martes, diciembre 25, 2018

Teatro del 2018

"Oscuro,de noche" fue la pieza de Pablo García Gámez que estrenó la CNT.
No menos de 200 artículos, sobre el teatro y otras actividades de la vida cultural y artística caraqueña, publicamos a lo largo de este 2018 en este nuestro blog el Espectador Venezolano (http://elespectadorvenezolano.blogspot.com). 
Aquí vamos a recordar algunos títulos de esas reseñas,que no siempre son los de las obras, para que los interesados puedan releerlas si así lo quieren. Son ya páginas o citas en la historia de las artes escénicas criollas, fundamentalmente.
DICIEMBRE
NOVIEMBRE
OCTUBRE
SEPTIEMBRE
AGOSTO
JULIO
Las esquinas de Caracas llegan al teatro Nacional. La producción teatral. Carmen monta su circo en el teatro Municipal. La vigencia de la madriguera. Tres lecturas no tan dramatizadas del Pequeño Grupo. Violencia caraqueña mató a Kenny, protagonista de “Oscuro de noche”. Viene Pablo García Gámez para el estreno de su obra. La historia que no contaron. “Baño de damas" regresa al teatro Nacional.
JUNIO
MAYO
ABRIL
MARZO
FEBRERO
ENERO

miércoles, diciembre 19, 2018

Llega el Premio MAE 2018

Los ángeles terribles  regresaron con jóvenes actores,

Ya está listo el veredicto del 21 Premio Marco Antonio Ettedgui para exaltar a los artistas menores de 35 años, quienes hayan trabajado durante la temporada 2017-2018. Hasta ahora es el único reconocimiento, creado durante la década de los 90 por la Fundación Rajatabla, para las nuevas generaciones que nutren al teatro venezolano en general o el caraqueño en particular. Hay además un premio de honor para una personalidad destacada por su apoyo a las nuevas generaciones.
Participamos en las deliberaciones, junto a otro crítico, dos teatromaníacos y el director Daniel Dannery, merecedor del Premio MAE del año 2017, y aquí publicamos los nominados, de entre quienes ya se eligió a un ganador y seis reconocimientos más, los cuales serán entregados en la fecha aniversario de Rajatabla, el próximo 28 de febrero.
PREMIABLES
Los nominados son: Teo Rodriguez, América Zerpa, Josbel Lobo, Laura Gardié, Mateo Cestari, Alexandra Braun, Gonzalo Guerrero, Andrés Adolfo Ruiz, Francisco Aguana, Nerea Fernández, Jeizer Ruiz, Varinia Arráiz, Shonny Romero, Elmer Eduardo Pinto, Williams Blanco, Marian Marval, Kevin Jorges, Jorge Gordillo, Raúl Gutiérrez, Theylor Plaza, Bárbara Mijares, Juan Bautista, Margareth Aliendres, Joe Justiniano, Amneris Treco, Adrián Polidor, Abilio Torres, Anthony Castillo, Air Savio y María Jaimes.
OBRAS TOMADAS EN CUENTA
Todos los nominados al MAE 2018 participaron con espectáculos (actuación, dirección, vestuario y producción) tales como Cara de fuego, Los gavilanes, Grosera, Moribunda, La comadre, Tebas Land, Simplemente sexual, Dame duro, La máquina Hamlet, Los ángeles terribles, Cuentos de guerra para no dormir en paz, Ni importa si duele, Se busca compañero de habitación, Detrás, Open Mind, Carne de mi carne, Terapia de choque, Los golpeados, Amorcondriacos, 8 cuchilladas, Solteras, La Monalisa, Posesión, Muere Numancia Muere, Pop en jazz, La muerte de Don Nadie , Bellísima, Solteras, Los reyes, Las sillas, El oso, Seminario, Pinocho, Ciudad moribunda, Los pollitos dicen, La madriguera, Rataman, Promoción honor a mis padres, La Golda, la chata y la Ministra, Circo roto, Sonoridad, La Matis, Todos somos Malaika, Rossa, ¿Quién será la reina?, Con fecha de vencimiento, Sucede que soy horrible, Nosotros nos jugamos la vida, Lo humano, EspectrosEl general retirado, Pic  Nic, Pueblo de fieras, Los ángeles terribles, La tumba, Visa para un sueño, Asociación de hermanas ateas, Te odio Madrid, Mi encuentro con la Monroe, El amante, Pran, Pran, Pran, El morocho, La puti caraqueña, Por culpa del Miss, Scandala, Doctor Mazo, Improvisto, Alan, La muerte de don Nadie, Bello Público, Agosto y Spleen.
