, se puede ver en Habitación independiente para hombre solo,Arráncame la vida  y su versión reciente Mátame, mamá,  Escindida, Pasajeros, En las Fronteras,  Del alma querida,  Remota, amiga remota,La Quinta Dayana, Penitentes, Tierra Santa, Que 20 años son nada, De alta,  en el musical  Aire  y en las piezas breves  Padre puede ser cualquiera,  Como dios manda,  El jardín del soldado,   Vamos que nos vamos  y  No quiero verla.


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