martes, agosto 28, 2007

Revelan la verdadera maleta de los portugueses

En estos días cuando las maletas y los maletines es tan de moda porque algunos son utilizados para transportar al exterior no precisamente las prendas íntimas de sus dueños, sino impresionantes cargamentos de papel moneda de dudosa procedencia, aparece un venezolano con un libro de 258 páginas, publicado por Editorial Alfa, donde se alude a las modestas, mínimas y hasta simbólicas valijas que acompañaron a miles de portugueses que escogieron a Venezuela como su patria para trabajar, prosperar, amar y criar a sus hijos, desde la década de los 40 del siglo XX.
Con Portugal en la maleta, el titulo de la publicación de Antonio de Abreu Xavier (49 años), es una obra inédita en la historiografía venezolana de la inmigración. En ella, su autor escudriña a través de numerosas fuentes, en especial con historias de vida, tanto las privaciones cotidianas en Portugal - que impulsaron a miles de hombres y mujeres a cruzar el Atlántico- como las condiciones cambiantes de la sociedad venezolana, a las que se adaptaron los recién llegados en diferentes oleadas migratorias. Ahí se asienta la trascendencia de la comunidad lusitana en las historias comunes de Venezuela y de Portugal.
Antonio de Abreu Xavier -licenciado y doctor en Historia de la Universidad Central de Venezuela, autor de numerosos artículos académicos sobre la inmigración portuguesa en revistas especializadas y de Carl Richard. Una epopeya sin gloria (2005)-advierte que las estadísticas venezolanas sobre la inmigración difieren mucho de las lusitanas, por lo cual contabilizar una población a través de una embajada es falsear un “poquito” la realidad. Advierte que hay diferencias en las estadísticas oficiales portuguesas y venezolanas. “Mis datos, basados en censos venezolanos y listas de emigración lusa, indican que 1981 registró el mayor estimado de individuos que salieron con destino a Venezuela o ya residían en el país: unos 144.500 portugueses, en promedio redondo. Hoy, su edad superior ronda 90 años y la media inferior entre 50 y 60 porque el arribo de niños portugueses bajó a mediados de la década de 1960 cuando cada madre traía entre 2 a 3 hijos. Si multiplicamos esta media por el estimado de portugueses, el resultado podía ser dado por el total de la comunidad, unos 400.000 individuos, e incluye a los luso-venezolanos como es mi caso”.
-¿Qué lo llevo a escribir este libro?
-Una reflexión sobre la herencia histórica familiar me llevó a tomar la decisión en el año 1996. Posteriormente, mi preocupación personal fue respaldada por la proliferación de unos agresivos panfletos distribuidos en la parroquia Candelaria. A partir de ahí me propuse recoger los testimonios de la comunidad portuguesa para conocer cómo ella había vivido ese proceso de adaptación y de inserción en la sociedad venezolana y así fue que surgió este libro. Pero este proyecto, después del año 2002, tomó dos vías: la académica, porque con las historias hice un trabajo doctoral, y la otra vía fue la comunitaria, para tratar de despertar la conciencia de los portugueses y su importancia dentro del proceso histórico venezolano. Lo que hice fue proponerle a un periódico de la comunidad lusitana en Venezuela que creara una sección que se llamara ‘Historias de vidas” y ese espacio, que ya tiene dos años, porque comenzó en el años 2005, ha tenido continuidad en el tiempo de esa publicación. De una preocupación personal, muy propia, y de un momento especifico surgió este texto que ha tenido dos vertientes: una de alcance nacional y otra de alcance comunitario como son las historias de vida.
-¿Qué hicieron los portugueses en los últimos 60 años?
-La inmigración comenzó a llegar hacia 1948 y la mayoría se dedicó al comercio al detal para garantizar su sobrevivencia, pero muy pronto la comunidad comenzó a diversificarse y ahora la mayoría esta enrumbada hacia la pequeña y mediana industria, sobre todo en el sector de las manufacturas. Es decir que en menos de 20 años dejaron los abastos y pasaron a otros niveles tan importantes.
-¿Cómo son esas historias de vida de la comunidad portuguesa?
-Mi libro compila 234 historias de vida y entrevistas que realice yo solo. Esa es la medula de la publicación y además hace parte de mi tesis doctoral, la cual reposa en la biblioteca de la UCV. Algunas de las historias y las entrevistas se realizaron en 30 minutos, en unos casos, pero en ocasiones se consumieron hasta cuatro horas. Lo importante de las historias de vida es que la gente abrió las puertas de su casa, sus mentes, sus corazones. Incluso me revelaron secretos íntimos. Finalmente, expresó que este libro debe ser leído por todos aquellos venezolanos que quieran marcharse al extranjero, porque deben conocer como explotar sus capacidades personales fuera de su país y en un medio extraño. ”Deben conocer realmente esta historia, el ejemplo que tenemos de las comunidades inmigrantes en Venezuela. Quien quiera saber como sacarle provecho al ambiente en que ha sido creado, las relaciones , lo que es llevarse a la cabeza el contexto sociológico venezolano y recrearlos en otro pais y no sentirse desvenezolanizado tiene que leer este libro, para entender como funciona la relación social fuera del país de origen”.

Beethoven en Washington 2007

El venezolano Moisés Kaufman cumplió lo prometido. Escribió y dirigió una pieza teatral y el espectáculo que dejarán huellas en la historia de la escena estadounidense, a la cual se vinculó hace 20 años. Estrenó 33 Variations, el pasado el 23 de agosto, en el Arena Stage de Washington D.C., con la protagonización de Don Amendola, Greg Keller, Susan Kellermann, Graeme Malconm, Laura Odeh, Mari Mary Beth Peil, Eric Steele y la maravillosa pianista Diane Walsh. Excelente producción lograda entre esa institución capitalina y el Tectonic Theater Project.
Kaufman tomó una faceta de la valiosa saga de Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770 /Viena, 26 de marzo de 1827) y en torno a esa etapa, una de las más tristes y al mismo tiempo la más brillante, armó su pieza para demostrar como el capitalismo no respeta al talento, de cualquier índole, sino que busca la simple y despiadada exploración de los artistas y de todos los seres humanos en general. Eso, que no es comunismo, lo materializa por intermedio de la musicóloga Clara Brandt (Clara Odeh) y su fantástica búsqueda de lo que no se conoce entorno a las Diabelli Variations, las 33 composiciones que Beethoven hizo, por encargo, para el mediocre músico y próspero comerciante vienés Anton Diabelli, entre 1819 y 1824. Hay, por supuesto, otras lecturas posibles, pero nosotros nos fuimos por la politica, por aquello de los tiempos que vivimos todos.
33 Variations viene a ser una pieza realista donde Kaufman (Caracas, 21 de noviembre de 1963) rompe lanzas por todos los artistas en medio de una sociedad comercializada y corrupta, pero donde aún quedan personas capaces de sacrificar sus propias vidas con tal de investigar y revelar así aspectos valiosos para la humanidad. Con este texto, producto de tres años de trabajo y búsqueda, este venezolano, además de atreverse con tal temática y su argumentación, da un paso gigante en su consolidación dentro del teatro no comercial de Estados Unidos, ese, como las piezas de Arthur Miller (La muerte de un viajante y Panorama desde el puente) y Edward Albee (Historia del zoológico), que es denuncia de principio a fin y al mismo tiempo alimenta al espíritu de aquel espectador que se deja atrapar y no rechaza que le presenten una saga basada en hechos reales y que tiene mucha prédica útil para los tiempos actuales y los futuros, porque mientras existan seres excluidos y explotados ese teatro tendrá audiencia, ya que buena parte de ella conoce de tales situaciones y hasta peores.
No es 33 Variations una pieza histórica. Nada de eso, Kaufman toma hechos reales y los ficciona y así logra plasmar, en 120 minutos o dos actos, los tristes y brillantes procesos de Beethoven y las asombrosas pero amargas estaciones que vive la investigadora Brandt, quien a pesar de contraer el mal del pelotero Lou Gering lleva a cabo su trabajo “arqueológico” sobre lo vivido por el músico y en especial su gran creación a partir de la propuesta mediocre de Diabelli. No es 33 Variations un espectáculo para especialistas. Basta con una mínima información y dejarse atrapar por el fantástico “juego cinematográfico” que Kaufman obtiene con sus diestros actores y el dispositivo escenográfico creado por Derek Mclane, además de la precisa interpretación de la pianista Walsh. Así lo vimos durante esa función "previa", de la cual deben haber salido algunas correcciones o mejoras, ya que nunca un espectáculo está acabado cuando se estrena.
Ahora Moises tiene su enfrentamiento con la crítica y el público de Washington, muy conocedores de la historia de la música, pero especialmente del teatro inteligente, ese que dice muchas cosas con maneras indirectas, porque busca especialmente la cultura de la audiencia y no le hace ninguna concesión. Sin duda alguna es el venezolano que más destaca en el teatro de Estados Unidos y pronto tendrá una estatura mundial. ¿Llevará este montaje a Broadway?¿Podrá algun día dirigir en Venezuela? ¿Quien le pone el cascabel al gato?