ÚLTIMO PERFORMANCE
Este galardón se hace para evocar a Marco Antonio Ettedgui, quien nació en Caracas el 13 de diciembre de 1958 y murió el 13 de septiembre de 1981, durante un fatídico accidente en plena actuación. Se vinculó desde sus inicios al periodismo cultural y el teatro. Asistió a clases de teatro en la Escuela Anna Julia Rojas con Horacio Peterson y realizó estudios de comunicación social hasta el quinto año en la UCAB (1981) .Entre 1975 y 1979 realizó diferentes actividades en montajes de textos dadaístas y actuó en obras con el Nuevo Grupo, como El círculo de tiza caucásico de Bertolt Brecht y con el teatro universitario participó en los montajes de Casa de muñecas y Los ángeles terribles (1979).
Entre 1979 y 1980 dictó charlas sobre teatro de vanguardia y teatro underground. Fue columnista del diario El Universal en la sección cultural, desde 1980. En 1980 actuó en piezas teatrales, con el grupo Autoteatro, del cual fue uno de sus fundadores junto a Javier Vidal. Hacia esta época dirigió Gritos, su primera obra de teatro de calle, y realizó performances, registradas en fotografías, como Feliz cumpleaños, Arteología, Soy Narciso e Higiene corporal.
Participó en el V FITC con Helenismo cultural durante la presidencia de Marco Antonio Ettedgui y la repartición del poder en los tres estratos gubernamentales, donde además coordinó las experiencias libres en la Sala Juana Sujo.
Asistió a la Bienal de Medellín (Colombia) donde presentó Marco Antonio Ettedgui invita al pueblo colombiano a intervenir en un evento sobre el problema limítrofe y humano del Diferendo y Tres informaciones porno".
Dejó varias obras en proyecto como Venezia, Ramos Sucre, Evangelio y Auto. Alejandro Varderi ha señalado: "la obra de Ettedgui predijo la emergencia (en su doble acepción) de una generación de artistas para quienes el reto iba a ser, justamente, la concepción de una obra que pudiera ser desconstruida y reciclada, con objeto de reinventar las culturas y contradicciones coexistentes […]. Esta aguda disección de nuestra realidad fue hecha por Marco Antonio Ettedgui aludiendo, simultáneamente, al surrealismo y al dadaísmo. Ello a través de textos que leía en sus performances, mientras bailaba ritmos caribeños sobre un escenario donde se sincretizaban televisores, símbolos patrios, altares populares, piezas de arte; y donde paulatinamente el público iba incorporándose, hasta terminar los eventos en una gran fiesta tecno-retro-kitsch".
El 2 de septiembre de 1981 resultó mortalmente herido por accidente en la sala Rajatabla, en plena actuación, cuando una barra de hierro olvidada dentro del cañón de un fusil de utilería fue disparada. En una crónica en homenaje al actor, el artista plástico Carlos Zerpa recuerda que los espectadores estaban fascinados por los efectos especiales, por la actuación magistral y por el grito de dolor del actor, mientras sus compañeros entendían perfectamente que no se trataba de teatro, si no que el fatídico accidente en verdad había ocurrido. “MAE fue llevado de emergencia al Hospital Universitario de Caracas en donde falleció once días después cuando tenía apenas 22 años de edad… Este fue su último performance":
En su honor la Fundación Rajatabla creó el Premio Marco Antonio Ettedgui, de gran prestigio en el ámbito teatral. Su muerte sería recreada luego en una de las películas más taquilleras del cine venezolano de los años 80: Homicidio Culposo, dirigida por César Bolívar en 1984.




sábado, diciembre 15, 2018

Llega el "Fin de mundo" de Rubén Joya López

Rubén Joya López,teatrero a carta cabal.

