jueves, diciembre 28, 2006

Los aplausos persiguen a Román Chalbaud

Román Chalbaud (Mérida, 1931) con sus piezas teatrales y sus películas, asumió una posición crítica frente a la realidad venezolana, parafraseando a Carmen Márquez Montes. Optó por irse a los bajos fondos y presentar al público las dos caras de una nación donde el poder del dinero proveniente del petróleo, sólo sirvió para hacer más insalvables, si cabe, las distancias entre las clases sociales. Ofreció a los lectores o espectadores la posibilidad de confrontar las dos realidades que se daban en esa Venezuela. Por un lado, un proyecto político e ideológico de la sociedad en la que imperaban los valores de los petrodólares, y por el otro a la colectividad que sobrevivía con las migajas de la oficialista, y a la cual intentaron enmascarar y tapiar, pero nunca lo lograron. Ambas caras son la única realidad de una Venezuela que en un corto espacio de tiempo vio cómo se alteraba su forma de vida y cómo sus valores tradicionales se transmutaron por otros foráneos.
Chalbaud, al igual que todo el país vivió estos momentos a través de su dramaturgia y su cine, primero de forma esperanzada, más tarde desconcertado y sin creer en la receta política, lo cual le llevó a pensar que la única solución provenía de la concienciación individualizada; pero en su obra Vesícula de nácar y en la penúltima película Pandemonium apuesta por un derrumbe total, para, a partir de las ruinas, poder reconstruir un nuevo país acorde con las necesidades y las realidades propias.
Chalbaud, y en esto también compartimos los juicios de Carmen Márquez Montes, no ha inventado otra Venezuela para su teatro o su cine, lo que hizo fue desenmascarar y arrancar el suburbio de la ignorancia. Ello permitió a sus audiencias fundar una nueva realidad completa, formada por la oficialista petrodólar y por la de los desheredados. El dramaturgo invitó a mirar de frente la corrupción, la violencia, la confusión de valores, la anarquía y el caos que sacudían al país, mientras que sus habitantes se debatían por encontrar un espacio dentro de este maremagnun, todo ello unido al resto de la problemática del hombre contemporáneo, con su aislamiento, sus relaciones amorosas, la sexualidad y las relaciones interpersonales.
Con El Caracazo, su más reciente largometraje, Chalbaud retoma el cine testimonial, ese que afuera se disfruta pero que aquí se atraganta, por la cruda verdad que encierra. Él, en dialogo exclusivo para Todosadentro, habló de sus proyectos y de los aplausos que tuvo afuera.
—¿Qué balance arroja El Caracazo? ¿Vale la pena seguir haciendo cine sobre sucesos históricos? ¿Qué problemas se tienen que superar con tales temáticas? ¿Cómo ven en el exterior a esas películas, especialmente a El Caracazo?
—Estoy satisfecho de haber hecho El Caracazo, así como de haber filmado todas las películas que llevan mi firma. Cada vez que las veo, pasado el tiempo, me reprocho cosas: un diálogo que falta, una escena que sobra, una estructura que podría ser más férrea. En pocas palabras: la búsqueda de la perfección. Somos todavía aficionados aprendiendo el difícil lenguaje cinematográfico. Me preguntas si vale la pena seguir haciendo cine sobre sucesos históricos. Por supuesto, no sólo vale la pena sino que es nuestro deber. Y me refiero a aquellos comunicadores que, como yo, creen firmemente en un proceso de mejoramiento de la salud intelectual, artística, humana y económica de los venezolanos. La historia nos enseña. Pasamos muchos años gobernados por hombres que nos vendaron para que olvidáramos la historia y las ideologías. Nos entregaban un mullido cojín (el cojín del cual habló Harold Pinter en sus palabras para recibir el Nobel) donde nos podíamos recostar placidamente y ser felices. Gracias a Dios, apareció Hugo Rafael Chávez Frías Chávez, dijo “por ahora” y empezó a quitarnos la venda. La venda es muy larga, de muchas vueltas y en pocos años son muchos los que han abierto los ojos. Cada día se abren más y más ojos, más y más corazones. Las experiencias en el exterior con El Caracazo son inolvidables y te entrego una lista de los festivales donde hemos participado con esta película. No he ido a todos, pues algunos han coincidido en sus fechas. Pero no puedo olvidar el Premio Glauber Rocha, en el Festival de La Habana, dado por la prensa extranjera, tampoco puedo ignorar el interés que los públicos de Toulouse y Pau tuvieron ante mi película: nadie se movió de su asiento al terminar la cinta. Los foros duraron alrededor de hora y media en cada ciudad. En San Sebastián muchos españoles y latinoamericanos expresaron sus emociones y me dieron las gracias por haber hecho este trabajo. La gente de Trieste reaccionó y apoyó el filme con preguntas y aplausos y con el Premio Especial del Jurado. En Calcuta y Siliguri miles de personas se agolparon a las puertas de los cines. Muchos de ellos tuvieron que ver la película parados o sentados en el piso. Tenemos otra invitación para volver a La India: abril de 2007, Nueva Delhi, Festival de Películas sobre Derechos Humanos.
—¿Qué ha pasado con su teatro, pues nos tiene amenazados a todos con una nueva obra y de repente monta piezas épicas, importantes además, como Monserrat?¿Qué pasó con esa producción?¿No la van a reponer, precisamente en estos tiempos en que los venezolanos están decididos a luchar por su libertad?
—Cuando estrenamos Montserrat no encontramos más fechas para seguirla montando. Los teatros Teresa Carreño y Municipal estaban copados. En Barquisimeto el Teatro Juárez no termina de ser restaurado. En Maracay no había fecha en el Teatro de la Ópera. Pensamos reestrenar en febrero y cubrir otras plazas en el interior. Nuestra gira en Puerto Ordaz, Cumana y Maracaibo fue un real éxito. Este maravilloso texto del francés-argelino Emmanuel Robles conmueve a nuestros espectadores. Sí, lo que se dice sobre el colonialismo está vigente aún en nuestros días.
—¿Qué pasa con los nuevos proyectos fílmicos?
—Tengo, por el momento, dos proyectos: El aplauso va por dentro. Basado en el famoso monólogo de Mónica Montañés, quien además hizo el guión, con Mimí Lazo. Estoy a la espera de los resultados de la convocatoria del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) . Y una película que todavía no tiene nombre, pero que trata sobre la presencia de los médicos cubanos en Venezuela. Estamos trabajando en el guión con Ugo Ulive, basados en una importante investigación que Enrique Ubieta hizo durante nueve meses en Venezuela. Él ha escrito un libro: Venezuela rebelde, que les recomiendo a todos los lectores, en el que no solamente trata sobre la presencia de los médicos cubanos, sino también de las dificultades y progresos del proceso político venezolano.
—¿La televisión no te atrae en estos tiempos, después del experimento que se hizo en Venezolana de Televisión?
—La televisión me atrae siempre. Una página en blanco me atrae siempre. Pincel, cámara, bolígrafo. Pero rechazo todos aquellos proyectos que no están dentro de mi piel. Estamos viviendo un importante momento de nuestra historia. Soy militante de este proceso.
—¿Cómo analiza a las actuales políticas del Ministerio de la Cultura con respecto al cine?
—Se está construyendo una nueva estructura cinematográfica. No es un vidrio que se sopla y de un momento para otro se hace una botella. Hay problemas y es lógico que los haya. Todos debemos contribuir a la creación de ese edificio.
Ya que ha viajado muchísimo en los últimos meses, ¿qué dicen afuera del cine venezolano y del proceso político?
—Estoy regresando de ese maravilloso y largo viaje, donde pude palpar en el exterior el interés del mundo por nuestro proceso y nuestro cine. Comienzo ahora a tener reuniones para aclarar conceptos, para despejar dudas, pero siempre desde un punto de vista positivo. Vamos a construir.
50 años de cine
Caín adolescente (1957).Cuentos para mayores (1963).
Chévere o la Victoria de Wellintong (1971.La quema de Judas (1974). Sagrado y obsceno (1976).El pez que fuma (1977). Carmen la que contaba 16 años (1978).El rebaño de los ángeles (1979).Bodas de papel (1979).Cangrejo (1982).La gata borracha (1983). Cangrejo II (1984). Ratón de ferretería (1985). Manón (1986). La oveja negra (1987). Cuchillos de fuego (1990). El corazón de las tinieblas (1990). Cine venezolano (1991). Pandemonium (1997) y El Caracazo (2005) .
Festivales y premios de El Caracazo
XXVII Festival Estival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, del 6 al 16 diciembre 2005.Concurso Latinoamericano.
***Premio Glauber Rocha de la prensa
IX Festival Internacional de Cine de Punta del Este, Uruguay, del 4 al 11 de febrero 2006. Participación oficial.
46° Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena, Colombia, del 3 al 10 de marzo 2006. Participación oficial.
4to. Mercado de Cine Iberoamericano en Guadalajara, Film Market, México, del 24 al 29 de marzo 2006.
17emes. Rencontres Cinémas d´Amérique Latine de Toulouse. Francia, del 17 al 26 de marzo 2005. Participación oficial.
9° Festival de Málaga, España, del 17 al 25 de marzo del 2006. Selección oficial.
7° Festival Internacional de Cine Las Palmas de Gran Canaria 2006, España, del 24 de marzo al 1° de abril de 2006. Selección oficial.
X Festival de Cine Latinoamericano de Ottawa, Canadá, del 31 de marzo al 1° de abril de 2006.
Sexta edición Mercadoc, Málaga, España, del 26 al 29 de abril del 2006. Selección oficial.
Cinesul 2006. 11° Festival Ibero-Americano de Cinema e Video. Centro Cultural Banco de Brasil y en el Espacio Cultural de los Correos, Río de Janeiro, Brasil, del 14 al 25 de junio 2006.
IV Festival de Cine Latinoamericano en Polonia, Varsovia, Polonia, del 14 al 25 de junio de 2006.
34º Festival de Gramado. Cinema Brasileiro e Latino. Gramado, Brasil, del 14 al 19 de agosto de 2006. Román Chalbaud fue invitado como jurado del festival.
VIII Festival Iberoamericano de Cine de Santa Cruz, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, del 17 al 26 de agosto 2006.
Latinbeat! 2006. Latin America Cinema. Film Society of Lincoln Center, New York, USA, del 8 al 24 de septiembre de 2006.
II Festival de Cine Latinoamericano, San José, Costa Rica, septiembre de 2006.
54 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España, del 21 al 30 de septiembre de 2006. Román Chalbaud fue invitado como presidente del jurado del Premio Horizontes. Exhibición de El Caracazo, con foro.
X Miami Latin Film Festival, Florida, Estados Unidos de América, del 2 al 11 de octubre de 2006.
16th Films From the South Festival, Oslo, Noruega, del 5 al 15 de octubre de 2006.
15° Festival Internacional de Cine de Paraguay, Un aniversario animado, Asunción, Paraguay, del 5 al 26 de octubre de 2006, en competencia.
II Muestra de Cine Iberoamericano, Puerto Rico, del 12 al 18 de octubre de 2006.
VIII Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, República Dominicana, del 18 al 29 de octubre de 2006.
IV Festival Iberoamericano de Cine Cero Latitud, Quito, Ecuador, del 19 al 29 de octubre de 2006.
V Festival de Cine de Montevideo, Uruguay, del 20 al 29 de octubre de 2006.
XXI Festival del Cinema Latinoamericano de Trieste, Italia, del 21 al 29 de octubre de 2006, en competencia.
13rd. Kolkata Film Festival, Calcuta, India, del 10 al 17 noviembre de 2006.
Festival de Cine Latinoamericano y Español, Seoul Art Cinema, Seúl, Corea del Sur, del 10 al 16 de noviembre de 2006.
Exhibiciones especiales
Muestra en el Instituto Cervantes de Praga, República Checa. 18 de abril de 2006.
Homenaje a Román Chalbaud en el Festival Internazionale del Cinema d Árte - 5° edition, Bergamo, Italia, del 23 de junio al 1° julio de 2006.
Exhibiciones Nacionales y Premios
VIII edición del Cortometraje Nacional Manuel Trujillo Duran. Maracaibo, Zulia, Venezuela, del 25 al 28 de enero de 2006. Exhibición especial de El Caracazo
Premio Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (Anac) Caracas 2006
*** Francis Rueda, Mejor Actriz de Reparto
Premio Ministerio de la Cultura, Caracas, como Mejor Producción Cinematográfica del 2005