Cuatro premios para "La quinta de Dayana"

El grupo teatral Bagazos va hacia sus primeras tres décadas de labores útiles al desarrollo de las artes escénicas criollas. Y al frente de esa tesonera institución está el profesor Gerardo Blanco, quien lo fundó, en el colegio El Ángel, durante el año 1979, con Carlos Sánchez Romero. Ellos se inventaron una forma de romper con la monotonía del salón de clase, hacer teatro y plantearse argumentos que le interesaran y preocuparan a la comunidad. En sus primeros espectáculos actuaban alumnos, padres, profesores, y personal obrero y administrativo.
“Siempre me preocupó darle el mejor nivel posible a los espectáculos que presentáramos en el colegio y por esa razón me comencé a relacionar con la gente del Celcit, Molina, Godoy y Gené, y me inscribí en los talleres de actuación y montaje que dictaban. Comenzaban los festivales internacionales de teatro y eso me permitió conocer a una cantidad de maestros y hacer buenos amigos, como fue el caso de Chela Atencio, quien nos apoyó y sobre todo creyó en nosotros. Tengo mucho que agradecer a todos ellos, especialmente porque me inculcaron la ética y la pasión teatral”, apuntó Blanco
El teatro ha sido escuela de vida para Blanco y la gente del Bagazos. Todo lo miran a través de su lente, respiran gracias a el, es su forma de hablar y comunicarme, no es un ejercicio profesional si no una manera de vivir, todo lo que hacen está relacionado o resuelto a través del teatro. ”He escrito 16 obras de teatro y he realizado 40 montajes en 28 años de actividad”, recuerda.
TRANSEXUAL
Su más reciente espectáculo exitoso fue la comedia dramática La quinta de Dayana, de Elio Palencia, donde, como lo revela Blanco, hubo magia y amor a primera vista. “De una sola lectura, no habitual en mí, aparecieron las imágenes, los espacios, la emoción, la locura, el dolor, la risa… llamé a Elio de inmediato pero ya el texto tenía otro director. Me lamenté, y le dije: Elio anótame en una lista, si hay cambios avísame. Y, como me dijo mi amiga Mónica Montañes ,“si es para tí y te conviene será tuya”, el milagro se dio. Elio me concedió el privilegio de darle lectura escénica a su texto. Siempre me encantó lo difícil que se presentaba la obra por los contrastes, lo inverosímil de las situaciones, la comedia engañosa que nos desliza a situaciones de reflexión y nos permite encontrarnos en los recodos de la obra. Del caos del primer acto surgen los personajes para confrontarse, para expresar las cosas que suelen decirse los seres humanos una sola vez, pero para siempre. Ahora me entero que la obra, así como las actrices Elaiza Gil, protagonista, y Francis Romero, una de las coprotagonistas, han ganado los premios de dramaturgia, primera actriz y actriz secundaria, respectivamente del Concejo del Municipio Libertador Bolivariano. Eso también es un premio para mi, porque yo monté la pieza y comandé a esas señoras en sus difíciles roles. No son tres, sino cuatro los premios”.
El “duro” problema del transgénero, el drama del hombre que quiere cambiar definitivamente y lucha para ello, fue abordado por los actores de Bagazos bajo las premisas que él les inculcó: déjense llevar y nada es absurdo, no busquen una explicación, el público entenderá porque se verá reflejado, no acentúen el verso, déjenlo que fluya, no reciten. “Los personajes son como nosotros. Ese primer acto es la clave. En la puesta, la estética del espacio, lo absurdo de su contenido, sorprende, interesa, confunde, por eso el desconcierto te distrae, te aturde, no se encuentra explicación, te prepara para la confrontación de emociones”.
Gerardo, que tiene esposa, tres hijos y una nieta, confiesa que no quiso usar un hombre en el rol del transexual Dayana porque ese personaje tenía que ser una mujer, “porque Dayana en ese momento es más mujer que hombre, esa era la estética que reclamaba el personaje, pero por sobre todo era una forma de homenajear a esas personas que luchan por encontrar el cuerpo que les pertenece, son en realidad mujeres dentro de un cuerpo equivocado. Somos nosotros los que hacemos el juicio de valor, los que no logramos entender que los descalificamos y los hacemos huir en busca de un espacio donde sobrevivir ,donde ser respetados”.
Insiste Blanco en que La quinta de Dayana les permitió fijar posición y “rendir homenaje a los excluidos, pedir tolerancia, nos obliga a pensar en ser mejores . Nos muestra, como sociedad, nos pone en evidencia. Tenemos que cambiar, ese es el grito. Tenemos ya planificada la reposición de esta comedia dramática a partir del 17 de enero de 2008 en la Sala 1 de la Casa Rómulo Gallegos”.
BAGAZOS
El grupo Bagazos “continúa a pesar de las inclemencias del tiempo hacia sus 30 años”, abriendo ventanas, creando espacios de realidad. Porque si algo ha querido encarnar esta organización es ser un facilitador para la realización de los sueños de los nuevos creadores.
Blanco comenta que terminaron el taller de dramaturgia que dicta todos los años Mónica Montañes, “con una participación de más de 30 personas y en enero se entregará el premio Chela Atencio a la obra seleccionada, cuyo premio es el montaje de ese texto. También a partir de enero voy a dictar un taller de actuación y montaje en las salas de la Casa Rómulo Gallegos. Este es un compromiso que tengo desde hace un par de años con un grupo de personas interesadas, y está pendiente para noviembre la reposición de la obra Cupo limitado del escritor mexicano Tomás Urtusastegui. Seguimos vivitos y coleando, no hay otra manera, sin teatro no tenemos vida, no hay otra opción”.
Y a manera de colofón, Gerardo afirma que “los teatreros tienen que atreverse más, unirse, aprender a reconocer al otro, valorar y respetar más a nuestros maestros vivos y muertos, a creer en nosotros, pero principalmente respetarnos. El Estado tiene que dejar de ser excluyente. No hay malos y buenos. Se deben respetar las trayectorias. Reconocer los esfuerzos y brindar oportunidades a los excluidos”.

lunes, agosto 27, 2007

Zhandra bailarina bolivariana

Está feliz y tiene suficientes motivos, porque a su edad (confiesa 60) una bailarina no es precisamente muy útil en un escenario, pero Zhandra Rodríguez sí lo es y en grado superlativo, ya que lideriza y ejecuta el Programa Integral de Danza. Y ahora es que tiene años para desarrollarlo, extenderlo y acrecentarlo como nunca antes lo soñó.
Ese Programa Integral de Danza no se creó ayer ni fue un proyectito para salir del paso. Lo engendró y parió para salvar el futuro de las artes escénicas venezolanas y en especial el de la danza. Y todo tuvo su origen en la lenta, pero notable, desaparición del público en los espacios teatrales criollos. Ella lo detectó, buscó las causas por las cuales la audiencia iba disminuyendo, las ligó con las nefastas teorías castradoras del neocapitalismo en América Latina y al final comenzó a crear su plan. Le bastó mirar a la infancia para darse cuenta que cada vez había menos varones y niñas en las escuelas donde enseñan a bailar. Si eso seguía así en pocos años no habría generación de relevo dancístico, los artistas sobrevivientes se retirarían por viejos o por no tener un publico sensible ante el cual hacer sus piruetas. Y ahí fue cuando puso cabeza, pies y manos a la obra: con un mismo proyecto velaría por el futuro artístico y profesional de la amada danza y al mismo tiempo formaría espectadores a futuro, no sólo para el baile sino también para el teatro, ese que su amigo Carlos Giménez apuntaló desde aquel Ateneo de los tiempos de Maria Teresa Castillo, la inolvidable “señora Otero”.
Así, desde su exótico apartamento en Parque Central, mientras descartaba ofertas para ocupar cargos importantes en el gobierno bolivariano, inventó su Programa Integral de Danza. Cuando lo estructuró y contabilizó la gente que le ayudaría a ejecutarlo, pidió una audiencia al presidente Hugo Rafael Chávez Frías, a quien conoce desde los difíciles años 90, y al final logró que el Ministerio de Educación, con Aristóbulo Istúriz a la cabeza, le permitiera aplicarlo en las Escuelas Bolivarianas, desde aquel inolvidable y aciago año 2002.
Su Programa Integral de Danza, como ella misma lo puntualiza, se rige por los principios del modelo de escuela transformadora, donde la educación se concibe como una eficaz integración entre niños, niñas, docentes, padres o representantes, y además se caracteriza por frenar el conocimiento fragmentado, para contextualizar el aprendizaje de las artes, de manera que estas se adapten a la realidad pluricultural y multiétnica del país.
Recordó que en la educación bolivariana se concibe la cultura en todas su manifestaciones, por lo que en sus escuelas el currículo de educación integral en la danza es una expresión realmente significativa.
Ella no le gusta dar cifras o datos estadísticos, al estilo de Pdvsa, pero no puede silenciar que lleva 1.246.000 alumnos sensibilizados y ya dentro del programa hay unos 750 mil. Y durante cada nuevo año escolar se incorporan más alumnos. Todo se ejecuta, por ahora, en unas 3 mil escuelas presentes en unos 208 municipios de 19 núcleos estadales pilotos. Tanto educadores como educandos, además de los padres y los representantes de esa muchachada, están muy entusiasmados. Esa gente ha sido ganada para la danza, aunque sea como espectadores, asegura.
Ella, que además es apasionada por la física cuántica, reconoce que su Programa Integral de Danza no está destinado a crear profesionales ni artistas bailarines, así como tampoco la intención de las escuelas bolivarianas es sacar un matemático o un físico. Su programa sí se dedica a realizar presentaciones de baile para motivar y sensibilizar a los niños y las niñas, y luego formar a los docentes en estilos como el ballet, la danza contemporánea, el flamenco y la danza folklórica, además de las diversas danzas indígenas, para que luego estos lo enseñen a los alumnos en módulos anuales. ¿Serán artistas o espectadores? ¿Serán ciudadanos, sensibilizados?
Estrella
Nadie antes triunfó como ella en el mundo endógeno y exógeno de la danza. Por eso es la primera bailarina de Venezuela. No se retiró para vivir de las glorias pretéritas. No ha parado ni colgado las zapatillas como tal. Pero la nostalgia le envuelve de vez en cuando y por eso cuenta que a los cinco años inició sus estudios de ballet con la Nena Coronil y dos años después continuaba en la escuela de Margot Contreras. A los 15 se integró al Ballet Nacional de Venezuela. Conoció al Ballet American Theatre y se contagio ante su estilo e importancia. Audicionó y se convirtió en su bailarina principal. Después conquistó Europa porque la compañía de Hamburgo la atrapó. Regresó a Caracas en 1974 y junto a Vicente Nebrada, María Cristina Anzola y Elías Pérez Borja crearon el Ballet Internacional de Caracas, el cual se desintegra en 1981, después de una fantástica performance mundial. Funda su Ballet Nuevo Mundo de Caracas. Ahora lucha por el futuro del arte que jamás abandonará. Insiste en que no hay retira sino retos