Rubén Joya López (Maracay, 25 de abril de 1970) ganó el Premio Nacional de Dramaturgia Apacuana 2018 y durante la temporada 2019 de la Compañía Nacional de Teatro estará, lo más seguro, en su programación. Se trata de Fin de mundo. Él desde la capital aragüeña respondió así:
¿Dónde nace y cómo fue su infancia y primera juventud?
Como dijo el poeta Víctor Valera Mora: “Nací de parto bravo…” y así fue como después de 15 horas salí a este mundo en   Maracay. Mi infancia vive entre una familia trabajadora que hereda una mezcla más allá de la orilla caribeña y entre amigos de varios sitios por la mudanzas, nos establecimos en un hogar con ciertas comodidades de rigor y a la moda de ese entonces. Me inscribieron en deportes, como el béisbol, pero nunca tuve la inquietud de asegurarme nada ahí, así que la natación me ofreció el gusto por el agua y competí durante ocho años donde obtuve premios, medallas y récords reconocidos. Mis padres se fueron al extranjero a un viaje de visita y cuando regresaron me trajeron lo que se llama un “View Master”, una especie de proyector con varios discos de ese entonces, para mí fue de una gran emoción, así que invité a varios amigos a ver “películas” y luego hacíamos dibujos de lo que veíamos. Yo hacía historias, que no eran relatos ni cuentos (lo sé ahora) y las ilustraba. Mas tarde, compraron una colección de cuentos, otros temas y mi madre en algunos viajes nos leía a mi hermana y a mí, asunto que me permitió después leer todos los libros llenos de fantasías, aventuras, seguir dibujando y escribiendo sobre lo que imaginaba. Hacia también, pequeñas escenografías, eso porque mi tía Teresa era maestra de preescolar y tenía una colección de libros de esa naturaleza incluso cuentos que los abría y tenían en su contenido formatos que se armaban al abrirlos. Mi tía, era una mujer rebelde, conoció a personalidades como el Che Guevara por sus viajes, y estaba rodeada siempre de artistas y una música “extraña” de gente con palabras bonitas, es decir, de poetas. Más crecido, fui con ella a varias partes y conocí un movimientos de “poetas malditos”, artistas plásticos, músicos, en fin, me fue absorbiendo un mundo que no tenía en cuenta sino solo en mi imaginación.
¿Cómo llega al teatro y por qué tanto ahínco para ser el mejor o el más útil?
Mi tía me llevo a ver una obra infantil en Caracas, luego en el liceo nos reunimos varios a formar un grupo entre bailes y representaciones sin ninguna orientación técnica, solo el impulso de querer recrear, por ejemplo, a Pedro Navaja y mis amigos tocaban algunos instrumentos. Me fui integrando a ese movimiento personal que nacía en mí, y fui a dar a Coprocine, pero no pude inscribirme, desde temprana edad empecé a trabajar, así que me compre una betamax, veía películas, copiaba ciertos parlamentos, me los aprendía, baile “breakdance”, pintaba mis franelas, hice un juego en cartulina con dados, escribía cosas existencialistas que no iban a llegar a ser nada, así que mis padres veían un “desvío” de las reglas naturales al darse cuenta de mi preferencia por el arte. La rebeldía se hizo y los obstáculos fueron la prueba de crecimiento y decisión absoluta en lo que quería. En la universidad privada, estudie Turismo y ahí estaba un grupo de teatro y de inmediato me acerqué, estaban muchachos y jóvenes con cierta experiencia teatral, y el grupo estaba entre los más destacados de Aragua; sin dudar fue mi escuela, mi refugio y la grieta frente al muro. Pude, entonces compartir lo que escribía, realizar talleres e iniciarme definitivamente en el arte dramático, y en los audiovisuales dispuestos a colocar en la vida lo que no tenía nombre. ¿El mejor? Bueno si voy por ese camino es que soy un compendio de los mejores, una síntesis de creación verosímil.
¿Ha ganado anteriormente otros premios?
Fíjate,  en estos días reflexionaba cuantos premios han ganado los artistas; eso que reciben aplausos y dejan una huella imborrable en la memoria histórica del teatro, y nunca han recibido una premiación en físico o en metálico; Creo que son, somos ganadores, pero si  voy al terreno concreto he recibido el premio del Concurso Nacional de Dramaturgia “Gilberto Pinto” 2017 con la obra Viejo Año, un premio al mejor actor de reparto en el Ecofilms 2018 donde compiten varios cortometrajes y ahora este premio Apacuana, el cual recibo con emoción y sencillez.
¿Esta obra que le premia la CNT qué es y qué persigue?
Pues me han dicho: sigue, no te detengas porque llegar apenas es un suspiro. Creo que es un gran estímulo a la creación, a visibilizar esfuerzos engavetados, y me inquieta mucho más saber que tanto puedo ofrecer a quienes les interesa escribir o hacer teatro. El premio, en fin, es reconocer y encontrarnos en la palabra frente al mundo insensato y una asociación espacio- tiempo inolvidable. Además, tenemos el derecho de continuar expresando y esta es una de las oportunidades para ofrecerle a la vida algo más interesante; a veces, hay que inhabilitar lo cotidiano, traicionar la lógica; el hecho real por sí me fastidia. Hay que motivar a crear otros concursos con una línea de montaje, o lo que esté al alcance para que a obra salga a la luz, como un parto bravío.