martes, diciembre 26, 2006

Franklin Tovar lleva dos

La vida te da sorpresas, lo enseña Pedro Navaja, y mucho más en el caso de Franklin Tovar (caraqueño de 55 años), quien sin mucha presencia en los medios y siendo casi un excluido, está, desde el 2004, exhibiendo teatro dramático musical en el Complejo Cultural Teresa Carreño y más recientemente lo hizo en la capital de Colombia. Aquí, primero mostró A barrio vivo, viñeta con orquesta y canciones populares, actores y bailarines, sobre los cambios socioeconómicos y culturales que se realizan en todas las barriadas venezolanas. Ahí se aludía a las misiones Barrio adentro, Robinson, Rivas y las comunitarias labores de los consejos populares de planificación con fines sociales y de mejoramiento del hábitat, dentro de una comunidad amenazada por un brutal desalojo.
Hay que subrayar que esa producción A barrio vivo, bien vestida y con aparatosa escenografia, además de estar correctamente actuada (especialmente por Israel Moreno), bailada y musicalizada, resultó amena y por ende totalmente inmersa en la actualidad sociopolítica, por lo que estaba sobre la cuerda floja y oscilaba entre la comedia costumbrista y el panfleto ingenuo, pero se sobrepuso y quedó como modelo de la eventual teatralizaciòn que se puede hacer de ciertas facetas del actual proceso bolivariano. El éxito de público no se hizo esperar, ya que proponía una especial catarsis a la audiencia identificada plenamente con los contenidos del espectáculo.
Tovar logró hacer tres temporadas en la Sala Ríos Reyna y ante la respuesta del público ávido de teatro y música mostró, durante el pasado marzo, Gardel... vivito y tangueando, especial homenaje al tango y en especial al legendario Carlos Gardel, caracterizado por el actor Simón Pestana. Este montaje, también musicoteatral, deslindado de la ideología chavista, se enrutò por la historia del popular cantante y vino a ser una guía didáctica sobre el baile del tango, una coreografía popular cuando se apoderó de Uruguay y Argentina, pero después se convirtió en la joya de las fiestas de la burguesía mundial.
Gardel... vivito y tangueando, que era algo más que un siglo de historia del tango, con bailes y canciones, estaba aderezada por sendas agrupaciones de tangueros y correctos interpretes, y se convirtió en un grato momento para el variopinto público criollo, porque tenia una historia bien contada y pulcra en su materialización escénica.
Ha sido tal el éxito de Gardel... vivito y tangueando que desde Bogotá vino un empresario para comprar la producción y exhibirla, con comediantes, bailarines y cantantes colombianos, reforzados por Tovar y Pestana, en la reapertura del Teatro Arlequín de esa urbe andina.
El colombianizado Gardel... vivito y tangueando estuvo exhibiéndose hasta el pasado 17 de diciembre, pero reinician la temporada en enero del 2007. Tienen programada una gira por toda Colombia, ya que “el movimiento o fiebre por el tango en este país es realmente maravilloso”, dice Tovar desde la ciudad de los cachacos.

Susanita Pons llega a Nueva York

Lleva diez años en los escenarios de Venezuela y América, gracias al texto de Néstor Caballero (Maracay,1951) y la desgarrada actuación de Franklin Virgüez. Es, junto a El aplauso va por dentro, de Mónica Montañés, uno de los unipersonales más estremecedores que ha producido la dramaturgia criolla de los últimos tiempos. Está centrado en la pugna de los excluidos sociales, esos seres que luchan denodadamente para oler o conquistar al menos la felicidad, a su manera. Nos referimos a Mister Juramento / Homenaje a Julio Jaramillo, el cual culminó una intensa temporada a lo largo y ancho del país, durante parte del 2005 y todo este 2006, dirigido por Daniel Uribe.
Caballero, actual secretario de Cultura del estado Anzoátegui, admite que ganó “un billete gordo” por los derechos de su pieza, pero “más que un dinero, dignamente recaudado, me ha permitido algo que es aún más invaluable para mí: estrechar mi afecto con un ser noble, bueno, con pureza de niño, que se llama Franklin Virgüez. Gracias a ese profundo amor, aleccionador para las nuevas generaciones, que tiene ese comediante por el teatro, gracias a su entrega, a veces en circunstancias que nos han sido realmente adversas, han sido factible diez años ininterrumpidos de Mister Juramento sobre las tablas y la posibilidad de representarla en otros países. Por supuesto que con otros comediantes, y en otros idiomas también ha sido representada. Las he visto, pero, de verdad, ninguno de esos montajes supera el genio, el arte y talento de Franklin cuando encarna al travestí Susanita Pons. En la edición en inglés, publicada en Nueva York, la obra está dedicada a Franklin. Ahora, así no hubiese sido el éxito que es, así no hubiese reportado dividendos, igual habría producido regalías, pues gracias a Mister Juramento, mi amistad con Franklin cada día es mayor y, al contrario del dinero, no se devalúa, no se deprecia, no se desvaloriza”.
-¿Posibilidades de llevar ese texto al cine?
-Sí las hay, sí ha habido ofertas, pero me he negado, pues aún hay muchas tablas por recorrer con Franklin. De aceptar llevarla al lenguaje cinematográfico, una condición sin discusión sería que la protagonice él mismo. El año que viene hará una temporada en Ecuador y de ahí partiremos a Nueva York para hacer otra.
-¿Por qué se monta poco teatro criollo en Venezuela?
-La más reciente obra de teatro criollo que logré ver fue Los Navegaos, de Isaac Chocrón. Extraordinaria. Aún no sé porque no giró por el país y fuera de este, pues, es una obra de arte. Sin embargo, al verla, me confirmó que tenemos una sólida dramaturgia que se expresa en diferentes autores como Chocrón, Chalbaud, Santana, Ott, Vidal y otros nombres. Pero, creo, que la respuesta a su pregunta, debemos buscarla 30 años atrás o más. Los directores y agrupaciones de aquel momento, escenificaban a consagrados norteamericanos u europeos, porque les daba cierto prestigio, cierto aire de inteligencia o para estar al día. Y menospreciaron la dramaturgia que se estaba haciendo. Para esos teatreros, las obras criollas no existían, porque no los envolvía en el aura cosmopolita extranjera, la cual, supuestamente, los colocaba a la vanguardia de lo contemporáneo o de la moda. Necios todos, como si ellos no viviesen en el Tercer Mundo. La política de Estado para la cultura, en esos tiempos, menospreciaba, por otra parte, todo lo que representase la venezolanidad. Y eso no era fortuito, respondía a toda una estructura capitalista devoradora de nuestras idiosincrasias. Para esa política, lo bueno venía de afuera, es decir, de lo que debíamos consumir y así ser masificados y perder nuestra identidad como pueblo, esto con el objetivo preciso de ser más manipulables, mejor explotados”.
Considera Caballero que para esos tiempos, “el arte y el teatro norteamericano eran lo mejor y la única cultura valedera. Desaparecer nuestra cultura era su fin y ello está en las bases del imperialismo. Luego, de esa escuela nefasta, llega otra oleada de directores, jóvenes, para quines lo más importante es la taquilla, las ganancias, la risa fácil, el lucro rápido con un montaje. La boletería con precios inalcanzables para un país que estaba prácticamente destruido, con 80 por ciento de pobreza crítica”.
Subraya que “sólo los pudientes, sólo una clase podía ver sus montajes. La élite secuestrando a las artes. La élite teatral distrayendo a la élite pudiente. El capitalismo en todo su engañoso esplendor. Aún lo estamos viviendo, y lo que es peor, pretenden que esta revolución los subsidie en destruir culturalmente nuestro país. Ya eso no va a pasar. Ya eso se acabó”.
Destaca que hay una nueva dramaturgia insurgiendo, hay grupos que están hablándonos como país, y sin ningún complejo. ”Hay directores y grupos, sobre todo en el interior del país, que está haciendo el teatro donde somos nosotros, donde podemos ser nosotros”.
-¿Cuántas obras teatrales escritas hasta ahora?
- Obras, que considere como tales, escritas, terminadas, y algunas montadas, como 42. Claro, hay otras más, no muchas, que, aunque han sido escritas ya hace tiempo, están aún en reposo, pues tengo la percepción de que no están listas. Es decir, estamos hablando de dramaturgia, de arte, y eso se lleva su tiempo para considerarlas como tales. ¿Mi primera obra? :El rey de los araguatos y la más reciente Chico malo, y la que acabo de terminar no hace un mes: El cielo inútil. En cuanto a enumerarlas, pues, bueno, es todo un desafío acordarme de todas. Han sido representadas casi todas, tanto acá en Venezuela como en otros países.
-¿Qué se puede hacer por el desarrollo del teatro?
-Ya esta hecho y en grande. Basta leerse los artículos 98, 99, 100 y 101, de nuestra Constitución. Por primera vez tenemos, consagrados en nuestra Carta Magna, la cultura como derecho, de todos y para todos, no para una élite. Esos artículos debemos convertirlos en letra viva, cada día más. Ahora tenemos un Ministerio de la Cultura que ha hecho un esfuerzo titánico, por decir lo menos, en crear unas plataformas donde todos estén representados, donde el pueblo venezolano que jamás tuvo la oportunidad de ver teatro, de hacer teatro, y hablo en nombre del arte que me es más sentido y oficio, tenga la posibilidad de desarrollarse.