miércoles, agosto 22, 2007

Teatreros venezolanos suben la cuesta hispana

Buenos noticias llegan desde la catalana Barcelona y las proporciona el teatrero venezolano Héctor Moreno Guzmán, quien, como otros compatriotas, lleva varios años en los escenarios españoles tratando de hacerse un nombre, ganarse unos cuantos euros y, por supuesto, vivir como Dios manda con sus casi 40 años.
Cuenta Moreno Guzmán, que “en noviembre de 2006 ya iniciamos funciones del espectáculo de Muérete que sí, textos escogidos de Hoy amanecí como con ganas de morirme, de la criolla Indira Páez. Todo esto comenzó en el café Manduca. Una suerte de café teatro que regenta el venezolano William Rodríguez, otrora trabajador de Fundarte. Una vez culminada la pequeña temporada, empezamos en el Teatro Llantiol, los jueves a las 23:00. Estuvimos hasta el 3 de mayo. Luego el martes 22 de mayo participamos en el Festival de Teatro del Raval "El Raval es teatre", siendo muy aplaudidos y el único grupo en castellano, pues es un festival en catalán. El elenco era Diana Bello, Iria Mon y yo, este Héctor Moreno Guzmán. Luego a partir del sábado 26 de mayo iniciamos temporada de Crónicas desquiciadas en el Teatro Llantiol a las 23:00 horas, pero, como el éxito de público era grande, la gerencia del teatro decidió cambiarnos a lo que ellos llaman el "Prime Time", los jueves a las 21:00. Pues debo reconocer que nos favoreció el cambio y nos va mejor. El teatro decidió cerrar la temporada de verano con Crónicas desquiciadas y fue lleno total y nos han invitado a continuar, a partir del jueves 20 de septiembre, a las 21:00, hasta finales de 2007. En medio tuvimos la invitación para asistir al Festival de Jaén y nos presentamos allí los días 13 y 14 de julio, con un elenco integrado por Martín Brassesco, Natalie Cortez, Aitor Gaviria e Isabel Herrera”.
Moreno Guzmán y su pandilla de teatreros tienen en la mira a la sala Muntaner, “que es muy importante, y donde probablemente nos acojan con Crónicas desquiciadas. Y para el 2008 queremos montar Hoy amanecí como con ganas de morirme, la versión completa. Igualmente la Embajada de Venezuela, quiere apoyar el montaje de un dramaturgo venezolano y con actores venezolanos dirigidos por mí. Así que se esperan propuestas. España, pues, no nos es ajena”.
En resumen, no es sólo en Nueva York o en Washington donde los comediantes venezolanos tienen oportunidad de exhibirse y ser reconocidos. Y de eso puede dar fe el histrión Héctor Moreno Guzmán, otrora alumno de Rajatabla, en los tiempos de Carlos Giménez, desaparecido hace 14 años.

martes, agosto 21, 2007

El teatro salva a los caraqueños

A sus 42 años de vida, el actor y director de teatro, además de libretista para televisión, Basilio Álvarez ya tiene una sólida reputación como creador de espectáculos para públicos infantiles y juveniles, además de incursionar en montajes para adultos, tal como lo demuestra con Sueño de una noche de verano de William Shakespeare y La conquista del Polor Sur de Manfred Karge, respectivamente. Ambos hacen temporada en el Teatro Trasnocho Cultural.
Revela que monta teatro para todos los públicos porque lleva décadas haciéndolo con su grupo Skena, ya que se trata de un proyecto eminentemente educativo, “donde la obra elegida irá en función de los jóvenes que decidieron estar en el taller y no al revés. Eso comenzó a revelarme que muchas veces un muchacho con menos talentos visibles podía convertirse en actor y miembro fundamental del grupo, y un joven espectador en una persona especial y diferente al común. Hago teatro para niños y para jóvenes porque quiero que tengan una alternativa para sus edades, una experiencia artística que les toque la vida, un chance para sentirse poderosamente creativos. Una vez un joven salió de un espectáculo, y me dijo: ‘Soy ingeniero y cuando veo estos trabajos teatrales siento que tengo que llegar a mi oficina y ser mejor, exigirme hacer las cosas bien’. Al oír esto, además de llenarme de alegría, me di cuenta de la responsabilidad que tenía y la asumí con los jóvenes, no sólo en el teatro. En todo”.
EL DESTINO LO TOCÓ
Admite que sus “maestros” al principio fueron los montajes de los grupos Actoral 80, Rajatabla, Theja, T.E.T y Altosf. ”Y uno iba experimentando con lo que sentía y lo que veía. Hasta que llegó un momento en que me sentí corto con lo que inventaba y necesité formarte.Y una vez que me gradúe de Físico Matemático en la Escuela de Educación de la UCAB, comencé a estudiar con Levy Rossell, Enrique Porte, José Simón Escalona y Juan Carlos Gené”. Pero Basilio cayó en “las fauces inconmensurables del teatro” el 13 de octubre de 1979 cuando buscando encontrarse con una muchacha, que le gustaba y de la que estaba enamorado, se atrevió a ir a una reunión de teatro estudiantil porque pensaba que ella acudiría, aunque a él nunca le había llamado la atención el teatro. Ese día, la chica no fue, pero se fundó Skena y la experiencia que vivió con esa reunión y unos primeros ejercicios actorales lo atraparon hasta el día de hoy.
Con Skena, Basilio pretende ofrecer un espacio donde los jóvenes puedan expresarse, conmoverse, sensibilizarse, crear.”Mi labor se reduce a veces a generar las condiciones para que ellos puedan inventar, soñar, desarrollarse más como personas sensibles, con personalidad, con una visión propia de la vida, del arte, del país. Y luego, cada quien continúa su camino, unos como público, otros como actores, otros como artistas creadores. Pero todos como personas con una mística, sensibilidad y preocupación por su entorno, su comunidad y su país”.
ELENCOS Y OBRAS
En las funciones de Skena hay un elenco estable de 30 actores aproximadamente, y ahora desarrolla tres talleres juveniles, cada uno con un promedio de 35 jóvenes, y además otro conformado por los padres de los muchachos inscritos. “Cuando elegimos la obra esta va en función de sus integrantes, de lo que quieren hacer, de lo que quieren decir y además por su puesto de dar vida a una idea que al público también lo sensibilice y lo toque. Desde hace años, nuestros talleres comenzaron a llenarse de jóvenes que no sólo tenían habilidades para actuar si no también para dibujar, para componer, interpretar musicalmente, etcétera. Así que desde hace unos diez años, todos los montajes no sólo profesionales si no también de talleres tienen música en vivo. Apartando esto, que fue como nació esa característica del grupo, creo que la música de una u otra forma está íntimamente ligada al hecho teatral. Un actor cuando interpreta, lleva una música por dentro. Un montaje de un director aunque no tenga canciones, lleva música interna en su desarrollo”.
Su clave para montar las piezas del Skena es divertirse al máximo cada día de trabajo. “Aunque la pieza sea un drama o tenga un contenido fuerte que no necesariamente es una comedia, la pauta siempre es divertirse todo lo que se pueda. El arte en sí mismo para mí tiene esa pauta. Ya la vida en si misma es bastante defraudante en muchos aspectos como para seguir metiendo el dedo en la llaga. Y si metemos el dedo en la llaga pues que sea bien apartados de la realidad pero conectados con ella y para eso, en muchos casos, tenemos que reírnos de la verdad para poder comprenderla en profundidad”.Y sobre el público. sin el cual no habría teatro posible, Basilio Álvarez informa: “La audiencia está respondiendo al teatro, está asistiendo Y no sólo para divertirse si no también para pensar, reunirse y compartir ideas, para identificarse no sólo como personas si no también como seres humanos universales. El teatro salva, digo yo”.

La nostalgia femenina no llega sola

La originalidad cuando se consigue hace más divertida la vida. Hay que huirle a las conductas en serie y rechazar hace todo como los demás. Y en esa lucha contra la corriente se nos va la vida. En el teatro también es fundamental ser diferente. No debe parecerse a lo que se exhibió ayer o anteayer, o lo que está en tal o cual libro. Decimos esto porque hemos visto el espectáculo Las novias de Travolta, que prometía mucho pero que al final no enseñó nada nuevo, salvó que las actrices, cuatro señoras (la denominación no es peyorativa, sino todo lo contrario), son verdaderos volcanes y están luchando, dentro y fuera del escenario, para no apagarse, como es el caso de Mayra Africano, Violeta Alemán, Vilma Ramia y Verónica Cortez. Eso para nosotros resultó mucho más importante que la obra misma, la cual carece de originalidad y se le notan "las costuras", o sea que exhibe huellas de otros textos, lo cual no es nada difícil, ya que la globalización, la Internet y la intertextualidad “ayudan muchísimo”.
Las novias de Travolta, del uruguayo Andrés Tulipano, montada por José Domínguez en la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas, rescata un montón de inquietudes y vivencias del colectivo femenino que bailó con locura los ritmos exógenos y endógenos de las décadas de los 70 y 80, descubrió el amor y el desamor, parió con gusto o con frustración y ha llegado a los 40 y pico años y no quiere dejar nada atrás, además de cargar en sus bolsos un álbum de pesada nostalgia. La sinopsis se centra en cuatro amigas reunidas para celebrar el cumpleaños 40 de Gaby, divorciada y mamá de un adolescente. Cris es médica y ha dedicado su vida a la profesión. Estela se casó muy joven y ahora está descubriendo el mundo. Y Lucía se marchó a Suecia con sus padres en la década de los 70 y regresa para revelar su lesbianismo.
Antes de Las novias de Travolta aquí en Caracas se habían exhibido, con éxito de público y de crítica, las comedias Secreto a voces de la venezolana Toti Vollmer y Brujas del español Santiago Moncada. En ellas pasa, más o menos lo mismo que en la pieza del uruguayo. No estamos denunciando otra copia. No, nada de eso. Ya el mundo no es tan ancho ni tan ajeno, y cada vez más es difícil ser diferente u original. Hay tantas coincidencias que no hay nada que pensar. Es tan conocido y obvio ese argumento, aunque la pieza fue creada a través de un cuestionario enviado vía e-mail con preguntas hechas directamente a mujeres de diversas edades, cuyas respuestas sirvieron al autor para tejer una trama ágil, graciosa, refrescante, con puntos de altos horizontes conceptuales que evoca, obviando el melodrama, no sólo un tiempo del pasado común sino un virus sin antídoto que padece nuestra sociedad entera: la nostalgia.
Las novias de Travolta cumple, al menos, con dos fines esenciales del buen teatro de comedia: hacer reír y hacer pensar. Se puede disfrutar, siempre y cuando no se persigan novedades , de jueves a sábado a las ocho de la noche y los domingos a las seis de la tarde en la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas.
Pero salvo ese monumental detalle de "las costuras", que se seguirá repitiéndo en el teatro y la vida, hay que destacar el trabajo de las cuatro actrices y muy en especial la performance de Maya Africano, gran cómica que no ha tenido la oportunidad de exhibirse más en el teatro, así como el desenfadado rol de Violeta Alemán.¡Gratas sorpresas!
El espectáculo manosea la nostalgia de damas y caballeros, como apuntamos antes, y se disfruta por su singular competencia de talentos histriónicos, la pista musical muy conocida y bailada y anexada a etapas que casi remotas, además del buen gusto de la producción KJC -una empresa que liderizan Kelvis Martinez y Juan Carlos Pabón- y el aplomado trabajo de Domínguez, que de vez en cuando sorprende gratamente. ¡Gracias!

