sábado, agosto 13, 2016

Thalia cumple 35 años de labores teatrales

Carmelo Castro, genio y figura del teatro criollo.
Carmelo Castro tiene su historia personal ligada intimamente a la saga del teatro venezolano, especialmente el que se produce para niños y niñas. Es el fundador del grupo Thalia, toda una institucion cultural que tiene 35 años de labores continuas.
 Cuenta Carmelo (Caracas,1954) que hacia 1978 cursaba el tercer año de Relaciones Industriales en la Universidad Católica Andrés Bello pero por aquello del llamado de la vocación, “me seguía atrayendo la actuación. Ya tímidamente me había iniciado en primaria en el Grupo Escolar Caricuao, en una primera experiencia bajo la dirección de Eduardo Cortina. Más tarde continúe en el Liceo Francisco Fajardo, dirigido por Gilberto Varela. Estuve por un corto periodo en Arte de Venezuela, de Levy Russell. Intenté afiliarme al Sindicato de Radio, Cine y Televisión pero me exigieron estudios formales de actuación, así es como llegó a la Escuela de Arte Escénico Juana Sujo, regentada por Porfirio Rodríguez. Ahí tuve la oportunidad de recibir clases de Paul Williams, Gilberto Pinto, Lola Ferrer y Sergio Arrau. Al cabo de dos años salí directo a trabajar como actor en la telenovela Orgullo y Prejucio, por intermediación de Eduardo Cortina. Leonel Ramos me invita a trabajar como actor en su grupo La Rosa Emilia. Paralelamente José Simón Escalona lleva a escena la obra infantil musical Amigo Sol, amiga luna, mi primera pieza profesional y en la que participan como actores mis compañeros de la Juana Sujo: Ulises Castillo, Enrique Marcano y Germán Mendieta. Los dos últimos hicieron una destacada carrera en el Grupo Theja y en el caso de Mendieta llegó a ser primer actor de Rajatabla. Juntos actuamos en Calígula, primera de las obras de la trilogía de Las Pasiones, escrita y dirigida por José Simón Escalona. Llega el momento en el que decido fundar el Grupo Thalía con mi amigo José Manuel Ascensao, con quien me une una amistad de casi 40 años. Así arrancamos con el montaje de la pieza para niños Amalivaca una fábula  que escribí inspirado en el mito de la creación de los Tamanacos, recopilada en el siglo XVI por el sacerdote  Salvatore Gilli. La estrenamos en el Ateneo de Maracay y días después hicimos un segundo estreno en Caracas con temporada incluida en el Teatro Cadafe, que   estaba bajo la gerencia de Daniel Farias y América Alonso.”
 De forma alterna, prosigue su carrera de actor en la televisión hasta que comienza a desempeñarme como dialoguista, apoyado por Pilar Romero y Fausto Verdial, trabajando para RCTV y para Venevisión. “También en este lapso participo en varios talleres tanto en Venezuela como en el exterior y saco la licenciatura en Gerencia y Producción en la Universidad de las Artes. Poco a poco la actuación se hizo más aislada, dedicándome más a escribir y dirigir para Thalía principalmente. En la actualidad participo en la Maestría de Teatro Latinoamericano en la UCV, tratando de hacer un resumen de la actividad de estos años”.
¿Satisfecho de todo lo ocurrido?
La satisfacción plena no creo que sea un estado anímico fácil de alcanzar entre los que nos dedicamos al teatro. Persiste la inquietud de que las cosas pudieron hacerse mejor a lo que se suma la eterna paradoja de que todo hubiese sido diferente de contar para aquel momento con la experiencia actual.
¿Qué cambiaría o arreglaría?
Quizás leer e investigar cosas que he debido dominar en determinado momento pero, insisto, hay que ver hacia adelante.
Su pasión no ha sido solamente el teatro, sino también la televisión y el cine. ¿Cómo le ha ido en esos rubros?