martes, diciembre 19, 2006

El zar del teatro viene con una rara revolución

Héctor Manrique, venezolano nacido en Madrid hace 43 años, casado y padre de dos niñas, ya es, indiscutiblemente “el zar del teatro venezolano”, o sea el teatrero con mayores posibilidades de maniobras, tanto para dirigir, actuar y producir espectáculos, tan solo comparable con Carlos Gimènez o Nicolás Curiel, en sus mejores tiempos. Él aceptó hacer un balance del año que culmina, el cual le fue muy positivo, y además adelantar buena parte de sus proyectos.
-¿Qué pasó en el 2006?¿Logros?¿Fracasos o frustraciones?
-Haciendo un balance podría decir que este 2.006 volvió a ser de mucha actividad, con más de 150 funciones. Con siete reposiciones de obras como Art, La cena de los idiotas, Monólogos de la vagina, No seré feliz pero tengo marido, El día que me quieras, Copenhague y Confesiones de mujeres de 30,además del estreno de Brujas. A esto se suma un par de espectáculos, en los que me tocó diseñar la iluminación, hechos por alumnos míos, que me llenan de mucha alegría, como son Momentos y Siempre nada. El ver a gente joven dirigiendo, actuando, produciendo y en fin empujando esos espectáculos es algo muy satisfactorio para mí. Por supuesto hay sueños no realizados. Nos hubiese gustado poder llevar a más sitios del interior nuestros espectáculos. Creo que una obra como El día que me quieras se merece estar en cada rincón venezolano. Lamentamos no poder contar con un verdadero circuito de artes escénicas que lo permita. Pero por lo menos pudimos estar en Maracaibo con ella. Ojalá el próximo año logremos hacerlo.
-¿Qué ruta le va a dar a su agrupación GA 80 en el 2007?
- La ruta es una responsabilidad de cada uno de sus integrantes y no mía. Por los momentos estrenaremos, hacia el 28 de marzo en el penthouse de la torre Corp-Group, La revolución , de Isaac Chocrón, y es muy probable que hagamos para mediados de 2007 una reposición de El día que me quieras, de José Ignacio Cabrujas, dirigida por Juan Carlos Gené, y reestrenemos LSD , de Ibsen Martínez, con la actuación de Iván Tamayo. Estos serían los planes para el primer semestre. A partir del 25 de enero continuaríamos la temporada de Brujas, en el Celarg, y ese mismo día volveríamos con No seré feliz pero tengo marido con la actuación de Mimí Lazo en la sala de Corp Group, pero en una temporada de sólo tres semanas. A principios de febrero arrancará un taller de dirección de actores dictado por mí.
-¿Y La revolución de Chocrón cómo se proyecta, tanto a nivel actoral como de puesta en escena?
-Es difícil a estas alturas poder ver cómo será el espectáculo. Sabemos que estrenaremos en el Centro Cultural Corp-Group, en un espacio que nos permite una disposición prácticamente circular. Basilio Álvarez y yo asumiremos la dirección y también la parte actoral, la producción será de Carolina Rincón y el vestuario de Eva Ivanyi. Esperamos poder lograr un espectáculo desgarrador y a la vez conmovedor. Es una obra referente de nuestra mejor dramaturgia y desde el respeto y el entusiasmo nos acercaremos a ella. Pero si algo es extraordinario en el teatro, es el no saber que pasará y estar abierto a dejarte inundar por lo que la obra vaya develando en el proceso de ensayos.
- ¿Qué ha pasado con Juan Carlos Gené?¿Había planes para traerlo?
- Gené estrena su última obra a mediados de marzo 2007 en el teatro Cervantes de Buenos Aires (suerte de verdadera Compañía Nacional Argentina), en la que también actúa y dirige. Está planteada la posibilidad de una próxima visita. Está el deseo está en él y en el Grupo Actoral 80 también. Esperemos que podamos concretarlo para el segundo semestre del 2007.
-¿Hay detractores insensatos o francotiradores aciagos contra el teatro comercial?¿Qué le parece lo que hacen? ¿Deberían apoyarlo? ¿ O es pura envidia?¿Será miedo a perder la teta del Estado?
-En realidad, creo que no soy yo el más apropiado sino ellos para responder sobre las razones que los impulsan a ser enemigos de un determinado tipo de teatro. Creo que en la situación actual del teatro venezolano sería estéril enlodarnos en esa discusión. Creo que sería mucho más fértil exigir una política al Estado en lo referente a lo teatral y volcarnos a la solución de problemas mucho más graves, como la falta de espacios para la representación, por ejemplo. En días pasados, en una reunión convocada por el ministro de cultura, Francisco Sesto con algunas personas del sector teatro, en la que estuve presente, el ministro asumió el total fracaso de su gestión en lo referente a lo teatral. Creo entonces que es hora de crear un plan serio y profundo que arrope todas las instancias de lo teatral (producciones, infraestructura, formación, circuitos y un largo y complejísimo etcétera) y haga que el teatro llegue a la mayor cantidad de espectadores posibles. Que aparte de la inversión del Estado, importantísima y necesaria, también veamos la forma de hacer que esa inversión sea verdaderamente efectiva. Es una tarea difícil y compleja la que tenemos por delante y creo que la extraordinaria labor echa por José Antonio Abreu al frente del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles debe servir de ejemplo y norte.

La rosa falsa

El teatro es un peculiar medio de comunicación, como lo predica el lingüista Adolfo Carreto Hernández. Representación visual, actuada vivamente, sobre hechos, acontecimientos, ilusiones, ideas materializadas. Es, pues, una forma artística de transportar comunicación. Cuando se olvida esto, especialmente por los hacedores del susodicho fenómeno, vienen debacles, que nunca tienen culpables, aunque algunos insensatos se lo achacan a los críticos, que no hacen otra cosa que poner el dedo en la llaga o decir que la rosa, por ejemplo, es falsa.
Por eso no es fácil en Venezuela ni en ningún lugar del mundo fundar una agrupación teatral y escribir su saga desde las tablas de los escenarios. Son muchos los esfuerzos presenciados y son pocos los que han podido arribar, por lo menos, a diez años de actividades continuas y con cierta dignidad, para no hablar de los que habiendo pasado la treintena comienzan su declive, porque todo lo elaborado por los humanos tiene epílogo, sino se toman precauciones y medidas adecuadas para sobrevivir a sus fundadores y estar en función de las comunidades y de sus tiempos históricos.
Ahora, cuando se acerca la clausura formal de la temporada 2006, queremos referirnos a una aguerrida organización, Repico, integrada por mujeres adoradoras del milenario arte de Tespis, institución que en sus primeros 11 años de actividad artística ha exhibido textos de Cocteau, Fo, Eurìpides, Dürrenmatt, Gallegos, José Antonio Barrios y Tennessee Williams, entre otros. Nadie puede negarle sus aportes al desarrollo de una cultural teatral en esta Caracas la horrible.
Lo bueno del teatro, como de otras actividades de la vida, es que se aprende de los errores o los desatinos, con lo cual se graba un aprendizaje indeleble. Y esa ha sido la bitácora de los espectáculos de Repico: malos unos, regulares otros y aceptables unos pocos, especialmente el que hicieron con el texto de Barrios (La cotufa no baila más) en 2005. Y para bajar el telón de este año seleccionaron y exhibieron La rosa tatuada (1952), del estadounidense Tennessee Williams (25 de marzo de 1911 / 25 de febrero de 1983), dedicada a su compañero de vida Frank Merlo, centrada en las vicisitudes existenciales de una viuda italiana en una población norteamericana, donde el sexo y la soledad son las teas que consumen en vida a ella, a la hija y todas las mujeres de su barriada, alucinadas por machos irrefrenables. ¡El sexo lo define todo!
No alcanzó el director Giovanni Reali la correcta teatralizaciòn de La rosa tatuada, sin el elenco adecuado y el depurado criterio para cada una de las escenas, donde el erotismo es la densa atmósfera que lo empegosta todo. Eso no se vio ni detectó y se limitó a una competencia entre los interpretes para ver quien decía mejor o peor sus líneas en un incomprensible italiano macarrónico. Se pueden rescatar las presencias de la veterana Roberta Zanchi y la debutante Grecia Augusta Rodríguez, desperdiciadas y con mucho peso en sus dignas espaldas.

viernes, diciembre 15, 2006

La escena cambia la vida a los adultos mayores

“El teatro de la tercera edad es el espacio creativo y de expresión que queda cuando ya se ha dado todo”, expresa José Gregorio Cabello (Caracas, 1957), quien debutó como actor con la pieza Q.E.P.D. de José Martínez Queirolo, en 1974 y ahora en 2006, cuando es subdirector del Liceo Fermín Toro, está al frente del grupo El Tercer Escalón, el cual se dedica a producir y exhibir espectáculos con intérpretes adultos mayores o de la tercera edad, actividad que realiza desde el Museo de Bellas Artes, como un aporte que hace dicha institución a la socialización con la comunidad.
- ¿Por qué el teatro con la tercera edad?, le preguntamos a Cabello, tras haber presenciado la pieza Fiesta con Aquiles.
- El teatro de la tercera edad tiene gran similitud con el que se hace con niños de edad preescolar, claro que con toda la experiencia acumulada que tienen los mayores y que no poseen los párvulos. El teatro que realizo con participantes de la tercera edad viene a ser un recurso para mejorar la calidad de vida. Su respiración, la relajación, el dominio de su eje corporal, el movimiento dinámico, el desplazamiento, la caída, sentarse, todo apoyándose en la técnica básica de actuación, a partir de la voz, la articulación, la proyección y el diálogo. La interpretación de personajes como juego, así como la obra teatral y el espectáculo para liberar el potencial humano en función de la obra. Se puede hablar muchísimo del teatro como recurso para elevar la calidad de vida del adulto mayor. Nunca se puede olvidar que el teatro es una poderosa herramienta de cambios.
-Se podría hacer un plan nacional de teatro para la tercera edad?
- En Madrid y en las islas Canarias hemos compartido experiencias del trabajo con el teatro para mayores. Aquí en Caracas, y también en Chacao, hay programas con más de 14 años de antigüedad. Incluso hemos escrito teatro para ellos como lo fue Guaracheando por la vida voy pasando, homenaje a Billo Frometa que ellos querían brindar y lo hicieron. Desde hace tres años estoy asumiendo el Taller "El Teatro que estoy viviendo", de la Gerencia de Educación del Museo de Bellas Artes. Allí hemos trabajado con los montajes: Quiéreme mucho, Atunaketunatuna, Esta casa es mía, Señoras de José Simón Escalona, La alquilada de Leopoldo Ayala Michelena y lo más reciente fue Fiesta con Aquiles de José Luis Lugo Añez.
Comenta que el teatro para la tercera edad tiene un ritmo propio, “que es de los participantes, ya que así su propio proceso memorístico se acciona. La memoria corporal se integra y empieza la diversión. El texto ensayado sirve de ligera base para el resultado en la escena, es por eso que se debe escribir pensando en intérpretes y sus potencialidades para que hagan lucir a los personajes”.
Asegura que sí se debería hacer un plan nacional que aborde al teatro de la tercera edad y su espectáculo. “Todo un proceso de práctica y de real integración tal como lo demanda la corriente constructivista. Todos aportan desde su propio saco de experiencias. Todos poseen conocimientos. Este plan integraría a ese adulto mayor brindándole los beneficios de una calidad de vida.
-¿Satisfacciones?¿Aprendizaje?
- Hacer teatro con adultos mayores da una gran satisfacción el ahondar en los límites de la paciencia y de la euforia del logro. Es lo que he aprendido de este teatro. Hay respeto, consideración, valoración a las potencialidades de los participantes y a sus limitaciones. Es un acto de amor y no de caridad pública. No se ridiculiza, se crea y se recrea el mensaje que llega directo a los espectadores.
Los liceos
Cabello comenta que “el teatro liceísta es mi cuna. Creo en él como una fuente para la formación del individuo. El teatro es un recurso didáctico al encontrarse con la interpretación, dramatización, simulación, recreación de tiempos históricos, ambientes, ambientaciones y recreación literaria. Cuando estudiaba Educación ya pensaba en los objetivos conductuales que se podrían lograr utilizando las artes escénicas. Eso me llevó de nuevo a la Unidad Educativa Nacional Gran Colombia, pero como docente para sustituir a Zacarías García. Mis experimentos se parecían al lenguaje del teatrero Ricardo Acosta por la búsqueda de una expresión hacia el lenguaje épico, simbólico de carácter histórico. Tuve pequeños logros de lo que es la puesta en escena y su lenguaje de equilibrio plástico, así como la interpretación. Encontramos la obra Al unísono, de Elizabeth Schön, para tres personajes, pero como teníamos 11 integrantes hubo que adaptarla para ellos. El género fue cambiado dándole a las mujeres la punta de lanza de ataque en las acciones. Elizabeth la vio y quedó sorprendida. ‘Parece una fuga de voces que se encuentran para formar la poesía’ dijo y desde allí nos acompañaba a todas las presentaciones que realizamos en una serie de festivales y especialmente el Festival de Teatro Breve de 1982, cuando arrasamos con los premios, en el Pedagógico de Caracas. El teatro liceísta trascendió su ámbito. Están por allí quienes fueron mis estudiantes. Pensaba en esos tiempos y todavía lo creo, que no estaba formando actores sino sensibilizando a los jóvenes hacia las artes, el teatro, o cuanto más, dándoles herramientas para que fuesen buenos espectadores. Todo eso se hizo en la Gran Colombia, donde trabajé 23 años como docente, pero también compartía con el Liceo Simón Rodríguez de Sarría, donde lo hice a lo largo de 17 años. Ahora estoy en el Liceo Bolivariano de Formación Cultural Fermín Toro como subdirector de las menciones: Artes Escénicas, Artes Plásticas, Artes Musicales, Artes Culinarias, Ciudadanía Ambiental y Acervo patrimonial”.