domingo, agosto 19, 2007

Oscar el bellista

María Polonia desde el lejano Boconó lo mantuvo vivo y estudiando en el caraqueño Instituto Pedagógico Nacional con la venta de dulces. Enviaba 300 bolívares mensuales para los gastos básicos de su hijo Oscar Sambrano Urdaneta, nacido el 6 de febrero de 1929, hasta que este, a instancias del profesor Pedro Grases, aceptó ser oficial de la Comisión Editora de las Obras Completas de Andrés Bello, presidida por Rafael Caldera, cargo por el cual iba a cobrar 280 bolívares quincenales, un dineral para un muchacho de 20 años. ”Con ser entonces muy significativa aquella remuneración, y tan oportuna para mi sostenimiento en las pensiones donde solíamos vivir los estudiantes venidos de provincia, lo que más entusiasmo me proporcionó fue trabajar bajo la dirección y el magisterio personal de don Pedro”
Así, aquel veinteañero ingresó a la quinta Villafranca del Panedés, en la avenida Mohedano de La Castellana, residencia de Grases y su familia, ”lugar remoto y apacible hace más de medio siglo, metamorfesado en arteria palpitante de la urgencia capitalina”, donde tuvo su sede por años la Comisión Editora, como lo reconoció él, ahora presidente de la Academia Venezuela de la Lengua.
Ahí se sumergió en la historia y la obra del Primer Humanista de América, de las cuales nunca más salió y ahora se ha convertido en uno de los venezolanos bellistas más reputados y con una copiosa producción sobre el más importante de los héroes civiles de Venezuela: Andrés Bello (Caracas, 29 de noviembre de 1781-Santiago de Chile, 15 de octubre de 1865).
ÉL no sabía de Bello nada, hasta que comenzó a trabajar en la casa de su profesor. Y confiesa que le resultaba fastidiosisima su gramática y hasta ilegible su Silva a la agricultura de la zona tórrida. “De pronto empiezo a deslumbrarme al conocer todo lo que ese hombre escribió y ese amor que había tenido hacia su patria, a pesar de los pocos años que vivió en su país, por razones ajenas a su voluntad. Desde entonces todo cambió. Tuve el privilegio de que mi maestro me asignara la tarea de descifrar los borradores de las Silvas Americanas y de lo que llegó ser el poema inacabado Poema América. Fue de verdad una tarea ímproba si se tiene encuenta que el propio Bello, en carta de 1864, escribía:’mi letra es enteramente inteligible aun para mismo después de algunos días de escrita’. Me interné durante muchos meses en aquella selva encantada, en una maraña espléndida de versos tachados y no tachados, los cuales yo debía hacer el esfuerzo por descifrar siguiendo el orden en que Bello los había escrito. No sé como pude lograrlo, pero lo cierto es que ahora constituyen uno de los tomos más novedosos de la edición caraqueña de las obras de Bello, titulado Borradores de Poesía, con un prologo excelente del crítico Pedro Pablo Barnola (SJ.)”.
Entre aquellos materiales poéticos, cuyos paisajes iba descubriendo a medida que se internaba en ellos, le deslumbraron los fragmentos relativos a Venezuela, porque era el testimonio irrecusable de que se había llevado a Venezuela impresa en el alma, y que “allí la mantuvo viva y fresca, punzante a veces como una espina, gozosa tambien cuando el recuerdo amable y la nostalgia poética sustituían una realidad sombría, durante su larga y definitiva ausencia de la tierra donde había nacido y vivido hasta los 28 años”.
Recuerda que fue Pedro Grases quien propuso, durante los años 40, a las autoridades del Instituto Pedagógico Nacional la creación de un Patronato Pro-Estudios de Andrés Bello, entidad que tendría por objeto organizar, analizar, estimular y difundir la actividad bellista en Venezuela, por intermedio de cursos, conferencias, ediciones, concursos, etcétera, con el fin de proyectar y actualizar las enseñanzas y el ejemplo del notable humanista caraqueño.
De ahí nació el proyecto para editar toda su obra completa, gracias a Grases, cuya contribución fue tan amplia y fehaciente que Uslar Pietri sentenció que no se puede abordar ningún tema de la cultura venezolana del siglo XIX sin encontrarse con la huella de don Pedro.
Valores
El paso de los años no ha desgastado el alma ni los sentimientos del luchador hijo de María Polonia, salvo que el actual veterano escritor y crítico –ahora vive en la quinta “Tierra Firme”, acompañado por su esposa Yolanda y las voces de sus dos hijas y nietos- se operó recientemente los ojos por unas cataratas que no le permitían disfrutar plenamente de los libros, a los cuales dedicó toda su vida, aunque ahora se mueve en los mágicos meandros de la televisión. Conduce el programa Valores, desde el 10 de julio de 2006, que transmite ValeTV en estreno dominical a las siete de la noche y lo retransmite de lunes a viernes, donde el tema no puede ser otro que la cultura venezolana en todas sus dimensiones. ”Le puse Valores en memoria de Arturo Uslar Pietri, quien dio cátedra de televisión cultural con su espacio Valores Humanos. Es posible que hagamos una edición con los 50 primeros programas, como me lo han sugerido unos amigos”.