¿Puede resumir la temática y la argumentación de Fin de mundo?  
El tema es la opresión frente a un mundo que decide cambiar y vuelve a reincidir tanto en lo que aspira, como en lo que intenta y va dejando a su interés. Presenta una estructura con cuatro obras cortas, concatenadas que llamo cuadríptico, pues, su composición es importante dentro de la relación temática.  Es una obra atemporal, con visos absurdos, con un ambiente de guerra, personajes enigmáticos dentro de un lenguaje particular y realista. Es un ejercicio poético de la desdicha y la esperanza que se desarrolla en un entramado de teatro, música, danza, performance. Hay que vivir el teatro para entender qué nos está pasando y que podemos reflexionar al menos en torno a eso.
¿Hay más obras escritas o tienes más proyectos para desarrollar?
He escrito varias obras, incluso algunas han sido estrenadas como por ejemplo, Tacones seguros, Independencia una historia de hoy, Una tarde gloriosa, Los nadie (homenaje a Eduardo Galeano), una breve obra infantil El cochinito desobediente, obras cortas para espacios de calle y no convencionales, otras para Radio Teatro, algunas por encargo como Poseidón en el cual fui su coautor y se presentó en una gira por varios estados del país.
“Quiero escribir una pieza donde refleje un contexto de niños, es decir, actores representando a niños de la calle o sin refugio, además de toda esa imaginación lúdica, también llevo adelantado un tema sobre el petróleo y sus vaivenes históricos, quiero fortalecer mi ejercicio escritural en el guion para cortos y largometrajes, así como este año ser parte dela Compañía Nacional de Teatro ¡Qué gran sorpresa! Y quizás ser sorprendido de nuevo, quizás, como actor de Fin de mundo, o sea, de mi propia obra”.
¿En un país donde el profesional del teatro no sobrevive fácilmente, que hace usted para ayudarse?
La subjetividad siempre ayuda, es un motor para seguir creando sin que las criaturas cotidianas te encadenen al suelo. Pero hay que formalizar los sueños, tratar de que tengan un espacio terrenal, y eso amerita colocarse paralelamente en otro oficio por ejemplo en la docencia, como facilitador de procesos de aprendizaje, también como productor o más bien, “entrompador” para lograr viabilizar políticas en colectivo acordes con las acciones que pueden impulsar condiciones creativas con más posibilidad productiva.
¿Qué perspectivas tiene o trabaja para realizar?
Concebir un teatro más integrado, desde la escritura como en la puesta en escena; trabajar por un movimiento que pueda generar acciones en torno al arte dramático, como festivales, muestras, formación, como ya lo habíamos hecho en gran parte. El teatrista, siempre tiene algo pendiente. Siempre tiene una desobediencia ante lo maltrecho, frente a la opresión; El dramaturgo, frente a los desajustes, eso nos da un escenario para repensarnos en todos los ámbitos tanto educativos, como socioculturales. Debemos vernos en la realidad concreta, y convertir todo lo que acontece en un riesgo mucho más creativo. Debemos vernos frente al espejo pero no para contemplarnos, parafraseando a Octavio Paz, el espejo es el destino donde nos realizamos.
¿Por qué la actividad cultural de la provincia no llega en cantidad y con más frecuencia hasta Caracas?  
Yo creo que a caracas le queda lejos la provincia.  Dentro de esta “provincia” Maracay, por ejemplo, el talento es una potencia para el mundo, claro y en toda Venezuela, pero la actividad caraqueña se regodea de luces y colores entre amigos y amigas de la capital. No quiero ser arrogante, pero esta ciudad ha hecho de la historia teatral un libro relevante para el país y Sudamérica. Hace unos años escribí un proyecto para que Aragua y Caracas se encontraran en un circuito, mucho antes del circuito de Caracas, ahora estas fronteras necias y mal entonadas, deben desaparecer; si bien es cierto que Caracas tienes espacios o salas convencionales de diferentes formatos y características propicias y no, tal vez no hemos visto o fortalecido las relaciones entre artistas que sufren, padecen y sueñan, y por otro lado las relaciones interinstitucionales  que pueden establecer vínculos con las organizaciones o agrupaciones de los estados, así como canalizar su centralismo, una lluvia de ideas que inunde la apatía gubernamental con respecto a la cultura en ciertos lugares. Yo me pregunto ¿Qué se centraliza? ¿Qué se retiene? Porque las ideas van libres y propiciamos una soberanía hasta intelectual. Si revisamos la historia reciente, Maracay es forjadora de ideas rebeldes que forman parte de grandes debates nuestro americanos.
“Hay que dejarse de tanta pendejada, porque aquí como allá laten corazones que guardan secretos, una especie de calidoscopio de escenas, un drama detrás, un olvido, un adiós, una  realidad  inhabitable y otra dispuesta a seguir creyendo junto al espectador. No hagamos que el horizonte se obstine. El escenario, es nuestro; necesario es vernos. Un aplauso para todos”.