El teatro es un arma para la revoluciòn

El teatro para el socialismo del siglo XXI ya tiene su exegeta y sus seguidores. El ideólogo es nada menos que Nicolás Curiel, el mismo director y líder del legendario Teatro Universitario, quien para que el público y los artistas se vayan preparando adelantó los títulos y los temas de los que serian los espectáculos iniciales: Venezuela barata y Yo, Simón.
Nicolás Curiel (Caracas, 1928), de familia coriana, admite que él pertenece a “la generación del culito abrillantado, la cual se vino a la capital y no quiso saber más de su pueblo”. Debuta en el teatro hacia 1946 como autor y director con Remigio. Eso lo “envenenó por el arte teatral” y nunca más salió de la escena. Su historia de estos últimos 60 años está en periódicos, revistas, libros, documentales y, especialmente en la memoria de toda esa gente que lo conoció, pero de manera singular cuando dirigió y proyectó al Teatro Universitario de la UCV y toda esa gente que ahí se formó. Su saga es parte de la historia del teatro venezolano del siglo XX y como todavía está activo, pues también pertenecerá al siglo XXI. Es el más antiguo de los directores venezolanos activos y no piensa jubilarse ni tampoco acepta que intenten retirarlo. “Y por eso precisamente fue que acepte la invitación de Todosadentro para hacer conocer mis planteamientos sobre el teatro que los venezolanos relacionados con el proceso debemos hacer o intentar hacer, porque no podemos quedarnos dormidos en los laureles o enchinchorrados”.
-¿Cuál es o como puede ser el teatro que usted propone?
-El problema es que actualmente todos estamos en un proceso social, político y económico que se llevará por lo menos más de diez años, pero tenemos primero que producir los mitos, sin lo cual no hay revolución posible. Somos una sociedad muy frívola, por nuestros ancestros, y porque además hemos estado sometidos a los gustos y criterios del hermano mayor del norte, el que nos frivolizó, el que nos impuso sus modas y sus costumbres a cambio del oro negro que nosotros le dábamos. Eso ha buena hora esta cambiando.
-¿Hay que crear un mito para relanzar al teatro venezolano?
-Sí, necesitamos un mito nacional o nuestro. Pero ahora nos ayuda mucho la ideología o teoría socialista, la cual tenemos que reformularla de tal manera que sea venezolana, tenemos que redefinir lo que fueron los otros socialismos y no copiar así sus errores, como lo ha recomendado el mismo comandante Fidel Castro. Tenemos que hacer nuestros cambios sin sangre ni violencia.
-¿Puede llevar todo eso que ha expresado a un lenguaje teatral?
-Para verter eso en lenguaje teatral hay que remitirnos a Bertold Brecht y aplicarlo a lo que puede ser el socialismo del siglo XXI.
- ¿Hay que revisar a todo Bertold Brecht, al teórico, al dramaturgo y al político, además de su poesía?
-Sí, pero también debemos volver al discurso de Mao Tse Tung en 1942, cuando él decía, con respecto a la cultura, que hay una cultura horizontal, que debe ser la principal, pero también hay que ponerle atención a la cultura vertical.
-¿Qué se entiende por culturas horizontal y vertical?
-La horizontal es la originaria, la propia y aquello que siendo de afuera sea verdaderamente progresista y que comulgue con los conceptos básicos de una sociedad que ha escogido a la democracia participativa y protagonista. Es Rómulo Gallegos, es Cervantes, es Víctor Hugo. Y la vertical es toda la cultura que se crea a partir de lo que tenemos, de lo que nos pertenece y también lo foráneo, lo que está llegando. Y hay que combinar esas dos manifestaciones de la cultura, y no olvidarnos jamás que Mao enseñaba que había que dejar crecer y florecer a todas las flores. El que esta haciendo solamente cultura vertical también hay que acogerlo y no rechazarlo. Hay que hacer talleres de formación o de recapacitación para todos los artistas y para los espectadores.
- Su propuesta está muy cargada de conceptos políticos. ¿Para hacia donde avanza así?
-Si, así he pensado y actuado yo a lo largo de toda mi vida, porque siempre ha considerado y utilizado al teatro como un arma política para hacer una nueva moral, para construirla a un nuevo pueblo venezolano.
-¿Y que se puede hacer con todos los dramaturgos venezolanos y sus obras?
-Lo primero que yo quiero que ellos entiendan es que estamos dispuestos a abarcarlos a todos, que creemos en todos, que no somos excluyentes y que todos deben florecer, pero, por favor, que nos ayuden en esta labor de enseñarle definitivamente al pueblo venezolano lo qué es y para qué sirve el teatro.
-¿Qué obra propone para comenzar todo eso que usted propone?
- No hay una cartilla como tal. Con el director Francisco Salazar y el Alcalde Mayor de Caracas, Juan Barreto, nos hemos propuesto trabajar sobre La ópera de tres centavos, de Brecht, pero a partir de un proyecto que me propuso José Ignacio Cabrujas hace 24 años. Era parodiarla de tal manera que la titularíamos Venezuela barata, donde se enseñaría y demostraría porque la propiedad privada es un robo, así como lo hizo Brecht en su pieza, donde los delincuentes y los supuestos duelos de la sociedad son una misma cosa y en medio de una indescriptible corrupción. Y esa Venezuela barata no sería otra que la fenecida Cuarta República.
-¿Y usted estaría dispuesto a coordinar un equipo de escritores para lograr ese guión de Venezuela barata?
-Si, ya he hablado con Salazar y este a su vez le ha ofrecido el espectáculo al alcalde Barreto. Pero yo tengo también tengo proyectado otro espectáculo, cuyo autor o escritor es nada menos que Luis Brito García y su nombre seria Yo, Simón, centrada en ese Simón que necesita este proceso revolucionario. La idea es hacerlo en el Teatro Teresa Carreño y comenzar la función con el desfile del público hacia la sala, todo eso en medio del ritmo de los tambores y con una canción de las guerrillas.
-¿Qué hacer con lo comercial?
Nicolás Curiel no duda en decir que el teatro comercial no le interesa en este momento, “porque desde el punto de vista del socialismo y de la creación de la nueva moral, ese teatro no nos sirve, pero tampoco va a desaparecer, ya que el teatro del nuevo socialismo también se demorará en aparecer. El nuevo teatro no aparecerá hasta que tengamos la moral y formulemos la ética. Es todo un proceso artístico que irá acompañado con los cambios sociales que generará el proceso revolucionario, porque todo esta unido íntimamente”.

martes, diciembre 12, 2006

El cine es la vida para Elia Schneider

Tras 30 semanas de preproducción y de rodaje, donde participaron no menos de 80 artistas, técnicos y profesionales, Des-autorizados, la tercera película de la venezolana Elia Schneider, comienza sus etapas de edición y de postproducción que culminarán con el estreno en noviembre de 2007, después que la productora Joelfilms haya invertido no menos de 800 mil dólares.
Pero hay que recordar que como el cine es muy importante para el desarrollo cultural de un país, éste debe estar en las manos de sus artistas y no bajo el control de las transnacionales ni acosado por la descarada explotación de algunos empresarios, tal como sucede en el caso venezolano, por lo que el Presidente de la República o las autoridades del sector deben participar más ejecutivamente e impedir así los abusos que aún se cometen, según lo dice esta cineasta de 50 años,
-¿Como le “vende” Des-autorizados a los venezolanos?
-Creo que el público venezolano, como cualquier otro en el mundo, tiene sus preferencias que en este caso han estado influenciadas por el gran bombardeo de promoción que ha hecho Hollywood durante años. Es muy difícil para un venezolano competir con toda esta maquinaria, sin embargo, y atravesando todos los obstáculos, lo hemos hecho con todas nuestras películas anteriores y hemos quedado siempre en los primeros lugares de taquilla. Debo aclarar que esta taquilla se reparte de forma muy desigual para los productores venezolanos. En el caso de Punto y raya que facturó 900 millones de bolívares, 575 millones fueron a manos de los exhibidores y distribuidores, y 90 millones fueron para el impuesto de Fomprocine. Nosotros como productores terminamos endeudados y sin poder hacer un nuevo proyecto por casi cuatro años. Creo que si hay algo importante que debe hacer el presidente Hugo Chávez, con relación al cine, es cambiar la proporción de estos porcentajes y que esas taquillas que hacen las películas venezolanas se convierta en los fondos para hacer nuevas producciones. No entiendo porque a estas alturas eso no ha sido cambiado en la Ley del Cine todavía.
-¿Que diferencias hay entre Des-autorizados y sus anteriores films?
-El guión de Des-autorizados, escrito por Fernando Butazzoni y Rosa Clemente, a partir de una historia mía, aborda un tema que se acerca más a mi realidad e intenta plantear un dilema que nunca he podido solucionar y que tiene que ver con las relaciones autor y personaje, personaje y actor, actor y director, director y productor, fantasía y realidad, arte y comercio, etcétera. Básicamente estamos frente a varios para qué, los cuales necesariamente no tienen solución en la película sino mas bien la formulación de una serie de preguntas sin respuestas.
Explica que en el caso de Huelepega y Punto y Raya, sus largometrajes, los personajes se movían en medio de contextos muy definidos y la resolución de sus historias quedaban respondidas cuando la historia terminaba. “El trabajo técnico y de campo en Des-autorizados fue exigente y de una gran precisión. Si algo fallaba toda la cadena se resentía. El criterio de selección de las locaciones fue diferente, ya que en este caso la historia sucedía en la imaginación de la escritora (Elia) que vive en Caracas. Así que esta urbe y sus locaciones se prestan para contar sus ideas, por eso se verá que ninguna locación tiene un carácter realista y que Elías (el escritor que Elia creó, encarnado por Eric Wildpret) vive en un castillo retirado en una montaña y Raquel, la novia de Elías, que es muy estilizada y fría vive en un espacio gigante como el Hotel Humboldt. Esto le da a mi película un carácter muy especial ya que las locaciones son el contexto de cada personaje y se convierten en una parte de su característica. Como la película trata sobre una historia que yo invento , muchos de los personajes de las obras que monte anteriormente deambulan por las escenas silenciosamente , como presencias indolentes y son como testigos sin voz ni voto, están ahí vigilantes de lo que sucede”.
En el caso de Des-autorizados, revela Elia que “es una película que combina varios géneros como la comedia, el drama, el surrealismo, lo fantástico, lo artístico, etcétera. Creo que es muy diferente y hay que promocionarla de esa manera. Un buen comienzo seria entrar en los festivales internacionales y luego presentarla en Venezuela. Creo que la película no sólo se dirige a una elite”.
-¿Seguirá insistiendo en hacer cine aquí en Venezuela o saltará la talanquera o hará el crossover al mercado gringo?
-Seguiré insistiendo en hacer cine donde sea, porque el cine tiene carácter universal y trata sobre la esencia del espíritu humano y eso es valido en cualquier lugar del mundo. Si me dejan seguir haciendo cine en Venezuela lo haré y si no saltará las cien mil talanqueras en los cien mil países para poder seguir haciendo películas. Para mi el cine es la vida.
-¿Vale la pena tanto sacrificio o es hora de dedicarse a cosas mas comerciales?
-Cuando se cree en algo vale la pena todo y yo creo en el cine que hago y en el que quiero seguir haciendo .Lo comercial es algo trivial. Ya quedó demostrado que en este país los cineastas no ganamos dinero con las películas que realizamos. El cine es una forma de comunicarte con el público, de expresar lo que sientes sobre la vida, es una forma de cambiar y hacer que la gente cambie.
- ¿Que viene ahora?
- La edición y postproducción de Des-autorizados. Esperamos tenerla lista para noviembre 2007. Por otro lado, José Ramón Novoa, el productor general, inicia la pre-producción de Un lugar lejano, donde seré directora de castina y productora y cuyo rodaje esta previsto para julio del 2007 en Venezuela, Argentina y España. Por otro lado ya tengo la primera versión del guión de The Unfit, mi próximo proyecto cinematográfico, un drama social sobre la campana de esterilizaciones que se hizo en varios lugares de Estados Unidos para obtener una "raza nueva" y cuyos planteamientos sirvieron más adelante para iniciar lo que después se conoció como El Holocausto..