sábado, agosto 18, 2007

Un taller teatral para la gente de a pie

A sus 43 años de haber nacido en la española Barcelona, este Javier Vidal no se rinde y cual quijote insiste en su batallar contra los fantasmas que impiden el desarrollo cultural de su Venezuela, país donde se hizo hombre, padre de familia (tiene dos hijos), periodista actor y hasta profesor universitario. Ahora está al frente de unos inéditos talleres de apreciación dramática en el Teatro Trasnocho del Centro Cultural Trasnocho, conocido también como el Ateneo de Caracas del siglo XXI y con mucha razón porque el tiempo ni la historia se detienen,
Con este primer taller de apreciación dramática, Vidal pretende que sus asistentes tengan una idea clara sobre los dramaturgos, sus obras, movimientos, “ismos” y escuelas que conformaron el espíritu del mejor teatro del siglo XX a través de la lectura de 26 piezas en sus contextos y complementarios autores de literatura dramática con su respectiva discusión y análisis interpretativos, ofreciéndole al tallerista las suficientes herramientas para distinguir y apreciar el teatro de la contemporaneidad.
Vidal, que dirigirá totalmente ese singular taller, analizará con sus alumnos desde Casa de muñecas de Ibsen, hasta Muerte accidental de un anarquista de Fo, no menos de 30 piezas que hicieron historia. Es por todo eso que lo hemos entrevistado, para que exista un testimonio de este actor y además quijote cultural:
-¿Qué hace un actor como usted metido en las honduras de un taller sobre apreciacióndramática?
-No tienes que ver a un actor como una máquina repetidora de textos memorizados. Lo menos que debe ser un actor, una actriz, es ser un intelectual; en cuanto un actor maneje, monitoree un taller sobre apreciación dramático es, creo, de lo más normal. De todas formas tengo que recordar que yo di clases en la UCAB de teatro y que ahora doy clases de historia del teatro en el IUDET.
-¿No está destinado únicamente a los actores ni profesores?
-No es la intención inicial. Quisiera que fuera más para el público en general, más para la gente de a pie que para profesionales del teatro. También podría serles útil a los profesores de otras materias como los de literatura o bioquímica.
-¿Cuales son sus objetivos?
-Abrirle los ojos, los oídos, los sentidos al espectador de teatro. Que vean lo que a simple vista no se ve en el teatro que ven ahora en la metrópolis. Que sepan de dónde viene el teatro contemporáneo, para dónde va… Al final del taller el asistente tendrá herramientas cultas para ver y distinguir el teatro que presencia en cuerpo, actualmente. Distinguir entre los géneros, estilos, escuelas… valorar las poéticas del drama y los dramaturgos como los indicadores del teatro que se montó en el S. XX y que se monta ahora. Conmoverlo con las lecturas de diez obras claves para entender el S. XX.
--¿Porque Trasnocho cultural organiza un evento tan didáctico?
-Esta pregunta la debería contestar Moisés Guevara, promotor y animador de estos talleres y quien me motivó e invitó a crearlo. Yo sólo agregaría que el Trasnocho Cultural y en especial el Teatro Trasnocho como columna principal de dicho centro ha llenado muchos de los vacíos que el Estado deja y ha dejado a la buena de Dios o de la dialéctica… para que lo entiendan ellos.
-¿Cuántos talleres de este tipo ha dictado usted?
-Este es el primero. He dictado talleres de dramaturgia y dirección, pero esto para mí también es nuevo y por ende fascinante.
-¿Qué pasará con los que hagan este taller después de que hayan asistido a las diez sesiones?
-Sabrán mucho más de teatro que algunos de los actores que se montan en las tablas hoy día. Se trata del conocimiento. Sabrán más y serán más infelices. Acuérdate que la “ignorancia es madre de la felicidad” y el saber angustia pero te hace libre. No tiene mayor pretensión que la de provocar a ser un mejor espectador. El espectador también debe tener su ética y construir una moral teatral. El espectador actual se está volviendo un poco laxo. Esa laxitud es perjudicial para el hombre de teatro. Aunque, ¡ojo!, no hay que perder de vista que el teatro es también entretenimiento, evasión, mentira. Pero como el buen gourmet que asiste a un restaurante debe discriminar una hamburguesa de unas huevas de esturión. No debe tragarse el plato sin degustarlo, paladearlo. El teatro también es una degustación del espíritu y como tal incita a la reflexión, al diálogo más allá de la caída del último telón.
-¿Usted cree que es clave para los que navegan en el mundo comunicacional estar al tanto de las teorías básicas de la apreciación dramática?
-Sí. De lo contrario viven en el limbo y son meros “operarios”. No construyen ideas. El teatro, verbigracia, fue el canal de transmisión de las teorías existencialistas para Sastre y Camus; y del marxismo para Brecht y Weiss, o para el antifascismo para Miller.
-¿Cuál es la verdad del estado actual de la docencia teatral en Venezuela?
-Mi apreciación al respecto es muy dramática. Mi percepción es que se cierra en el claustro. Este taller, por ejemplo, tendría que ser impartido en la Escuela de Arte de la UCV para la comunidad extramuros y sin embargo…
-¿Persisten las escuelitas que forman actores o actrices en seis meses?
-¿Escuelas Express? Sí, pero todos deben saber que nadie sale actor de esas escuelitas. Eso debería ser explícito antes de que alguien se aliste a una de ellas. Deben ser como una suma de talleres donde se imparten algunas herramientas para introducirlos rápidamente en el espectro mediático. Como la comida rápida.
-¿Por que las universidades venezolanas no se han tomado en serio el teatro, tal como sí se hace en otros países?
-Nuestras universidades han sido manejadas por políticos más que por intelectuales y las facultades, salvo las excepciones que confirmarían esta regla, han seguido la línea de politizar con miras inmediatas, proselitistas y electoreras a nuestros muchachos que recién florecen a la vida. No les interesa la cultura. Las direcciones de extensión igualmente siempre confunden la formación artística y cultural con los templetes folclóricos y ahora con la demagogia étnica y el rescate de los fundadores y pioneros de la cultura precolombina y la hipócrita semántica posmoderna de pretender cambiar las cosas y los objetos al canjear las palabras. Las palabras no cambian los conceptos. ¡Qué vaina es esa de llamar ahora a los negros “afrodescendiente! ¿Cómo van a cantar ahora “Negra consentida, negra de mi vida…”? ¿Cómo van a llamar ahora a la Negra Matea o a la Negra Hipólita? ¿Afrodescendiente Hipólita? ¡Una imbecilidad! La Universidad ha perdido un tiempo irrecuperable. Defender la autonomía es defender la cultura no la fragmentación partidista y ramplonería ideológica basada en slogans y gritos destemplados vacíos de todo contenido cultural.

martes, agosto 14, 2007

Kaufman revela un misterio de Beethoven

Sólo Jehová o las autoridades podrán impedir el estreno del espectáculo 33 Variaciones del judío venezolano Moisés Kaufman (44 años), en la sala Kreeger del monumental Arena Stage en Washington D.C., el próximo viernes 24 de agosto. Ahí permanecerá en temporada hasta el 30 de septiembre, con la participación de los actores Mary Beth Peil, Don Amendolia, Greg Séller, Susan Kellermann, Graene Malcolm, Laura Odeh y Eric Steele, y la pianista Diane Walsh.
Este 33 Variaciones (o 33 Variations, en inglés) es uno de los montajes más ambiciosos de Kaufman y se trata de una de una producción lograda entre su agrupación Tectonic Theater Project y la poderosa organización Arena Stage. Ahí examina una etapa muy difícil en la vida de Ludwig van Beethoven (1770-1827), cuando este, casi sordo y totalmente desinteresado al principio, se obsesionó por razones no muy claras y aceptó componer una variación sobre un mediocre vals del editor y compositor Anton Diabelli en 1819, pero al final entregó 33 variaciones, hacia 1824, las cuales se convirtieron en la más importante de sus partituras para piano y hoy se conocen como Variaciones Diabelli.
DRAMA DE CREADORES
Hay que recordar que Kaufman, después de graduarse como Administrador de Empresas en la Universidad Metropolitana de Caracas, en 1987, se fue a estudiar teatro en la Universidad de Nueva York y al promediar el año 1997 era considerado como “uno de los 10 personajes que había logrado transformar el ámbito cultural de Estados Unidos” por los críticos del periódico The New York Times.
Durante esas dos primeras décadas en el Norte ha creado, entre otros, tres espectáculos que lo colocaron en la orbita de la nueva estética estadounidense. Saltó a la fama fundamentalmente por sus montajes sobre el poeta irlandés Oscar Wilde, el adolescente estadounidense Matheus Shepard y el travestido alemán Charlotte von Mahlsdorf, brutalmente perseguidos por las sociedades homofóbicas donde vivieron. Gracias a Gross Indencency: The Tree Trials of Oscar Wilde (1995), The Laramie Project (2001) y I Am May Own Wife (2002) obtuvo premios, nominaciones, prestigio y unos cuantos dólares, con los cuales forjó un “pasaporte” que le abrió ahora las puertas de las instituciones privadas y públicas interesadas en financiar sus proyectos artísticos, como este centrado en una etapa de la inevitable decadencia física del legendario Ludwig van Beethoven.
Ahora Kaufman incursiona en el complejo mundo de la música del siglo XIX porque hace más de cuatro años escuchó en Nueva York una grabación de Variaciones Diabelli y tuvo la corazonada de investigar lo que pasó con Beethoven y los valores intrínsecos de esas partituras. Fue entonces cuando se asesoró con William Kinderman y Katherine Syer, musicólogos de la Universidad de Illinois y especialistas en toda la obra del “gran sordo”, como también se conoce a ese extraordinario músico.
LA OBRA
Kinderman y Syer reconocieron que Kaufman los agobiaba con sus preguntas e inteligentes observaciones sobre el compositor y su música, puntualizando las dificultades que tiene el teatro para mostrar las peculiares del proceso creativo de un músico y en especial uno de la talla de Beethoven, quien sí vivió en medio de difíciles circunstancias sociales y económicas hasta el final de sus días.
Con ellos, Kaufman sació su sed de conocimientos sobre las razones que pudo haber tenido el gran músico para estudiar y versionar tantas veces una melodía tan trivial como la que había compuesto Diabelli, tras un intenso trabajo que le consumió varios años de su vida. Todo eso lo llevó en un borrador al taller de dramaturgia del Festival Sundance, en Utah, convencido de que debía escribir un definitivo texto teatral no para reproducir una simple anécdota histórica sino para atrapar esa compleja etapa de la vida de Beethoven, no tan estudiada exhaustivamente, y proponerla como ejemplo para todos aquellos creadores que pretendan claudicar ante obstáculos externos e internos.
También Kaufman en su borrador inicial creó un personaje contemporáneo, la musicóloga Katherine Brandt que viaja, pese a las objeciones de su hija Clara, a conocer e investigar en los archivos de Beethoven en Bonn, Alemania, en pos de una serie de aspectos inéditos sobre ese artista, como fue su resistencia, su capacidad de trabajo y especialmente su caudal de creación.
La obra que ahora se dispone a mostrar se desarrolla alternamente entre la Viena del siglo XIX y una ciudad actual de Estados Unidos, en un espacio donde están presentes una serie de estanterías con manuscritos musicales y unos cuantos paneles sobre las respectivas composiciones de Beethoven que complementan el espectáculo visual, para lo cual las tareas asumidas por los técnicos en escenografia y en proyecciones Dereck Mclene y Jeffrey Sugg, respectivamente, son fundamentales; lo mismo que los trabajos adelantados para el vestuario, la iluminación, las pelucas, donde participaron Janice Pytel, David Lander, y Chuck LaPoint, entre otros.