viernes, diciembre 14, 2018

"Cariaquito morao" busca más premios en Nueva York

El actor César Augusto.

Dos venezolanos,  el dramaturgo  Pablo García Gámez, y  el actor, César Augusto Cova Burguera,  fueron  nominados, al Premio ACE 2019,  de la  Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York, en los  renglones  Dramaturgia Sobresaliente, y  Mejor Actor Unipersonal Sobresaliente, por la obra Cariaquito Morao, respectivamente.
     El  anuncio lo hicieron  los periodistas Fernando Campos, presidente fundador; y Manolo García-Oliva, presidente emérito,  junto a la comisionada Nilda Tapia,  con motivo del 51 aniversario  de la Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE),  en acto realizado en el Salón Andrés Requena, del   Comisionado Dominicano de Cultura en los EE.UU, ubicado   en 541 West, 145 St, Manhattan, NY.
   Cariaquito Morao –originalmente ¿…Y qué es Nueva York?- escrita y dirigida por Pablo García Gámez, y personificada por César Augusto Cova Burguera, viene de presentarse en el marco del Festival Monologando Ando, evento anual organizado por Teatro FenixUSANY, dirigido por JJ Franco.   Y  recientemente,  en el marco de la edición número doce de la Feria del Libro Hispana/Latina de Nueva York, que se realizó en Renaissance Charter School, 35-59 de la Calle 81 de Jackson Heights, en el distrito de Queens.
   La   obra cuenta la historia de un actor que viaja a la Gran Manzana con el anhelo de triunfar y ver su nombre en las marquesinas de los teatros de esa ciudad.  La odisea, lo lleva a un sinnúmero de audiciones, en las cuales apela a monólogos de autores venezolanos (La máxima felicidad y La revolución de Isaac Chocrón; Los ángeles terribles de Román Chalbaud; Acto cultural y El día que me quieras de José Ignacio Cabrujas; La empresa perdona un momento de locura de Rodolfo Santana), con el afán de lograr su cometido.
   Para lograr sus sueños, debe trabajar para subsistir, y por ello cuida a personas ancianas; se desempeña como mesonero en algún café o restaurante, hasta llegar a probar suerte con prácticas de esoterismo y la utilización de baños contra la pava (mala suerte) como lo es cariaquito morado.
   El también nominado, el actor César Augusto Cova Burguera confiesa sentirse identificado con la pieza, porque “trata de la inconmensurable perseverancia que un actor tiene para cumplir sus sueños y la lucha por alcanzarlos en Nueva York, donde la grandiosidad de la capital del mundo, plasmada en una tarjeta postal, camuflajea el embrollado camino al éxito”.
   Pablo García Gámez, ha recibido, en Nueva York, los reconocidos premios HOLA, ACE, ATI, Proyecto Asunción y Abniel Marat por sus piezas Blanco, Las damas de Atenea, Noche tan linda, La vieja herida, Olvidadas y Yo no soy Lupita.   Su pieza Noche tan linda, publicada en la revista Conjunto Nro. 175, de Casa de las Américas, Cuba; fue estrenada en Buenos Aires Argentina, en 2016. Y recientemente, mayo de 2018, en Lima, Perú.
  Recientemente, García Gámez obtuvo, en Venezuela, por unanimidad, el Premio Apacuana de Dramaturgia Nacional 2017 por Oscuro, de noche, llevada a escena por la Compañía Nacional de Teatro, bajo la dirección de Carlos Arroyo.   Este dramaturgo, investigador y profesor adjunto en Brooklyn College y City College, prepara su tesis doctoral “Al margen: Teatro y Comunidades Hispanas en Nueva York 1997-2011”, en CUNY, Nueva York.  
   Los Premios ACE de Teatro creados en 1968, comenzaron a otorgarse en 1969, en el escenario del Madison Square Garden. Desde su fundación, ACE ha realizado sus entregas anuales, sin interrupción.


