Gracias al tesonero trabajo de sus artistas y a los apoyos financieros
provenientes del Estado, especialmente por intermedio de la Villa del Cine, y a
la entusiasta participación del sector privado, el tan vituperado y nunca bien
ponderado cine venezolano avanza en su desarrollo y en el incremento de la
calidad de sus productos.
Eso ha
permitido, por ejemplo, que Cheila, una casa pa' Maíta, estrenada en el 2010, protagonizada por la actriz Endry Cardeño (reconocido transexual colombiano), dirigida y escrita por Eduardo Barberena y Elio Palencia, y producida
por la Villa del Cine, abordó, por primera vez en la historia criolla, el tema de la transexualidad y la familia en
situaciones de pobreza en un país fuertemente influenciado por el conservadurismo.
Y ahora, para continuar por ese camino de
investigación y creaciones cinematográficas, la directora Elia
Schneider y el productor José Ramón Novoa adelantan el proyecto del largometraje Tamara, que deberán culminar en siete semanas, de las
cuales ya han rodado dos, aquí en Caracas.
Ahí participan, entre otros, Luis Fernández, Mimi Lazo, Prakriti
Maduro, Karina Velázquez, Carlota Sosa, Julie Restifo, Gerardo Blanco y Alberto
Alifa, entre otros.
Luis Fernández (Caracas, 17 de marzo de 1970), célebre actor, director y
escritor para teatro, televisión y cine, cuenta que participa en el proyecto Tamara porque hace un año fue
contactado por Elia, para llevar al cine la historia de Tamara Adrián Hernández y además
le propuso que fuera el protagonista.
Subraya Fernández -casado con Mimi Lazo desde hace más de 10 años- que conoció
a Tamara Adrián Hernández cuando la entrevistó para su programa de radio SexoSentido y desde entonces “me pareció una mujer fascinante y
admirable. No imaginé que tendría el privilegio y la responsabilidad de llevar
al cine un personaje que, si bien es de ficción, está inspirado en buena parte
de su compleja y maravillosa historia”.
-¿Cuántas
películas tiene en su hoja de vida?
-Esta es la número 12. Todo comenzó con Un sueño en el
abismo y después participe en El secuestro, Desnudo con naranjas, El
Valle, así como Miranda
y Borrón y cuenta nueva, entre otras.
-¿Cómo ha preparado su personaje, el primer transexual que lleva a la pantalla?
-He estado muy cerca de varias fundaciones sociales y
culturales que trabajan para reivindicar
los derechos de la comunidad transexual, un colectivo muy desasistido e
incomprendido en general. Conozco a muchas mujeres transexuales de distintos
orígenes. Me he documentado y he investigado lo suficiente como para realmente
comprenderlas. No es un asunto de orientación sexual, tampoco es un “deseo” de
cambiar de sexo, es un tema de identidad y es además una necesidad vital para
ellas (y ellos) encontrar coherencia entre lo que siente ser y lo que son en el
universo físico. Creo que ha sido probablemente más sencillo para mí llegar a
esto porque no tengo prejuicios al respecto y además pienso que los valores
tradicionales, que son los responsables principales de la discriminación que
sufre este colectivo, son también los principales enemigos de la evolución y
lucho activamente con todo lo que hago por cambiarlos, invitar a la gente a
revisarlos y establecer nuevos valores basados en el respeto, la ética y la
coherencia, y no en algo tan estúpido como la tradición. Una vez comprendido,
he podido trabajar con Elia muy profundamente una aproximación respetuosa y
desprejuiciada al personaje, pero sobre todo muy real. La película, cuyo guión
es de Elia y Fernando Butazzoni, es explícita y me ha llevado a hacer cosas que
nunca había hecho como actor, y que creo nunca han sido hechas en pantalla en
el cine nacional. El trabajo es intenso y agotador, pero profundo, serio y muy
gratificante.
LUCHADORA
POR LAS MINORIAS
Tamara
Adrián Hernández, nacida como Tomás el 20 de febrero de 1954 en Caracas, logró su Reasignación Quirúrgica de Sexo (RQS), tras muchas luchas, en
Tailandia hacia 2002, después de haberse casado y procreado dos hijos.
Es abogada, egresada con altos honores en la Universidad Católica Andrés Bello
y la Universidad de Paris, además profesora y empresaria. Se define como
transexual, lesbiana, feminista y activista, pero todo como una mujer que lucha
por el reconocimiento de los derechos humanos de las minorías. Desde el 14 de
mayo de 2004 ha solicitado ante el Tribunal Supremo de Justicia el reconocimiento de su identidad pues legalmente es Tomás Adrián Hernández. Ella
considera que la demora en Venezuela
para reconocer a la comunidad Lgbtt (Lésbica, gay, bisexual, transgénico y
transexual) se debe a la “carencia de la administración de justicia. Los que
están en la Asamblea Nacional dicen que legislan con el pueblo y para él, pero
los estatutos están desvinculados de las necesidades reales de los individuos. Todos
somos iguales pero diferentes al mismo tiempo. Cada quien tiene derecho a
creer, hacer y realizarse de la forma que considere conveniente”, ha dicho.