Venezuela también tiene su teatro de transgénero

No estamos tan mal en cuanto a la inventiva de nuestros dramaturgos. Moisés Kaufman y Gustavo Ott así lo demuestran, aunque el primero vuela en otras latitudes y navega en otros contextos de producción, provenientes de un sistema que tiene décadas en la industria del espectáculo teatral.
A pesar de que en Venezuela, la producción teatral, clave para hacer o convertir en espectáculo el texto escrito, no es la cónsona con la exigencia de los textos, hay gente que insiste y logra llevar a las tablas sus respectivas creaciones. Y una prueba sumamente satisfactoria de ello es el evento artístico logrado a partir de la obra de Elio Palencia, donde su protagonista, gracias a la habilidad de cirujanos y psicólogos, está a punto de ser mujer física y legal, ya que nació en el cuerpo de un hombre y siempre soñó ser una fémina, aunque nunca pueda parir. Pero la felicidad de esa dama de quirófano no es completa y requiere del apoyo de su familia.
Eso y mucho más se pudo evaluar en el impactante montaje La quinta de Dayana, de Elio Palencia (Maracay, 1963), que hizo temporada en la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas, bajo la excelente dirección de Gerardo Blanco y con la asombrosa participación de Elaiza Gil (encarna al transexual Dayana) y además Marisol Matheus, Francis Romero, Adrián Delgado, Mabe Hernández, José Medina, Cipriano Castro, Natalia Hoyos, Geira González, Oliver Muro, Natalia Hoyos, Lucía Ruiz y Carlos Ramírez.
La quinta de Dayana, ejemplar producción del grupo Bagazos, aborda un tema muy serio como es la realidad del transgénero gracias al fino y bien hilvanado discurso teatral, preñado de sarcasmo y humor. Palencia propone evaluar la idiosincrasia criolla y asume el delicado riesgo, sin caer en extremismos sociológicos, de proponer una serie de reflexiones sobre la intolerancia y la aceptación, además de abordar la realidad del transgénero dentro de la sociedad. Es el primer texto venezolano sobre esta temática que sube a escena, a pesar de aquí hay varios casos reales que se conocen, y el cual ahora fue aplaudido por el público criollo, tal como pudimos comprobar en dos ocasiones. Así pudimos disfrutar de la riqueza de su texto y de la utilización de la poesía ripiosa como elemento crítico en la pieza teatral misma. Eso nos pareció verdaderamente genial y denota la capacidad creativa de Palencia.
Esta pieza, centrada en una disfuncional y numerosa familia criolla, que vive en el Litoral Central, muestra a Dayana visitando a su gente, después que decidió residenciarse en Canadá para hacer realidad su sueño vital: someterse a un largo y complejo proceso de transgénero y así ser física y legalmente una mujer. Pero su regreso es para algo que nunca antes hizo: pedir un favor a su familia que vive en una casa quinta, la cual ella con mucho esfuerzo compró, dando la inicial y pagándola mes a mes durante 15 años. El repudio por un lado y la aceptación por el otro, a partir de un cúmulo de miserias humanas, despiden al hombre-mujer. Todo concluye, o comienza, cuatro años después con Dayana casada con una lesbiana y criando una niña adoptada.
Elia Palencia escribió esta pieza porque conoció a una inmigrante vestida de joropera y banda de Miss Venezuela en la Parada Gay de Montreal, hace unos años. Y quiso así compartir una serie de preguntas desde el espacio teatral, donde se puede materializar incluso lo que no existe y puede ser, pero fundamentalmente para sacar a la luz “la diversidad que somos los venezolanos, ya que las minorías son parte de nuestra sociedad, la enriquecen y deben ser respetadas”.
La obra de Palencia conmueve porque como teatro venezolano es un “producto perfecto”, en medio de las precariedades típicas de las producciones, pero donde todo se supera y llega directo al ánima del público que pudo conocer así una versión de hechos reales y notorios.
Y el otro "héroe" es el director Gerardo Blanco al hacer toda una creación escénica para plasmar la casi inverosímil situación de la quinta convertida en rancho y las diversas actitudes de los complejos criollos ahí presentes. Tambien, casi a regañadientes, tenemos que aceptar la utilización de una actriz en el rol de Dayana, ya que el trabajo de Elaiza Gil resulto ser sensacional al lograr dar en escena a ese hombre en pos de transformarse defintivamente en lo soñado, antes de pesar al quirófano, un ser que a veces lucía como un@ dragqueen o como una mujercita a punto de ser realizada.¡Es un trabajo de premio!


domingo, agosto 12, 2007

Ott el devorador

Este venezolano de 44 años se ha colocado en la lista de los dramaturgos más conocidos y más importantes del mundo. En su pagina web (http://www.gustavoott.com.arg/) oferta 24 de sus obras en español y 36 en diversos idiomas. Piezas que además se montan. Aquí en Caracas, controla y mantiene funcionando todo el tiempo, desde hace 15 años, al Complejo Cultural Teatro San Martín, el cual se ha convertido en un emporio cultural para la zona del suroeste por su programación comunitaria y por mantener puertas abiertas a las agrupaciones alternativas nacionales e internacionales.
Gustavo Ott ante tanto éxito no se ha enchinchorrado. Todo lo contrario: dicta talleres de dramaturguia dentro y fuera de Venezuela, además de dirigir sus espectáculos y acudir a cuanto festival lo invitan con su grupo Textoteatro. Difunde sus conocimientos porque sabe que así aprenderá mucho más, escribirá mejor y, por si fuera poco, sus obras se difundirán más de lo que ya lo son.
Admite que lo ha aprendido todo de los actores y en especial, del ejercicio intelectual que significa dirigirlos.“Después de todo, el método para la creación del personaje termina siendo el mismo tanto para el actor como para el autor. Nuestros ensayos en el Teatro San Martín son cátedras multidireccionales, donde todos tienen algo que decir, todos son consultados, a todos se les requiere como artistas, más que como actores. Desprecio el poder y en especial el poder del director, que muchas veces esconde características patológicas detrás del escudo del creador”.
Tiene su método, tanto para dirigir como para escribir. Asegura que se ha decantado por un ligero Brecht, especie de cuarta pared con pocas ventanas, más bien rendijas, y que el público forma parte de la realidad de la escena y los personajes, más que los actores, lo reconocen. Lo ven, está ahí, saben que les oyen. “Después de todo, estamos tan poco tiempo en la vida que antes de irnos lo menos que podemos hacer es un comentario. ¿no? Y ese comentario pienso debe ser lo más apasionado, bello, decente, integrador y contundente posible. Ese es mi método, tanto para escribir como para escenificarlo”.
Sobre sus maestros y otros aprendizajes, él apunta que “el tigre es conocido como tigre pero también como cordero devorado. Así, él, como autor, es un devorador de corderos. A eso le llamamos influencias, escuela y maestros y es lo que nos compone, en un todo, como en la definición de tigre. Tuvimos y seguimos teniendo buenos maestros, es decir, grandes creadores. Tenemos también técnica y estilos, es decir, una escuela. Pocas vigorosas o trascendentes y muchas indefinidas, es verdad, pero por lo menos las tenemos. Ahora, en el caso de las influencias hemos padecido las más inconvenientes, las peores, lo más dañino, que colocan nuestra literatura dramática con unos 30 años de atraso. Y la tendencia se mantiene. Hoy tenemos a nuestro alcance, por un lado, lo más desvanecido y museístico del texto actual europeo y por el otro el agotadísimo, predecible y a veces insoportablemente burgués, realismo psicológico norteamericano y británico. Y dentro de estos dos barcos hundidos, bucea nuestro público. Por asumir una influencia errada, aunque sea exitosa, han desaparecido muchos autores y con ellos su obra".
"Para mí lo más importante en el teatro actual y su reflexión está en las propuestas de la narrativa y la poesía. En el caso de la dramaturgia sigo con más cuidado e interés la idea del caribe, desde el viejo Walcott al nuevo y sorprendente José Pliya. Y con ellos, mis paisanos Rodolfo Santana, Isaac Chocrón, Román Chalbaud y Moisés Kauffman. Hay también otro grupo estupendo de nuevos escritores, a los que leo con pasión, como Vicente Lira, Víctor Vegas, José Antonio Barrios, Loida Pérez , Juan Ramón Pérez, Roberto Azuaje y Domingo Palma. Con ellos tengo lo que Goethe llamó, con esa capacidad que tiene el idioma alemán para comprimir en una sola frase varias ideas, llamó Wahlverwandtschaft, algo así como una afinidad espiritual afectiva conjunta".
Buenas noticias
-¿Le dice algo que cuatro obras criollas se exhiban en Estados Unidos, aceptando que 33 variations, de Kaufman, se considere como obra de autor venezolano?
-El teatro norteamericano es quizás el más conservador que existe y al mismo tiempo, el más dinámico. Logra amalgamar dos conceptos contrarios al mismo tiempo. En la medida en que es fiel a su conservadorismo, el realismo, pues más vanguardia se vuelve. En ese sentido, hay buenas noticias y casi todas vienen de la influencia del cine, del buen cine que se hace por estos días en el norte, desde el independiente hasta algunos–pocos, pero contundentes- en Hollywood. El teatro venezolano tiene varios años haciendo temporada en EE.UU., en la mayoría de los casos con el teatro hispano. Hay que decir que los hispanos son ahora la primera minoría en ese país. , pero aún no han logrado descifrar su acertijo cultural. Su superioridad numérica con los afro americanos no tiene una traducción cualitativa. El salto lo han dado los hispanos en inglés, desde Nilo Cruz a José Rivera, y nuestro Moisés Kaufman, todos en inglés y compitiendo con lo mejor de la cultura anglo.

martes, agosto 07, 2007

El amor tiene sus peligros

No es fácil en estos tiempos escribir tragedias y mostrar de manera convincente como fuerzas superiores aplastan a los humanos y los hacen infelices. Ya no hay dioses inmisericordes que se burlan y destripan a hombres y mujeres, pero en cambio existen otros mortales que juegan a ser dioses y abusan de su poder que aunque pasajero puede desgraciar a los ciudadanos bajo su influencia. Tambien hay escritores que toman impactantes historias hasta obtener trágicas obras y dignas representaciones teatrales para los tiempos que se viven. Es el caso de Iraida Tapias, quien además exhibió en el Teatro Trasnocho su texto Los elegidos/No hay amores prohibidos, basado en los reales amoríos de Camila O´Gorman y el sacerdote Ladislao Gutiérrez, ejecutados el 18 de agosto de 1848, durante el régimen del tiránico general Juan Manuel Rosas(1793-1877), siniestro gobernante argentino.
Más allá de la novela de Marta Merkin sobre esos trágicos amantes y las películas que hicieron los directores Mario Gallo (1909) y Maria Luisa Bemberg (1984), la escritora-directora Tapias adelantó una investigación hasta concebir su texto, el cual en ocasiones tiene el peso y la solidez de un ensayo, sobre la impetuosa Camila que enloquece de amor por el cura Gutiérrez y ambos desatan una tormenta moral en la provinciana Buenos Aires, precisamente cuando mandaba un tiranuelo cuyo lema era que “el que no está conmigo, está contra mí", un presidente que suprimió la libertad de prensa y se adueñó de ella.
Tapias materializa a los protagonistas en sus celdas y a la espera del fusilamiento ordenado por Rosas. Con habilidosos juegos de tiempo y espacio muestra aspectos claves de la relación de esa pareja, hasta que todo concluye con la patética ejecución. Pero, lo más importante es el discurso de los personajes, especialmente la Perichona quien reitera, de principio, a fin, que “nunca se debe mentir, que hay que morir por la verdad, y que la vida sin amor y sin libertad no es vida, sino la muerte misma”. Proclama de exaltación al amor por encima de todos los obstáculos, en abierto desafío al poder y las normas que dicta. Abierta invitación para que la gente se enamore y ame sin cortapisas y sin miedo, lo cual tiene sus cultores en estos tiempos, especialmente porque el espectáculo no oculta su trasfondo político, como es obvio. Es la incitación milenaria que desató Jesús de Nazareth con aquello de “amos los unos a los otros” y cambió la historia de la humanidad.
El montaje es tan minimalista que en ocasiones cruza “la línea amarrilla” y evoca lecturas dramatizadas. Eso no esta mal, porque al menos permite escuchar y digerir el interesante texto de los actores ahí involucrados, como Rebeca Alemán, Rafael Romero, Caridad Canelón, Roberto Moll, William Goite y Ezequiel Stremiz.
Sí, Los elegidos/ no hay amores prohibidos viene a ser una deliciosa historia sobre el amor y las vicisitudes del poder, resuelto con una pulcra producción.