jueves, diciembre 13, 2018

Bethilde Ledezma ganó Concurso de Ensayo de la CNT


Una periodista “milagrosamente” pudo dedicarse a la creación poética y a la investigación en las artes escénicas. Ella es Bethilde Venus  Ledezma Azuaje (Valencia, 1970), además actriz y educadora, quien ahora ha ganado el Concurso de Ensayos sobre Teatro 2018, organizado y producido por la Compañía  Nacional de Teatro (CNT),  el cual fue adjudicado, según veredicto del jurado que integraron  Mirla Alcibíades, Ligia Alvarez y Rodolfo Porras.
Por el ensayo Cuerpo metáfora. Reflexión en torno a un lenguaje poético escrito por el cuerpo del actor, Ledezma Azuaje recibirá 50 mil bolívares soberanos y la publicación de su texto en formato digital, según las bases del concurso.
Para la feliz ganadora del concurso ensayístico de la CNT, este es un primer Premio, porque lo más cercano que había recibido fue una mención en publicación por una crónica que envió a la I Bienal Nacional de Literatura Rafael Zárraga, en el año 2012.
¿Usted es periodista, hemos leído?
Sí, estudié Comunicación Social, mención Impreso, en la Universidad del Zulia. Egresé en el año 1995 y comencé a trabajar casi en seguida. Estuve en muchos espacios comunicacionales, pero duraba poco tiempo porque no resistía, en algunos casos, la vertiginosidad casi automática con que se escribe en una sala de redacción y, en otros, la resequedad des-almada de las ‘notas’ que debía escribir. Siempre me ha gustado indagar, leer, pero esto, si no está acompañado de un tiempo de contemplación y reflexión, para mí se vuelve una pesadilla. Es apenas en el año 2013, cuando se dio el milagro: conseguir a alguien que me diera empleo para escribir sobre poesía, para hacer actividades de promoción en comunidades y escuelas relacionadas con la poesía y la música, el cuento y la siembra, la promoción de múltiples lecturas que nos ofrecen las expresiones artísticas y la vida misma... dime tú si eso no es un milagro.
 Bethilde también hizo una maestría en Literatura, mención Literatura Venezolana y con todo eso, sumado al oficio como redactora, más talleres y otras capacitaciones en el área cultural, pudo cumplir con las exigencias del cargo como coordinadora de Extensión. “Ese maravilloso trabajo se inició en la Biblioteca Pública del Zulia 'María Calcaño', cuya presidenta fue Yolanda Delgado, la autora del milagro, un ser de una tremenda sensibilidad que me hizo entrar a ese recinto tan esperado y a quien le agradeceré siempre, por su fe. Allí estuve hasta el 2017. Luego, en conversación con José Molero, actor de larga trayectoria en la región y actual director de la Escuela de Teatro Inés Laredo, se abrió la posibilidad de trabajar como docente allí en la escuela, asumiendo justamente la tarea de conducir la cátedra de expresión corporal. Este es el riesgo en el que ando”.
¿Pero cómo llega al teatro o a las artes escénicas en general?
Olfateando, por instinto. Hace años logré amistad con Rubén Naranjo, alguien muy querido, y quien hacía (y hace) teatro en San Felipe, Yaracuy, de donde soy. El grupo se llamaba Trenzas Teatro. Ensayaban en una especie de galpón. Y allí vi por primera vez a un actor sudar en su entrenamiento físico y vocal, allí oí las primeras lecturas, llamadas, dramatizadas, vi los primeros gestos, otros seres que eran de otros mundos. Este es un recuerdo muy lejano en el tiempo, pero que no se ha desprendido de mí. Muchos años después, mientras hacía la carrera de Comunicación Social, asistía también como estudiante a la Escuela Inés Laredo. Estuve en la escuela casi tres años, pero la presencia de una mujer vital, que irrumpió con una propuesta para mí inédita, me hizo fracturar el teatro, la visión que hasta entonces tenía de él. Ella es Elaine Centeno, cubana, dramaturga e investigadora teatral.
¿Pero cómo fue su participación teatral?