Se te nota

La homosexualidad, abierta o solapada, ha estado siempre en el teatro. Desde Edipo, personaje que utilizaron Sófocles y Eurípides para sus piezas, tal conducta sexual subió a los escenarios para expiar los pecados de los padres, en este caso Layo, y provocar la catarsis entre los espectadores. En las artes escénicas criollas tales argumentos no han sido extraños, pues varios autores costumbristas, como Leopoldo Ayala Michelena (1897-1962), con El barbero y algo más, crearon unos cuantos personajes “desviados” o zoquetes para provocar así la hilaridad entre el público de la Caracas anterior a 1950. Pero en los años 60,70 y 80 hubo una explosión de piezas relacionadas abiertamente con “el tercer sexo” o el mundo gay. Isaac Chocròn (1930), Román Chalbaud (1931) y José Gabriel Núñez (1937) escribieron y vieron representadas La revolución, La máxima felicidad, Escrito y sellado, Réquiem para un eclipse, El pez que fuma, Todo bicho de uña, Los ángeles terribles y Bang Bang, entre otras Ahí sus personajes homoeróticos lanzaban sus proclamas existenciales o vitalistas.
También, desde los años 70 y hasta bien entrados los 90, se mostró otro teatro para burlarse del peluquero o el criado afeminado presentes en unas tramas cercanas al ridículo. Fue el negocio del Teatro Chacaíto y de otras salas, cuyos empresarios explotaron una “veta de oro”, ya que el público se agolpaba para ver a Julio Gasette, Jorge Palacios, Germán Freites , Antonio Briceño o al reciente Wilmer Ramírez, encarnando a personajes con tales conductas.
Al avanzar este siglo XXI ha vuelto el teatro criollo con homosexuales en una sociedad caraqueña contemporánea, como es el caso de Se te nota, comedia musical de Carlos Arteaga, dirigida por Daniel Uribe, la cual hizo temporada en la Sala Escena 8.
En Se te nota, con psiquiatra en escena (Sebastián Falco), se plantean los conflictos de la homo, la bi y la heterosexualidad masculinas, por intermedio de dos gays: Javier (Francisco de León), abiertamente definido, y Alexander (Albi de Abreu), con deseos de casarse y tener hijos “como lo hizo mi papá”. La argumentación, agravada por el triangulo que se arma con la presencia de Rosa (Malena González), es elemental y desprovista de mayores complicaciones, hasta que se presenta la boda, por lo que el otro llora cual Magdalena irredenta. Pero se presenta un final color rosa: el matrimonio fracasa porque la señora no comparte a su marido con otro hombre y el abandonado caballero tiene que volver a su “viejo camino” o amor. Todo esto en medio de las añejas y eterna canciones de Sandro y unas cuantas coreografías para divertir al crítico de las mil cabezas, que ríe y aplaude frenéticamente por la “humanidad” de lo exhibido.
La dirección, que saca partido de la “bondadosa” temática, y las condiciones actorales de Albi y Malena, especialmente, hacen del espectáculo un pasatiempo plausible, aunque lo que ahí se muestra no es precisamente un perita en dulce. Como anécdota hay que destacar que reproduce, de alguna manera, una situación real, según nos lo comentaron, en el Teatro Escena 8.

miércoles, diciembre 06, 2006

La intuición es la brújula de Dairo Piñeres

Es caraqueño y nació en 1971. Escogió las artes escénicas para su desarrollo personal y cultural y ya está entre los mejores directores del teatro venezolano, gracias a su trabajo sostenido durante los últimos 11 años. Es por eso que cree que todavía el Estado venezolano tiene que tomar más acciones importantes para el desarrollo del teatro, tal como ya como lo hizo con la música, la danza y el circo. “Creo que la relación entre el Estado y los artistas o los teatreros esta un poco fracturada, pero se puede atender y arreglar. Tenemos que ser tratados como verdaderos artistas, porque el teatro también representa a la sociedad y es importante como cualquier otra actividad, porque la palabra en escena es también trascendental”, enfatiza Dairo Piñeres, líder de la agrupación juvenil Séptimo Piso, con la cual acaba de hacer 60 representaciones del espectáculo Caricias, de Sergi Belbel, por lo que conquistó el Premio Municipal de Teatro del Municipio Libertador.
Agrega Piñeres que el dialogo entre los hacedores del teatro y el Estado “es pieza fundamental en la construcción de un teatro nuevo y moderno que vaya acorde con las exigencias del siglo XXI. Creo que la asignación presupuestada debe ser mayor pero a su vez esta tiene que estar mejor ubicada”.
-¿Por qué comienza con la dirección teatral? ¿Cuántas piezas hasta ahora ha representado?
-Para mí la dirección teatral siempre fue una aventura. Desde el inicio, a principio de los años 90, formamos un grupo de varias escuelas que participamos en el Festival Porte Acero, que es organizado por el Ateneo de Caracas. No sabíamos y tendríamos que aprender cómo formar un grupo, quién lo dirige, cómo se constituye y quiénes lo integran. Todos estábamos locos por la idea de hacer teatro por el simple gusto. Poseídos por esas ganas juveniles de estar en un escenario, de esparcir el ego y nuestra diminuta fama. Decidimos hacerlo y así nació Séptimo Piso. Surgió entonces mi nombre como director y yo aclaré que no sabía mucho y que aceptaba pero que no me quedaría con el grupo. Mi única imagen como director era el espectáculo Peer Gynt que Carlos Giménez y su grupo Rajatabla habían hecho por ese tiempo. Yo estaba fascinado con “eso” que había visto y que no sabia como se hacia pero que me impactó de principio a fin, especialmente por las cuatro horas de duración del espectáculo. Desde allí hasta este año 2006 he dirigido 51 espectáculos. Mi gran aprendizaje fue la práctica con mi grupo y con otros elencos. Fue enfrentarme al monstruo de la dirección desde dentro, desde la piel misma, observar el trabajo de los demás, de los maestros de la escena, de los festivales internacionales, y definitivamente el aprendizaje en el Instituto Universitario de Teatro (Iudet): es mi casa de formación a la que le debo la mitad de lo que sé y de lo que hago, porque la otra mitad se lo debo a mi grupo, a mis actores a los que amo y defiendo con locura, y a su juventud que siempre me imparten.
-¿Cuál es su brújula o su norte para una puesta en escena?
-Mi brújula es la intuición. La intuición como poesía en la escena. Como trabajo, como norte, el trabajo de dejar que el artista hable, que el director imponga, que el actor utilice su creación. Siempre que descubro una obra dejo que me hable ella, que se humanice y se encargue de su guía, que me hable al oído para ver cómo se mueve, cómo habla, cómo se ve en escena. Las veces que preparo algo formal casi nunca se transmite lo que quiero en escena, muchas veces los actores llegan al ensayo con algo interesante que rescatar y de allí se parte a la creación, casi nunca me dejo llevar por conceptos preestablecidos. Creo, pues, en el teatro y hago teatro por su libertad para crear, por la eterna libertad que da la escena, la libertad de los dramaturgos, de los actores, de los vestuaristas, de los escenográfos, de los productores, en esto creo. Para romper con paradigmas establecidos es importante la intuición.
-¿Cuál es su método de trabajo para con los actores y la realización del espectáculo?
- No tengo ningún método establecido, pero los actores venezolanos necesitan un método propio, un trabajo propio, que los sostenga en todas las dificultades que tienen que pasar para ser actores. En ningún modo son actores europeos ni norteamericanos, son criollos y estamos en tierras tropicales, donde no están ocho horas ensayando sino ocho horas tratando de poder vivir, de buscar para comer. En ese sentido tenemos que buscar “el método del actor del Trópico” para poder así experimentar con un lenguaje autentico y vivo. Mi diseño de un espectáculo recae en toda la creación original que podamos sacar en equipo, donde los actores parten de imágenes y que pueden trabajar en sus trabajos, o en sus sitios de estudio, siguiendo unas pautas de lectura y de comprensión del texto, luego la música es un factor importantísimo, sin la música no tengo claro el espectáculo, la música modifica mis puestas, entonces primero tenemos que buscar la música que haga su parte.
-¿Qué escogió para la temporada del 2007?
-Escogimos hacer una trilogía del absurdo: La cantante calva de Eugene Ionesco, Esperando a Godot de Samuel Beckett y un espectáculo con poemas de Tristan Tzara y Adamov entre otros. Creemos en el teatro del absurdo como la expresión más moderna de los cambios del teatro universal: Creo que en estos nuevos tiempos entendemos más al absurdo que en tiempos anteriores. Además del rescate de los clásicos del siglo XX. Empezaremos con La cantante calva, pero donde todos los personajes serán hombres y los actores son los de mi grupo: Carlos Díaz, Alexander Rivera, Javier De Vita, Moisés Berroterán, Luis Domingo González y Morris Merentes. La presentaremos en el Celarg en la sala 3, desde la primera quincena de enero del 2007.
Esquina criolla
Dairo Piñeres comenta que “con la dramaturguia venezolana pasa que estaba desmotivada, y digo estaba porque creo que ya hay un movimiento que esta desarrollando la escritura venezolana. Hay mas concursos, hay más apoyo y eso se esta notando. Igual pasa conmigo y la escogencia de textos, creo que primero tenia que probar lo universal para luego enfrentarme a mi esquina, y eso es lo que estoy tratando, hablar de mi barrio, de mi esquina y de mi pueblo, pero es un proceso que estoy empezando y que quiero hacer”.