Francis Rueda en ocho personajes

La cartelera de espectáculos se ha enriquecido durante las últimas semanas para beneficio del siempre anhelante público, especialmente ahora que ocho mujeres, pertenecientes a la mejor historia del teatro venezolano y universal, se hacen hueso y carne para tomar vida en la escena, gracias al depurado talento histriónico de Francis Rueda (Caracas, 17 de abril de 1949), al esmero dramaturgista y la minimalista puesta en escena adelantadas por el veterano teatrero Gilberto Pinto. Se trata del destacado espectáculo Encuentro con Francis Rueda, el cual hace temporada en la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas.
Esta producción del grupo Teatro del Duende le permite a Francis Rueda lucir sus diversas capacidades interpretativas, cultivadas durante los últimos 42 años, por intermedio de algunos de los personajes que le han correspondido interpretar, y que, de especial manera, contribuyeron en su desarrollo profesional, por el cual ha merecido varios Premios Municipales de Teatro, además de otros reconocimientos. Pero este montaje es un pretexto para que ella además revele las razones por las que, casi desde jovencita (comenzó a los 16 años) decidió formar parte del maravilloso mundo del teatro y en especial del venezolano. Y para ello se apoya en la encarnación de personajes como Lucrecia de Lucrecia de Gilberto Pinto; Greta Garbo de Oficina Nro. 1 de Miguel Otero Silva; Laurencia de Fuenteovejuna de Lope de Vega; Ramona de El rompimiento de Rafael Guinand; Medea de Medea de Jean Anouilh-Eurípides; Clitemnestra, canción de Carlos Moreán, para los espectáculos de la Cátedra del Humor; Clov de Final de partida de Samuel Beckett; y “Brusca la rompe fuego” de Lo que dejó la tempestad de César Rengifo,
DOS LECTURAS
Encuentro con Francis Rueda
tiene dos niveles de lectura: uno político y aleccionador sobre el rol de la mujer, y otro centrado en las intimidades y las características de la profesión, “esa irrefrenable inclinación a jugar a ser el otro, al placer y a la angustia de la transfiguración, hasta llegar a la complementación del ser humano a través del arte de la actuación”, como apunta Francis Rueda.
Su espectáculo está integrado, por ocho segmentos del más puro teatro y otros ocho apasionados momentos de conversación, donde ella revela las intimidades de cada una de esas mujeres, para reiterar finalmente su inquebrantable decisión de no abandonar jamás su profesión, mientras le queden fuerzas para cumplir con sus agotadoras exigencias, que además son bastantes.
La mantuana Lucrecia que sueña con el triunfo de Bolívar y la consolidación de la independencia de la provincia de Venezuela; la desesperada prostituta Greta Garbo que no quiere consumirse en la asqueante explotación de un campamento petrolero; la vigorosa Laurencia que le exige a los varones más masculinidad para que defiendan a sus mujeres y sus hogares; la chismosa Ramona, una caraqueña que se aterra ante indetenible avance de la modernidad; la tragedia de la enamorada Medea que sacrifica a sus hijos para vengarse del abandonado a que la somete Jasón; la hetaira Clitemnestra que se burla de la sociedad que la usa y la desecha; la misteriosa Clov que presencia el final de la humanidad, y la loca guerrillera Brusca que habla del regreso de Zamora, son los entes femeninos que desde la escena lanzan sus diversos mensajes de amor, de rabia, de desesperación y porque no hasta de conmiseración hacia un mundo que todavía se niega a aceptar la presencia de las mujeres en todos los roles de la sociedad. Es un grito de advertencia para todos aquellos y aquellas (porque también las hay) que no se han dado cuenta de que los pueblos crecen y demandan más justicia e igualdad, entre otras cosas.
Cabe resaltar que cada una de las ocho mujeres teatrales recibe un especial y aleccionador tratamiento artístico, teniendo en cuenta la historia, el contexto y las características de cada una de ellas. Ahí es donde se aprecia no sólo el profesionalismo de la actriz, sino el especial cuidado del director Pinto (78 años), con quien está casado hace 28 años, además de haber sido su profesor. El ritmo y la brevedad, menor de una hora, son golosinas para los espectadores.
Tras ponderar cada una de sus caracterizaciones, lamentamos que Francis Rueda no haya tenido más roles de importancia, no sólo en el teatro sino tambien en el cine y la televisión. Ojalá que esta cátedra de teatro que ella ha llevado al escenario sirva para que los cazadores de talento se den cuenta de lo que ella encierra y de lo que puede ser capaz. Está en su mejor momento.
Encuentro con Francis Rueda le ha permitido a la actriz reflexionar y disertar sobre su profesión, porque apoyándose en algunos de sus más notables trabajos teatrales (su lista pasa de 100, entre los exhibidos y los que ensayó y no pudo mostrar), aspira ahora que el público se adentre en el misterio de la creación actoral, “que para muchos se trata de un terreno desconocido”, como ella misma lo ha dicho.