La televisión ha sido un oficio fascinante con el que se llega  a millones de personas y un medio con el que sigo estando agradecido. Para tener una idea de su alcance cito dos ejemplos, la telenovela Mi gorda bella, idea original de Carolina Espada y en la que participé en el equipo de escritores, se llegó a vender en 57 países y estuvo en primer lugar de sintonía en cinco de esas naciones; y La pandilla de los 7, programa infantil que estuvo a mi cargo, se llegó a negociar hasta en las naciones países árabes.  Por otra parte la televisión en infinidad de ocasiones me ha facilitado los medios económicos para poder hacer teatro, aunque no tienes la libertad de creación de este último. Como escritor de televisión he tenido la oportunidad de trabajar en casi todos los formatos: desde la telenovela, el sit com, pasando por los programas infantiles, unitarios y pare usted de contar. Me quedé con las ganas de escribir comic´s en un proyecto que iba a realizar junto al maestro Salvador Garmendia. En cuanto al cine ha sido una experiencia excitante y reveladora pero más esporádicam y muy gratificante.
El  teatro para niños o Infantil lo atrapo. ¿Qué magia encierra? ¿Le sirvió de algo?
Después de todos estos años no tengo la menor duda de afirmar que el teatro infantil es un género y quizás la mejor guía para entenderlo, son los postulados de Jean Piaget.Mi primera obra, La campaña (trataba sobre la conservación del ambiente), la escribí a los 16 años, la envié a un concurso patrocinado por INAVI y gané un premio. Esa misma pieza la dirigí al año siguiente. Digamos que es mi primer paso como dramaturgo y al mismo tiempo como director.El teatro para niños siempre me atrajo y cuando fundamos Thalía, nos dimos cuenta que había un vacío en el sector. Eran muy pocos los grupos que hacían un teatro comprometido y que respetara al niño. Fue en ese momento en el que decidimos que trabajaríamos para el teatro infantil conjuntamente con el de adultos. El siguiente proyecto fue Una aventura para imaginar, obra con la que gané un concurso de dramaturgia para niños promovido por AVEPROTE y de ahí hasta el presente, hemos ido sumando experiencia. Ahora se compite con la computadora, con los videos juegos y con todo un arsenal de instrumentos para entretener, aun así el teatro no ha perdido su encanto, la magia de la palabra instantánea, de la presencia del actor y la actriz, de la representación viva, donde el niño tiene la oportunidad de interrelacionarse con los personajes que lo deslumbran. A través del teatro infantil he encontrado una forma de comunicarme y de entender la vida.
¿Deja legado o herencia?
Sin pecar de vanidoso me atrevo a decir que como producto de toda esta experiencia ya podemos hablar de una forma de hacer teatro que nos distingue, donde se parte del respeto hacia el niño o la niña. Eso quiere decir que no me atrevo a adoctrinar y manipular hacia una determinada posición, esa responsabilidad corre por cuenta de los padres o representantes. Eso en cuanto al contenido. Con respecto a la forma, tenemos unos parámetros de tiempo, de temática, lenguaje, tiempos, trabajo de la voz y del cuerpo, entre otras exigencias que son características de una estética de Thalía.
¿A quiénes ayudó su teatro?
Espero que el primer beneficiado haya sido el niño@, objeto e inspiración de nuestro trabajo. A partir de ahí todos los artistas, técnicos y otros creativos involucrados en cada proyecto. La efectividad de una empresa cultural se mide en el tiempo y estoy seguro que los resultados han sido positivos en cuanto a la formación. Puedo mencionar nombres, siempre con el riesgo de omitir a otros tantos. A José Manuel Ascensao hoy por hoy lo considero uno de los productores de teatro más importantes del país. Rodolfo Cova es uno de los productores de cine más laureados y prolifero. Karl Hoffman, Wilmer Rámirez, Yugui López, José Romero, Javier Zapata, César Rojas, José Ángel Ávila y Celsa Castillo en el área de la actuación. En estos momentos cuento con un elenco con un promedio de edad de 20 años. Confieso que imito al maestro Jerzy Grotowski, cuando en algún momento buscaba jóvenes para ser formados por él y así evitar que llegaran maleados actoralmente. Tengo como asistente de dirección a un joven talento, Diego Aguilera, a quien trato de traspasarle toda la experiencia posible sin que pierda su propia visión como artista. Me aterra que una vez que desaparezca no haya continuidad como institución.


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