sábado, diciembre 02, 2006

El tercer escalón

José Gregorio Cabello está involucrado íntimamente con las prácticas teatrales desde los años 80. Lo conocimos cuando dirigía montajes para niños y adolescentes en liceos caraqueños, como La Gran Colombia. Después apuntó con ojos certeros y proyectos inteligentes hacia espectáculos sobre mujeres con derroteros históricos, tales como la venezolana Teresa de la Parra y esa estrella cubana nunca bien ponderada que fue “La Lupe” (Victoria Yolí Raymond).
Durante un tiempo le perdimos el rastro, algo poco creíble en esta Caracas que es casi como un pañuelo, y de repente lo encontramos, en llave con su amigo José Luis Lugo Áñez (autor y actor), exhibiendo un sorprendente espectáculo, para todos los públicos, sobre “El pintor de la luz”. Se trata del monólogo Reverón, con el cual han recorrido a casi toda Venezuela, además de hacer temporadas en plazas públicas y en espacios no convencionales de los museos y galerías de arte. En síntesis, a nuestro amigo el tiempo le ha sido útil para su crecimiento intelectual y personal también, además ha podido desarrollar su carrera como docente y ahora hace planes para cuando le llegue su jubilación, pues tiene proyectos de piezas que pretende escribir y además dirigir.
Pero no se ha detenido o enchinchorrado y ahora lo hemos vuelto a ver, en el teatro por supuesto, junto a Lugo Áñez, entregados a una actividad que trasciende lo artístico y se compenetra con lo sociológico. Comandan y trabajan la agrupación “El tercer escalón”, con la cual, en sus primeros tres años de funcionamiento, han montados seis obras, producidas y actuadas con adultos mayores, convencidos de que es una valiosa alternativa de integración comunitarias que deja beneficios individuales y colectivos o familiares al utilizar las artes escénicas como herramienta de cambios.
En síntesis, Cabello y Lugo Áñez se han dado a la tarea, respaldados por los diligentes funcionarios de la Gerencia de Educación del Museo de Bellas Artes (MBA), de generar un teatro terapéutico con los adultos mayores - en Nueva York se les denomina envejecientes- con lo cual buscan así elevar la calidad de vida de cada uno de los integrantes. ¡Loado sea!
Fuimos, el pasado jueves, a las seis de la tarde, a la sala experimental del MBA, y disfrutamos de la performance e interacción lograda con el montaje Fiesta con Aquiles, de Lugo Áñez, comandado por Cabello. Ese espectáculo, como los anteriores y en especial La alquilada, de Leopoldo Ayala Michelena, rescata el humor criollo y es una mirada amorosa al pasado, a ese tiempo que se detuvo en los años 50. Otro trabajo de “El tercer escalón”.
Fue, de verdad, un acto cultural sorprendente. Fue ponderar a un grupo de seres humanos que se divierten y alegran a su público. Fue comprender porque el teatro ha sido la mejor herramienta socializadora que la humanidad pudo inventar.
Por supuesto que Caballero y Áñez Lugo siguen trabajando con su otra agrupación, Teatro Manatí, porque quieren festejar ese cuarto de siglo de labores y de sueños cumplidos. ¡El tiempo pasa y llega la historia!

"Jesucristo Superestrella" después de 36 años

Tiene 26 años, es venezolano de origen judío y en menos de tres temporadas se ha convertido en una gran promesa para las artes escénicas criollas por cuatro espectáculos que fueron bien recibidos por el público y la crítica y además merecieron unos cuantos galardones. Este Michel Hausmann ahora se dispone a estrenar en Caracas “la mamá” de las óperas rock, el musical Jesucristo Superestrella, con partituras de Andrew LloydWebber y letras de Tim Rice. Por ahora estáprometido su “estreno a la venezolana” en mayo del 2007, en el Aula Magna de la UCV.
TREINTA Y SEIS AÑOS DESPUÉS
-¿ Por qué quiere montar a Jesucristo Superestrella?
- Si bien El violinista sobre el tejado fue la obra que crecí viendo y escuchando. Jesucristo Superestrella fue la que marcó mi epoca universitaria. Es tan distinta a los otros musicales, mucho más enérgica. Además tiene una peculiaridad: lo único que está escrito es la música y letra de las canciones, no hay acotaciones ni descripción de escenas, dejando así una inmensa libertad al director. También me interesa mucho esta obra porque marcó un “hito”en la historia del teatro musical: es la primera“ópera rock” y definitivamente este primera obra de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice cambió la forma de hacer musicales. Eso comenzó el 12 de octubre de 1971 en el Teatro Mark Hellinger de NuevaYork. Creó una polémica por proponer, desde ángulos u ópticas diferentes, los últimos siete días de Jesús de Nazareth desde el punto de vista de Judas Iscariote. Ahora, por fin, después de tantos años, en Venezuela se verá en el teatro
- ¿Cómo será el montaje? ¿Cuál es la duración del espectáculo? ¿Cuántas funciones tendrá latemporada?
- El montaje tomará algunos elementos de laversión cinematográfica y de su montaje original, pero principalmente será una propuesta nueva y esperemos que algo audaz. Todavía estamos desarrollando la estética y tengo la fortuna de estar trabajando nuevamente con el “dream team”del teatro venezolano, como son Edwin Erminy en la escenografía; Eva Yvany en el vestuario, Carolina Puig en el diseño de iluminacion, las coreografías estaran a cargo de Luz Urdaneta, la direccion musical es de Salomon Lerner, y la produccion de Yair Rosemberg. Esta obra contará con la orquesta Sinfonica Municipal de Caracas, bajo la batuta de Rodolfo Saglimbeni . El espectáculo tendrá una duración de unos 100 minutos y tendremos un mes de temporada en el Aula Magna. Eso son 12 funciones: una los sábados y dos los domingos.
- ¿Cual es el elenco seleccionado hasta ahora?
- Todavía no lo hemos cerrado. Estamos hablando con algunos actores y cantantes . Hicimos unproceso de casting donde 500 personas vinieron, de esas hemos seleccionado a 40 y durante los próximos días rebajaremos ese numero a 25, para luego sumarle actores y cantantes que hemos trabajando en el pasado y algunos reconocidos de larga trayectoria. Repetirán, con nosotros, Armando Cabrera, Rolando Padilla, Luigi Sciamana, entre otros.
-¿Qué pasó con los otros musicales? ¿Y la obra de Isaac Chocrón no será repuesta?
- Estamos explorando la idea de montar dos musicales más en el futuro cercano, pero por ahora estamos concentrando todas las energías en Jesucristo Superestrella. Es un paso importante para nosotros en Palo de Agua, porque esta vez la obra tendrá un mes de temporada: son 12 funciones en el Aula Magna. Eso es casi un universo posible de 30.000 espectadores. Sí nos encantaría volvera montar Los Navegaos, todos en el equipo le tenemos un inmenso cariño a esta obra de Chocron, y trataremos de reponerla. También trataremos de reponer El violinista sobre el tejado para final de año.
JUDIOS,TEATRO Y CINE
-¿Por qué es tan destacada la presencia de productores y otros talentos de origen judío en el mundo del espectáculo mundial, especialmente en Londres y Nueva York, sin dejar por fuera a los productores y directores en Hollywood?
- Buena pregunta… No sé… El teatro ha estado ligado al pueblo judío gran parte de su historia. A finales del siglo XIX surgió un movimiento importante en Europa de “Teatro Yiddish” Y cuando la situación de los judíos empezó a empeorar, a principios del siglo XX, hubo una inmigración del este de Europa a Estados Unidos. Esa era la epoca cuando se estabaf ormando Vaudeville (predecesor deL Broadway moderno). Lo mismo pasó con el cine. Pero la verdad es que sería interesante preguntarle a algún historiador judío.
-¿ Por qué, en cambio, aquí en Venezuela hay pocos, por no decir que son escasos, los productores judíos?
- No, estoy totalmente de acuerdo. En Venezuela somos pocos judíos, no más de 15.000. Y aún así creo que hemos estado muy involucrados en el teatro de nuestro país. Empezando por el patriarca Isaac Chocron que no solo se destacó como dramaturgo, sino como un gran gerente teatral al conformar el Nuevo Grupo y la Companía Nacional de Teatro, en 1984. Además tenemos una “superestrella” como Moisés Kaufman, el único venezolano en Broadway. Elisa Lerner, Miriam Dembo, Dita Cohen, Jhonny Gablovsky, Juana Sujo yAmador Bendayan, entre otros. Así que eso de pocos es relativo.
- ¿Qué pasó con sus proyectos en el cine?
- Pronto... pronto. Justo estoy trabajando en una colaboración para un guión cinematográfico con unescritor americano Tucker Capps. Si todo encaja será el próximo proyecto que me involucrare después de Jesucristo Superestrella. Será unapelícula de tema muy criollo, pero esperemos que tenga un interés a nivel más global.

viernes, diciembre 01, 2006

Tres mujeres rescataron a Manuela Sáenz

El ser adultera e hija ilegitima de un español casado (Simón Sáenz Vergara) y una linajuda ecuatoriana, pero de oscuro pasado familiar (María Joaquina Aizpuru), eran algunos de los obstáculos sociales que se manejaban para no aceptarla en reuniones y ágapes de las reaccionarias familias “distinguidas” de Caracas, Bogotá, Lima y Quito. No querían verla ni mucho menos escucharla. Además no gustaban sus conductas nada femeninas, como usar ropajes propios de caballeros y montar a caballo en forma inapropiada para una dama. En síntesis: ni esos hombres ni sus mujeres la trataban y respetaban, ya que consideraban que estaba al mismo nivel de las hetairas y barraganas. Pero sí era bien recibida y admirada en los cuartelesde las fuerzas patriotas que luchaban para liberar a las colonias americanas de la tiranía española, y mucho más cuando conoció al gran guerrero venezolano, al Libertador Simón Bolívar, y ellos decidieron unir para siempre sus vidas.
No fue nada fácil el periplo existencial de Manuela Sáenz, quien además de amante de Bolívar se convirtió en su secretaria y amanuense, desde aquel 22 de junio de 1822, en su natal Quito, hasta que lo vio partir hacia el exilio y la muerte, el 7 mayo de 1830, desde la fría y traicionera Bogotá. Al año siguiente la expulsaron de la ex capital del Virreinato de la Nueva Granada y finalmente se fue a refugiar en la lejana Paita, en Perú, donde murió de difteria, en 1856, a los 59
años. Pero ahí no terminó todo: sus escasas pertenencias fueron incendiadas y de su cuerpo no se conservan ni las cenizas.
Todo hace presumir que sus enemigos, que también lo eran del Libertador, querían borrarla de la historia para siempre, pero no sabían que ella tenía una cultura especial y además escribía diarios y cartas, los cuales guardó para un futuro que nunca sospechó. Una gran parte de esos
papeles y documentos fueron salvados, casi milagrosamente por los amigos de su amante, y son los que han permitido a las generaciones venideras conocer algunos detalles de “la loca de la libertad”, como se le decía cariñosamente. Se trata pues de todo un personaje digno de unas cuantas novelas históricas o de exhaustivas investigaciones históricas que no dejen sagas sueltas y la levanten bien en alto para las generaciones contemporáneas, ya que el reivindicarla a ella se le está haciendo el reconocimiento, un tanto tardío, a miles de mujeres que acompañaron a los soldados patriotas en esas largas décadas de la primera independencia latinoamericana.
A 150 años de su desaparición todavía Manuela Sáenz sigue excecrada y no se la ha hecho justicia. No se le ha colocado en el lugar que se merece, ni siquiera existe una plaza pública donde las mujeres aguerridas como ella, de esas que reclaman los mismos derechos de los hombres para amar y ser amadas, puedan evocarla.
Todavía el machismo suramericano, copia fiel del código de honor español, ese que tanto cuestionó el poeta Federico García Lorca, sigue vigente y dando sus pautas, algunas secretas o hasta subliminales.
ESPECTÁCULO
Para que el 150 aniversario de su muerte en Paita no pasara desapercibido y además se abriera una seria reflexión pública sobre su historia y sus aportes a la independencia de las colonias españolas en América, el Ministerio de la Cultura, con "Farruco" Sesto Novás a la cabeza, acordó, planificó y realizó con la Compañía Nacional de Teatro (CNT) un singular homenaje: una lectura dramatizada de selectos fragmentos de los textos compilados en el libro Las más hermosas
cartas de amor entre Manuela y Simón, acompañadas de los diarios de Quito y
Paita, así como de otros documentos
, editado precisamente por el Gobierno bolivariano de Venezuela en ocasión de esta conmemoración.
Eduardo Gil, director de la CNT, convocó a las actrices Emily Mena, Verónica Arellano y Manola García Maldonado para que durante tres semanas se internalizaran una serie de textos tomados, respectivamente, de los Diarios de Quito y de Paita. Lo demás fue un fino trabajo de carpintería teatral, como diría el crítico José Monleón, para que en menos de una hora, amenizadas por las interpretaciones de un sexteto barroco —dirigido por Jaime Martínez e integrado por Alfonso López, Ernesto Parisca, Rubén Haddad, Mauricio López y Rubén Guzmán— y respaldadas por las proyecciones de una serie de fotografias, dibujos y grabados alusivos al siglo XVIII en las tierras americanas colonizadas por la corona española, se invocara a la ausente.
Hay que resaltar que en esas valiosas fuentes literarias están contenidas narraciones, imágenes, ideas y sensaciones que permiten percibir la riqueza extraordinaria del ánima de Manuela, mujer fuera de época que se realizó finalmente en las artes literarias, donde nadie la podía acosar o perseguir. Otra cosa habría sido su vida en Europa, pero el destino y su peso no lo decidió ella.
La magia del teatro, reducida a una lectura interpretada, capturó la atención los sentimientos de las dos mil y pico de personas agolpadas en la Sala RíosReyna, del Teatro Teresa Carreño, el jueves 23 de noviembre, permitió que la memoria de Manuela se hiciera cuerpo visible y más de una de las personas ahí presentes llegara incluso a rabiar por las persecuciones a que fue sometida la heroína o a envidiar la solidez de ese amor furtivo en sus inicios, el cual ella cultivó y acrecentó a lo largo de sus primero ocho años y el cual preservó hasta su muerte.
Resaltó en los textos leídos la alta calidad literaria de los mismos, claro reflejo del cultivado espíritu de una mujer sensible, dueña de una inusual inteligencia para ver, describir y comunicar impresiones, ideas y emociones. Un ser de tales dimensiones no podía vivir en las sociedades del siglo XIX, las mismas que persiguieron a Bolívar y lo llevaron a la tumba.
Brillante nos pareció el trabajo de las tres actrices, pero en especial fue conmovedora la performance de Manola García Maldonado, una dama con una historia y brillante en las artes escénicas criollas.
Con un poco más de tiempo, es seguro que Gil y la CNT hubiesen logrado un espectáculo de grandes dimensiones, como Manuela se lo merece, donde la sombra del amado también se hubiese materializado. Esa podría ser una meta de la institución teatral, además de un concurso dramatúrgico. Hay una deuda con la exclusión de Manuela Sáenz y esta generación debe cancelarla.