lunes, agosto 06, 2007

Poniatowska donó su premio a uno de sus hijos

La periodista y escritora Elena Poniatowska aceptó responder, gustosa y bastante risueña, el cuestionario que se inventó Marcel Proust en 1892 para indagar algunas características de la naturaleza sensible de las personas. Eso fue unas horas antes de recibir el XV Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por su obra El tren pasa primero, el cual la hizo merecedora de un cheque por 100 mil dólares, una medalla de oro y un diploma, durante una ceremonia realizada en la sala 1 del Celarg, en la noche del pasado jueves.
Ante una preguntas previa, relacionada con el destino que daría al cheque del Premio, ella, sin titubear, expresó: “se lo entregaré a uno de mis tres hijos, precisamente el que más dificultades económicas tiene”.También dio su opinión tajante y comprometida sobre lo que pasó durante el pasado proceso electoral mexicano y además reveló porque a los 75 años se mantiene activa y pensante. Pero las respuestas de “la princesa roja” de México al cuestionario Proust fueron estas:
-¿Dónde le gustaría vivir?
- Si tuviera dinero me gustaría vivir en Florencia o en París o en Venecia. Pero tambien me gusta donde vivo actualmente: en Ciudad de México, en la colonia Chimalista.
-¿Cuál es su ideal de felicidad en la tierra?
- Amar y ser amada, y tambien saber que a todo el mundo le va bien.
-¿Para qué faltas tiene usted más indulgencia?
- Para la impuntualidad, que es una falta menor, pero no soy nada indulgente con la mentira.
-¿Cuáles son sus héroes de novela preferidos?
- Ana Karenina, que da su nombre a la novela de León Tolstoi.
-¿Cuál es su personaje histórico favorito?
- Me gusta muchísimo un personaje de la revolución mexicana, y sobre quien escribí, que se llamaba Josefina Bohórquez, pero yo le puse Jesusa Palancares y es la protagonista de mi novela Hasta no verte Jesús mío.
-¿Sus heroínas favoritas en la vida real?
-Mi madre Paula Amor y Jesusa Palancares.
-¿Sus heroínas en la ficción?
-El personaje de la novela La plaza del diamante de la catalana Mercè Rodoreda.
-¿Su pintor favorito?
-El francés Claude Monet.
-¿Su músico favorito?
- El francés Francis Poulenc.
-¿Qué cualidad prefiere en el hombre?
-Me gusta mucho la generosidad y la dulzura.
-¿Qué cualidad prefiere en la mujer?
-La entereza.
-¿Su virtud preferida?
-El que sabe dar alegría.
-¿Su ocupación preferida?
-Mi oficio es escribir. Y la hago todos los días.
-¿Quién le gustaría ser?
-Nelson Mándela.
-¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
-La tenacidad.
-¿Qué es lo que aprecia más de sus amigos?
-Que sean mis amigos.
-¿Cuál es su principal defecto?
-La inseguridad en mi misma.
-¿Cuál sería su mayor desgracia?
-Que se muriera uno de tres mis hijos o alguno de mis diez nietos. Sentí un dolor espantoso cuando se me marchó uno de mis nietos y también sentí otro gran dolor cuando falleció mi hermano a los 21 años.
-¿Qué quiere ser?
-Quisiera tener 30 años menos para volver a ser lo que hice y hacerlo mejor.
-¿Qué color prefiere?
-El amarillo, el color del sol.
-¿Cuál es la flor que más le gusta?
- “Nomeolvides”, una flor pequeñísima que le gustaba mucho a mi madre.
-¿Qué pájaro prefiere?
-El canario.
-¿Sus autores favoritos en prosa?
-Tolstoi y Dostowieski.
-¿Sus poetas favoritos?
-El mexicano Jaime Sabines, Baudelaire, Shakespeare y Cervantes.
-¿Sus héroes en la vida real?
-Mi marido Guillermo Haro, quien ya murió.
-¿Sus heroínas en la historia?
-Las soldaderas mexicanas, aquellas mujeres que siguieron a los combatientes durante la revolución mexicana.
-¿Qué nombres le gustan más?
-Paula.
-¿Qué detesta sobre todo?
-A los mentirosos y a los serviles.
-¿Qué personajes históricos desprecia más?
-A todos los dictadores latinoamericanos.
-¿Qué reforma admira más?
- Admiro muchísimo la separación de los bienes del Estado y del Clero que hizo en México el presidente Benito Juárez, o sea la separación de la Iglesia y el Estado, mucho antes de la revolución.
-¿Qué don de la naturaleza querría tener?
-Me gustaría tener la fortaleza física de la naturaleza.
-¿Cómo le gustaría morir?
- Como dice el dicho: lo que sea que suene. O sea rápido, sin sufrir y sin darle lata o molestar a nadie.
-¿Cuál es el estado actual de su espíritu?
-Feliz por estar en Caracas y de recibir el XV Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, lo cual me depare un gusto enorme.
-¿Cuál es su lema?
- Vivir para ver.
Princesa roja
El XV Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, creado en agosto de 1964, fue conferido a El tren pasa primero de la escritora mexicana Elena Poniatowska, por mayoría de tres votos sobre los cinco que emitió el jurado, integrado por Luis Britto García (Venezuela), Isaac Rosa (España, ganador de la XIV Edición), Juan Madrid (España), Luis Navarrete Orta (Venezuela) y Helen Umaña (Honduras).
Elena Poniatowska nace en París en 1932 y con su familia abandona Europa durante la Segunda Guerra Mundial y se instalan en Ciudad de México hacia 1942. Trabajó como periodista en el diario Excelsior y ha colaborado, entre otras publicaciones, en la Revista Mexicana de Literatura, Estaciones, Absides, Artes de México, Revista de la Universidad de México, La Palabra y el Hombre, Unomásuno y La Jornada. Ha realizado numerosos cortos cinematográficos. Es socia fundadora de la Cinemateca Nacional y de la Editorial Siglo XXI. Ha publicado no menos de 40 obras literarias, entre las que destacan, además del libro que mereció el galardón venezolano: Tinísima (Vida de Tina Modotti) (1992); Nada, nadie (1988); La flor de lis (1988); Querido Diego, te abraza Quiela y otros cuentos (1984); El último guajolote (1982); Fuerte es el silencio (1980); De noche vienes (1979); Gaby Brimmer (1979); Querido Diego, te abraza Quiela (1978); La noche de Tlatelolco (1971); Hasta no verte, Jesús mío (1969); Los cuentos de Lilus Kikus (1967); Todo empezó en domingo (1960); Lilus Kikus, Los Presentes (1955).
Poniatowska es descendiente de los reyes de Polonia, por lo cual tambien se le conoce como “la princesa roja” por su tendencia ideológica de izquierda en el mundo político mexicano, donde es una respetable activista e ideóloga.
Fraude en México
-¿Qué fue lo que verdaderamente pasó con el candidato a la presidencia de México, el político izquierdista Andrés Manuel López Obrador también conocido como Amlo?
-Hubo una campaña sucia, de parte de los empresarios y de los ex presidentes y otros políticos que no querían que un hombre como Amlo, verdaderamente de ideología izquierdista, llegara a la Presidencia de los Estados Unidos de México. Y eso no lo podían permitir esa gente y para ello gastaron todo el dinero del mundo en una campaña sucia, destinada a decirle al pueblo mexicano que sí votaba por López Obrador “iba a perder su casa”, y que además “iba a votar por un sistema que le quitaría su dinero y todos sus bienes”.
-¿Hubo fraude?
-Siempre se dice que hubo fraude o manipulación.
-¿Pero no se pudo comprobar ese fraude?
-Nunca se permitió una segunda vuelta para disipar las dudas y se declaró presidente al conservador Felipe Calderón, el supuestamente ganador.
Vital por el periodismo
-¿Qué ha hecho? ¿Cuál ha sido su rutina para mantenerse tan dinámica y tan activa a los 75 años que dice tener, además de haber sido esposa, madre y abuela?
-Yo creo que la clave es creer en lo que uno hace. Además, el periodismo me ha mantenido muy activa e interesada en todo. Esa profesión, que la vivo intensamente desde los años 50, me ha impedido reflexionar o pensar en si misma o azotarse, pues eso me ha mantenido despierta y activa con todo lo que pasa.
-¿El periodismo fue su escuela?
-Sí, y lo diré siempre, porque además me permitió entrevistar y conocer a la gente más destacada de mi país. Por el periodismo pude entrevistar a Octavio Paz, Juan Rulfo, Diego Rivera y otros más. Además sigo haciendo periodismo.
-¿ El periodismo también le dio de comer?
-Ha sido esencial para mi y por eso siempre digo que soy periodista, pero tambien he escrito no menos de 40 libros, hasta ahora.



domingo, agosto 05, 2007

Rodolfo Santana busca su Itaca

Vincula la escritura a la aventura y cree que los seres humanos deben asumir la vida como un viaje, con naufragios irremediables y cree por eso que la historia esta repleta de héroes viajeros, con sus descubrimientos y combates. Escribe teatro porque no puede ser Hilary escalando el Jomlunga, o el Everest; mucho menos Marco Polo o Charles Limberg.
“Y eso mismo ocurre con la ficción, porque el hombre es monotemático con la aventura y desde niños, al igual que Ulises, preparamos la embarcación para buscar la Itaca personal”, así nos lo dijo hace 12 años cuando ya había escrito no menos de 8O obras, la mayoría publicadas y representadas, porque por algo es que a Rodolfo Santana se le considera no solo el dramaturgo venezolano más prolífico de Venezuela.
Nacido en Caracas el 25 octubre de 1944 y criado entre Guarenas y Petare, Santana es además uno de los pilares del movimiento cinematográfico criollo, lo que ocurre es que su trabajo ha sido libretista o guionista y los créditos se los llevan los directores o los actores, y los reales se los guardan unos pocos. El cine le ha modificado sus conceptos temáticos. rítmicos y estructurales de su teatro. Hasta en el lenguaje busca imágenes teatrales que se sostengan como un primer plano o un travelling. Las transiciones entre estructuras escénicas las maneja con la fluidez de las disolvencias. Y la influencia del ritmo cinematográfico es muy marcada en cuanto a síntesis de las imágenes y su diversidad.
Sobre sus orígenes teatrales, cuenta que se desposó a los 19 años, el 22 de noviembre de 1963, el día que asesinaron a John F. Kennedy, con Gladys Rodríguez. Treinta y cuatro años después recuperó tal magnicidio en una obra llamada El asesinato público como diversión pública. En ese entonces, Aníbal Guerrero, director de cultura de Petare, le preguntó: ¿Sabes de teatro? Dijo que sí, porque conocía al dedillo los trágicos griegos, el Siglo de Oro Español, los autores isabelinos y muchas obras de dramaturgos latinoamericanos. Lo nombraron director de Teatro de la Casa de Cultura y comenzó a organizar grupos en los barrios petareños, barriadas nacientes, donde el polvo flotaba; sin agua ni electricidad . Se sumergió en las necesidades abrumadoras de unos invasores que rehuían el campo donde cultivar era miserable. Trabajó el entremés El mancebo que casó con mujer brava, de Miguel de Cervantes, en versión de Alejandro Casona. Cuando lo presentó, en una zona que ahora es La Urbina, recibieron una lluvia de tomates y piedras, y al protagonista, un muchacho vestido de riguroso clásico, le gritaban “Peter Pan marico”. o se detuvo ante el desastre. Investigó fríamente el porqué las piedras y los tomates: sencillamente no entendían al mancebo, ni su vestimenta, lenguaje, etcétera. Al no entender, el publico hizo su obra: "Peter Pan maricón" y participó activamente con piedras y tomates. El fracaso con el entremés cervantino le enseñó muchísimo y a partir de ahí es cuando empezó a escribir teatro. Primera inquisición fue su ópera obra y desde ahí entendió que el teatro era una necesidad social, tan importante como el sueño o alimentación.
Reconoce que sus conflictos con la ideología y la verdad comenzaron durante su pasantía por Petare. Y esa imagen no se le ha ido de sus neuronas, porque fue torturado por la Digepol tras traicionado por su maestro, pero lo salvó José Vicente Rangel Vale. Tan siniestra experiencia por su ideología política lo hizo más radical y es por eso que su teatro enseña que el acto de vivir es una pelea, un combate, el transito de una aventura, un marco social y político donde se contradecían las opiniones y “uno habla mediante el drama”. Subraya que ante su frustración por ser Marco Polo o Cristóbal Colón, accedió a la aventura del espíritu, el cual, según estudiosos que se han dedicado a pesar gente en agonía y después de muerta, el alma pesa diez gramos. “Pero a nivel vital el alma nos conduce y maneja. Somos primariamente reos de un amor que quiere entregarse y no halla los modos”.
Optimista
Para Santana “nuestro pueblo vive un momento estelar, que nos modifica como sociedad por los próximos 100 años. Aprendemos, en días, conceptos, formas de asociación y participación que en 200 años nos fueron negadas. El alma de nuestras gentes se fortalece en la confrontación, la diatriba, la confusión y el sentimiento que corre en las calles. Soy optimista y no creo que naufraguemos”. Y porque cree en otro mañana es que prepara un libro con siete obras nuevas que tocan diversos temas como la muerte, los mundos mágico-religiosos de América Latina, los asesinatos múltiples. Sea usted un héroe, El hada azul no tiene celular, Un lugar donde nadie nos mire los zapatos, El asesinato múltiple como diversión pública, Obra para dormir al público y Cómo matar al Fénix, son algunos de sus títulos. Él prosigue reescribiendo sus obras anteriores. Las rehace totalmente cuando detecta que el lenguaje y los personajes ya no existen en la realidad donde esta inmerso. No olvida el Petare de su adolescencia y lo que ha aprendido con sangre, sudor y lagrimas.