Mi actividad teatral, durante mi estancia en la Escuela de Teatro, consistió en lo básico: ejercicios vespertinos donde demostrábamos las destrezas y habilidades obtenidas en la escolaridad. Pero no tuve participación en alguna pieza teatral mayor, me retiré antes de que eso pasara. Recuerdo sí que me dediqué con vehemente atención a la apreciación literaria, allí otro nudo importante que me fue acercando a la palabra poética. Nuestro maestro de entonces, Mario Morales, nos hizo conocer a Federico García Lorca, por ejemplo, mi favorito. Años más tarde, trabajé con el grupo Mambrú y su director Romer Urdaneta, otro importante referente teatral del Zulia. Pero entre la Escuela y Mambrú, estuvo Final del Juego. De allí parte este viaje que hoy orilla en este ensayo que me han premiado. 
"Final del juego es el nombre de un cuento de Julio Cortázar, otro favorito. Con ese cuento, tres de mis compañeros de estudios teatrales y yo, le propusimos a Elaine trabajarlo en teatro, creyendo ingenuamente en una ‘representación’, pues éramos cuatro, tres mujeres y un hombre, como en el cuento. Por circunstancias diversas y personales, mis compañeros abandonaron el trabajo creador luego de seis meses. Debí volverme entonces una y tres a la vez. El otro ser gravitaba. Las jornadas exigían, cada vez más, un mayor desprendimiento de lo conocido, de lo cotidiano, exigía un esfuerzo físico y psíquico tremendo, intenso en su calidad y rendimiento escénico, no acrobático ni atlético, sino de otras calidades de ser y sentir, exigía un cuerpo otro, uno dentro de mí que yacía hasta entonces en algún recóndito lugar de la memoria, y reposaba clandestino en el río de la sangre. Mis encuentros con Elaine, nuestro viaje tras el hallazgo, duró un año. Un año donde fuimos hilando, yo desde adentro y Elaine desde afuera, punta por punta, como dos arañitas, la obra… hasta que en un amanecer de 1997, nació a la luz. Este ensayo sólo es el testimonio de ese viaje a lo profundo".
¿Este ensayo es lo primero que hace sobre el teatro?
Sí, este es un primer escrito relacionado con teatro. Espero que, en esta nueva tarea que asumo desde la Escuela de Teatro Inés Laredo, reemprenda otro viaje de conocimiento humano, cercano a este sendero, en el encuentro con jóvenes estudiantes. Me anima mucho la idea de poder compartir con ellos y ellos a su vez compartan con uno las experiencias que vamos ganando en la vida, las experiencias que invitan a crear estética y éticamente, para comprender y leer mejor nuestro mundo.
¿Qué pasa con el teatro en Maracaibo?
Confieso que he estado desvinculada, hasta ahora, de la dinámica del acontecer a lo interno del teatro en Maracaibo, es decir, de su evolución vital.  Ahora, voy viendo que existen agrupaciones teatrales nuevas y la persistencia de otras con más larga trayectoria. En ambos casos (a lo interno, insisto) veo que hacen esfuerzos por mantener una acción viva. Sin embargo, como espectadora, es decir, desde afuera, como habitante de la ciudad no logramos percibir ese esfuerzo y, por lo tanto, no logramos acceder a su disfrute de forma masiva, no logramos hacernos como público teatral. La misma Escuela de Teatro Inés Laredo sufre desde hace muchas décadas de una especie de invisibilidad. Bajo el empeño de su actual director, José Molero, y quienes la integran, estamos trabajando precisamente en reavivar su corazón. Pero creo que, allende las dificultades generalizadas que conocemos y padecemos, y que, por supuesto, hacen más difícil el acceso al arte teatral o a cualquier otra actividad cultural que tenga para ofrecer la región, más importante aún es revisarnos con respecto a nuestras propias propuestas, nuestra formación, que debe ser constante, permanente, leyendo, debatiendo, formando espacios de compartir crítico, divulgando lo que escribimos o hacemos creadoramente, reinventar las maneras de alcanzarnos como seres humanos, de reencontrarnos con los otros.