jueves, noviembre 30, 2006

"La revolución" de Chocrón será para el 2007

El dramaturgo Isaac Chocrón festeja los tres premios otorgados a Los Navegaos, su mas reciente pieza estrenada. Inicialmente no lo podía creer y reiteró que tenía que ver “eso impreso en El Mundo” para aceptarlo, pero al final creyó que la noticia que le daba el reportero era cierta. ”Yo creía que esos galardones habían desaparecido y que las nuevas autoridades municipales de Caracas se habían olvidado del teatro, pero ahora me entero que no es así, que la semilla teatral sembrada hace siglos en esta ciudad sigue germinando y que además obtiene distinciones”, dijo este consagrado autor teatral y novelista, nacido hace 76 años en Maracay.
-¿Por qué usted no se puede ganar un Premio Municipal de Teatro de la temporada 2005-2006 por Los navegaos?
-Es que su noticia me sorprende por los tiempos que vivimos. Los navegaos subió a escena porque una gente joven maravillosa, como es la que integra la productora Palo de Agua, se enamoró de mi texto, buscaron al elenco, donde estaban Javier Vidal, Juan Carlos Gardié, Juan Carlos Alarcón y Annabella Brun, y después hicieron la temporada en el Teatro Trasnocho Cultural.
-Usted en su larga carrera como autor ha ganado muchos premios ¿Por qué la sorpresa?
-Sí, me he ganado miles de premios, pero este de ahora por Los Navegaos me emociona por las circunstancias en que fue escrita y el preciso montaje obtenido. A l premiarme a mí están exaltando, como dije antes, a la gente que hizo posible que mi texto se hiciera teatro y fuera vista por centenares de espectadores. Todos ganamos. Eso es lo hermoso de la cultura.
- Las sorpresas no terminan ahí, porque los actores secundarios de Los Navegaos, Juan Carlos Alarcón y Annabella Brun, también obtuvieron sendos galardones en sus categorías. ¿Qué tal?
-Ah, no, pero que maravilla, nunca imaginé que mis personajes secundarios fuesen tan convincentes según las creaciones de Juan Carlos y Annabella y además obtuvieran premios.¡Pero quienes más ganaron ? ¿Me lo puedes decir o esperamos leerlo en El Mundo? ¿Y Michel Hausmann, el director del espectáculo, ganó algo?
-¿Y usted que otro texto teatral prepara?
-Estoy releyendo a William Shakespeare y creo que algo nuevo escribiré.
-Para la temporada del 2007 nos hemos enterado que el Grupo Actoral 80, montará su obra La revolución. ¿Usted ya les dio los derechos?
- Claro que sí, Héctor Manrique y su gente del Grupo Actoral 80 son unos trabajadores muy serios del nuevo teatro venezolano. Creo que Basilio Álvarez y el mismo Manrique serán los protagonistas. Ahí se verá la gran vigencia de mi texto, de eso si estoy seguro.
-¿La revolución, según Chocrón, también podrá ganar premios?
-Ah, no, eso no depende de mí, sino de usted los periodistas y los críticos. Creo, eso si, que La revolución impactará al publico de este siglo XXI, como lo hizo en su estreno, por allá en los años 70 del siglo pasado, cuando la hicieron Rafael Briceño y José Ignacio Cabrujas. Será, creo yo, un buen espectáculo de la próxima temporada.
PREMIO MUNICIPAL DE TEATRO
El jurado, integrado por Douglas Palumbo, Juan Antonio González y este periodista, seleccionó a los ganadores del Premio Municipal de Teatro 2005-2006 del Municipio Libertador, en los siguientes rubros:
Producción: Copenhague (Grupo Actoral 80).
Dirección: Dairo Piñeres (Caricias).
Teatro Académico: Pinocho (Teatro Universitario de la UCV).
Texto de autor venezolano:Isaac Chocrón ( Los Navegaos).
Actriz: María Cristina Losada (Copenhague).
Actor: Roberto Moll (Príncipe azul).
Escenografía: Susana Mundaraín (Autorretrato de artista con barba y pumpá ).
Vestuario:_Evelyn Villegas (El violinista sobre el tejado).
Música: Gaélica (Retablo jovial).
Musicalización: Dairo Piñeres y Lester Arena (Caricias).
Actriz de reparto: Anabella Brun (Los Navegaos).
Actor de reparto: Juan Carlos Alarcón (Los navegaos).
Menciones especiales: al programa Haciendo publico lo privado, del Teatro Trasnocho, a cargo del director Moisés Guevara, y al grupo Altosf por sus 30 años de actividades en pro del desarrollo del teatro experimental venezolano.



miércoles, noviembre 29, 2006

Septimo Piso, el mejor grupo joven venezolano

A 13 años de la desaparición del director y promotor teatral Carlos Giménez, ya se puede decir que si hay una generación de relevo, la cual, tímidamente, está ocupando las carteleras, bien sea con espectáculos comerciales, como Brujas, o de atrevida búsqueda artística, tal es el caso de Caricias. Destaca en ese selecto conjunto de nuevos creadores la agrupación Séptimo Piso, liderizada por Dairo Piñeres (Caracas, 20 de febrero de 1975).
Hemos visto todos los espectáculos de Séptimo Piso y podemos dar fe que es un colectivo de jóvenes ambiciosos y en tránsito hacia su capacitación artística. Sus miembros estudiaron o aún están en el Instituto Universitario de Teatro o en otras escuelas. Es una camada de teatreros que sí descubrió y aceptó la importancia de la academia para adquirir y ordenar conocimientos, pero al mismo tiempo se ha volcado a la práctica escénica, como la única vía para el aprendizaje perpetuo.
Desde que comenzó, Piñeres ha demostrado talento como director de escena y de actores, y una especial conducta para aglutinar en su entorno a una siempre fresca juventud ambiciosa de trabajar en roles atrevidos. Así ha sido desde que debutó la agrupación Séptimo Piso (22 de junio de 1995) con sus espectáculos Golpes a mi puerta y Credit-Bill. Se convirtió en la solitaria cabeza de un entusiasta movimiento juvenil integrado por estudiantes de los diversos institutos actorales caraqueños. Todos ellos, y los que se agregaron después, se propusieron una meta: llegar a las salas del Ateneo de Caracas, por ser escenarios respetables, gracias a toda la performance creativa de Giménez y otros grandes directores de los años 70, 80 y 90 del siglo XX. Y es ahora, cuando llevan una veintena de producciones y han sorteado insólitos obstáculos o alcabalas creadas por “la verde envidia”, que pueden saborean las mieles del éxito, como lo lograron con su espectáculo Caricias.
Personaje
Piñeres es fundamentalmente un creador escénico, pero sin descuidar a los actores. No utiliza maquinas ni siquiera las parrillas de una sala convencional de teatro. Lo suyo es un actor o una actriz y el movimiento que él logre asignarle a sus tareas escénicas exteriores e interiores también. Es de los que dirige o ayuda a que estos obtengan los personajes marcados. Logra materializar atmósferas con un mínimo de luces y compone escenas a partir del ritmo interno de textos y personajes. Sí se apuntala en las didascalias originales, pero las altera, las recrea o las mejora. Tiene un toque de gourmet, por así decirlo, para las rupturas de la situaciones, y consigue, siempre, un endemoniado ritmo escénico general, llegando incluso a exagerar con los desplazamientos veloces, cual si fuese un espectáculo eminentemente coreográfico. ¡Así está desarrollando su poética, que lo diferencia de los demás!
Es tal la frecuencia y el éxito de público con sus espectáculos, que sus colegas se han molestado públicamente porque exhibe más de tres producciones al año, cual si fuese un fabricante de salchichas.
Él no rechaza las ofertas que le hacen otras agrupaciones o actores, quienes lo buscan porque les gusta lo que él hace y porque demuestra calidad y, además, no hay otro como él para crear y conseguir un montaje màs que digno.
Su definitivo arranque, cuando de verdad atrapó las miradas del público y distrajo el aburrimiento de los críticos, fue cuando se dedicó de lleno a montar una trilogía de Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 15 de octubre de 1901-18 de febrero de 1952). Se propuso rescatar para la cultura teatral venezolana los valores de ese comediógrafo, inventor de la nueva comedia hispana, pero que fue aplastado por los años obscuros del franquismo porque su teatro no era nada complaciente ni cantaba a las supuestas glorias de una sociedad que no se quería ver en el espejo.
Se propuso hacerle un homenaje con el montaje de una trilogía que él mismo se impuso. Y por eso escogió y escenificó a Tú y yo somos tres, la saga de un matrimonio a distancia y el problema que se arma cuando descubren que el marido está unido a su hermano, son siameses; después hizo Los ladrones somos gente honrada, picante parábola sobre los disfraces internos y externos de una sociedad, y cerró Usted tiene ojos de mujer fatal..., un espectáculo muy audaz pero que no estuvo a la altura de los dos anteriores, por cansancio del elenco.
Piñeres hizo ese singular homenaje para el escritor español, porque el amor constituye el tema ineludible en sus obras. “Amor y humor sirven a Jardiel Poncela para comunicar su visión pesimista del mundo, la amargura de las relaciones amorosas, su desilusión ante la vida. El resultado es una creación literaria única y singular en la literatura española. Y como reza su epitafio: Si queréis los mayores elogios, moríos”, nos dijo en una conversación.
Ahora, al cumplir sus primeros 11 años de labores sin parar, Séptimo Piso se dedicó de lleno a su montajes Caricias, sin lugar a dudas es el màs depurado trabajo que le hayamos visto jamás, y dentro de la misma línea de creación que reveló cuando escenificó Hombres, en la temporada del 2000.Otro momento clave para la institución.
DE GENÉ A BELBEL
En 11 años de labores, Séptimo piso ha escenificado estos textos:
- Golpes a mi puerta, de Juan Carlos Gene; Los entremeses, de Cervantes; Credit Bill, versión libre de Los intereses creados, de Jacinto Benavente; La lección, de Eugene Ionesco; El burgués gentilhombre, de Moliere; Las criadas, de Jean Genet; Tristán y Margarita, de Rubén Martínez; Bufonerías, de Alfonso Zurro; En la cama con Darío, de Darío Fo y Franca Rama; Hombres, de Sergi Belbel; La Zurrada, selección de piezas cortas de A. Zurro. Crónicas desquiciadas, de Indira Páez; Noche de mambo, versión libre de Noche de Reyes, de Shakespeare; La cantante calva, de Eugene Ionesco; Tu y yo somos tres, Usted tiene ojos de mujer fatal y Los ladrones somos gente honrada, de Enrique Jardiel Poncela; Primero muerta que bañada en sangre, de Indira Páez; Los crímenes, de Edgar Allan Poe; Juntos pero separados, de Darío Fo; Los dos hidalgos de Verona, de Shakespeare ; El Quijote está en la calle, de Humberto Orsini; Crónicas desquiciadas 2005 y durante el 2006 presentaron Caricias, de Sergi Belbel.
Y para el 2007 se preparan con Esperando a Godot.

Las 60 Caricias a la venezolana

Dairo Piñeres ha necesitado 11 años de prácticas y de estudios para ir definiendo su ya envidiable estilo, el cual le permite transformar un texto dramático en un evento teatral dentro de un espacio convencional o en la calle. Pero ahora ha mostrado su maduración como puestista con la pieza Caricias, de Sergi Belbel, la cual exhibió a lo largo de este año 2006 en tres temporadas. Comenzó en el Celarg en enero y la llevó en dos ocasiones a la sala Horacio Peterson. Hizo 60 funciones y cree, porque todavía no ha hecho las respectivas sumas, que unas cuatro mil personas se la aplaudieron.
¿Que hizo con Caricias? Magia y de la buena, ya que mantuvo sobre la cuerda floja el equilibrio estético de un impactante teatro erótico -que no es pornográfico- dirigido a las libidos de espectadores y espectadoras, pero sin caer en los preciosismos estéticos de utilizar actores y actrices de fibrosos cuerpos y otros detalles visuales. Se atrevió además a mostrar una versión teatral de un texto que se llevó al cine, con gran factura, gracias al director Ventura Pons.
Piñeres partió del texto original y se propuso trabajar con seis actores y cinco actrices vestidos (o desvestidos) con interiores, pantaletas y sostenes blancos (de esos que no dejan nada a la imaginación de la audiencia), para demostrar el valor y el placer de las caricias entre los seres humanos, algunas cargadas de sensualidad y otras solamente el mero contacto físico afectuoso que dice más que mil palabras.
Caricias, pues, es el coherente desfile de 11 desconsolados y solitarios personajes diversos, habitantes de una urbe, atrapados en sus rutinas monótonas o anodinas. Pero no dejan de ser personas, con emociones en el closet o no aún descubiertas, pero con urgentes necesidades de amar, aunque sin saber cómo ni dónde ni con quien. No buscan amor, ese que se expresa a través del sexo, aunque también lo anhelan. No tiene por qué darse sólo entre hombres y mujeres. De hecho, puede ser el de madre o padre e hijo o hija, la amistad, el de hombre y hombre o mujer y mujer. Y, en algún caso, hasta mezclan, sin nunca caer en la complacencia ni apuntar al escándalo, varios de los elementos en liza, incluido el incesto sugerido. ¡Nada adecuado para pacatos!
Bien, todo eso, y mucho más gracias a la calidez de los intérpretes criollos, se materializa en una caja escénica a la italiana, vestida de blanco. Lo que ahí se muestra le revuelve el alma a cualquier espectador por la dureza de las palabras y la violencia de las situaciones. Nadie debe olvidar que es una representación teatral con jóvenes venezolanos que se han superado a si mismos y ellos también reclaman su derecho a exhibirse, tal como son, por dentro y por fuera.
No es, un montaje artificioso, pero sí es un espectáculo netamente actoral, donde se logra no sólo desnudar la esencia de una realidad muy dura, pero a la vez muy cotidiana y natural, y mostrarla con una metáfora poética sobre la fragilidad de los humanos, especialmente cuando están desnudos y ante decenas de pares de ojos. ¡Bravo!

viernes, noviembre 24, 2006

El teatro infantil es delicioso

No hay otro actor venezolano con ese nombre y tampoco es un seudónimo. Su progenitor, alemán, y su madre, venezolana, así lo decidieron. Nació en Caracas hacia 1965 y por eso se llama Karl Heinrich Hoffmann Malpica.
Este Karl Hoffmann y miles de profesionales de la actuación tienen un sueño en común: ser dueños de una sala de teatro, de una planta de televisión o de un estudio de cine. Y como eso no es tan fácil, pues luchan, de día y de noche, para materializar esos anhelos. Algunos lo consiguen, mientras otros soñaran hasta segundos antes del mutis final.
Este Hoffmann , alemán venezolanizado, tiene una carrera importante en la televisión y por eso le preguntamos:
-¿Y la televisión?
- Uno no se puede quedar esperando una llamada desde la planta televisora para encarnar tal o cual personaje, porque se pierde un tiempo precioso para la creación y para la vida misma. Y todo eso lo aprendí gracias a mi pasantía por el grupo Rajatabla, la cual va desde 1985 a 1989, además de una serie de trabajos actorales especiales para el “capo” Carlos Giménez.
Para Karl Hoffmann la televisión es maravillosa y hay que defenderla a capa y espada. Reitera que es además un mecanismo que tienen los actores para vivir decentemente con sus sueldos. Ha sufrido variantes y de repente la calidad de los libretos de los años 80 ya no se tienen para estos tiempos. Afirma que además el país ha sufrido cambios.Y como es obvio, la televisión está bajo todas esas influencias y ha terminado por proponer parámetros que la población observa y hasta repite. Cree que los libreto deberían tener otras intenciones y otros contenidos y dirigidos hacia una comunidad que lo necesita. Él ahora pregunta: ¿es Venezuela la que ha hecho cambiar a la televisión o es esta la que ha alterado a nuestro país?
-¿Giménez lo formó?
- No totalmente. Giménez y Rajatabla fueron mis grandes maestros, porque yo me inicié en la Escuela de Arte Escénico Juana Sujo, donde fui alumno de Gilberto Pinto, Orlando Betancourt y Orlando Rodríguez, entre otros. Además quise capacitarme y por eso leía e investigaba. También trabajé con Carmelo Castro, pero el haber conocido a Giménez me influenció notablemente y me marcó. Es por eso que yo no estoy esperando una llamada telefónica desde un canal de televisión, ya que artística y creativamente puedo ser un productor independiente. Y eso lo que he venido haciendo.
-¿Por qué teatro comercial?
- Hubiese querido hacer solamente piezas de arte, pero ni en lo social ni en lo económico tengo la plataforma servida. Tuve la suerte de vivir una época en que era factible hacer teatro de arte, como fueron los años de Giménez, pero ahora hay que hacer unos espectáculos que lleguen a los espectadores y podamos percibir una compensación económica y logremos así vivir de nuestro teatro. O sea que hacemos eso que llaman teatro comercial. Pero yo si puedo hacer un teatro que divierta al público y que le deje una enseñanza o un mensaje. Y si a eso lo llaman teatro comercial, pues lo haré.
Se graduó de bachiller en 1981 y en nueve meses ya era piloto comercial e intento estudiar ingeniería aeronáutica, pero se topó con Aníbal Grunn y lo abandonó todo por el teatro. No se arrepiente de ese cambio. Se quedó en tierra, aunque ya había volado 672 horas.
-¿Cómo llega al teatro comercial?
- Encontré en mi camino a Jorgita Rodríguez y así formamos una dupla de trabajo muy interesante, ya que a ella le faltaba lo que yo tengo, y ella tiene lo que me hacía falta. Hemos logrado una unión matrimonial artística perfecta. Y como consecuencia estamos ya organizando los proyectos para el año 2008. Eso me permitió producir, versionar, dirigir y actuar, acompañado de Carlos Montilla, a Entiéndeme tú a mi, del español Eloy Arenas. Se trata de una pieza maravillosa que lleva seis meses en cartelera, en el Teatro Trasnocho, y que ya contabilizamos los 12 mil espectadores que nos han visto, y ahí estaremos hasta el 10 de diciembre. Y también decidimos montar una pieza infantil, Una novia para el capitán, de Silvia Tommarello y María José Turner. Jorgita nunca había producido un espectáculo de ese genero, pero yo ya tenía 23 en mi haber.
-¿Por qué el teatro infantil?
-Porque es delicioso, porque nosotros los actores nos divertimos muchísimo y porque tuve el apoyo profesional y entusiasta de gente como Rolando Padilla, Mónica Pasqualotto, Violeta Alemán, César Bencid y el primer actor Franklin Virgüez. Nuestro espectáculo, el cual yo dirijo, no es sólo para los niños, sino que también busca entretener a sus acompañantes.
-¿Cómo distribuye su tiempo para ser padre, actuar, dirigir y otras actividades?
- Aprendí a trabajar con agenda y la cumplo a cabalidad. Si no estoy haciendo televisión la cumplo a cabalidad, tengo bastante tiempo para invertir en la agencia de publicidad que tengo con mi esposa, escribir, producir, dirigir, actuar y estudiar en el Instituto Universitario de Teatro, donde estoy haciendo la especialidad de gerencia y producción; además atiendo a mi madre de 86 años, la señora Malpica, quien está enferma. Atiendo a mis hijas, unas morochas de 20 meses, a mi hogar y me doy un tanto de tiempo para mí.
-¿Qué es lo que escribe?
-Tengo cuatro libros. Desde mis inicios trabajé con el profesor Orlando Rodríguez e hice dos investigaciones: el teatro de los años 50; y el teatro desde la Colonia hasta el siglo XX, y ahora estoy revisando, antes de que vaya a la imprenta, un texto sobre voz, dicción y actuación. Y estoy rematando una investigación sobre el teatro comercial en Venezuela. Son cuatro libros que aporto a las artes escénicas de mi país, para romper esa tradición de que los actores nunca escribimos. Además hago las versiones de las obras que llevo a la escena. Yo considero que los actores debemos ser artistas integrales y tratar de conocer todo lo relacionado con mi oficio. Cuando estaba en Radio Caracas Televisión pedí permiso para hacer cursos de iluminación, de dirección, de cámaras, todo para la televisión. Lo que me permite decir que lo sé todo en ese ámbito.
-¿ Después qué viene?
- La agenda del 2007 tiene al autor venezolano Gustavo Ott y su obra más internacional: Evangélicas, divorciadas y vegetarianas.