¡Nunca sospechamos que llegaríamos tan lejos: somos parte del colofón del más reciente libro de Javier Vidal Prada! Diógenes y las camisas voladoras salió de la escena del teatro Trasnocho y se convirtió en libro de 74 páginas, impreso por Editorial Melvin, C.A.-producido por MJM Producciones- y cuya presentación o “cristiano” bautizo se realiza el jueves 29 de septiembre en la libreria El Buscón, después de las 6:00 PM.
Javier Vidal Prada, autor actor, director y polemista tiene ya en su haber nueve obras teatrales editadas y siete más esperando la imprenta, además de tres ensayos y dos novelas y un poemario. Una bibliografía nada despreciable y para satisfacer a su fanaticada acaba de imprimir el texto de su más reciente montaje, el cual ademas protagoniza.
El prefacio de esta nueva publicación, la cual enriquece a la gran biblioteca del teatro venezolano, esta suscrito por ese patricio de la política y el periodismo venezolano que es Simón Alberto Consalvi. Él anota o revela como la mitología de Diógenes Escalante ingresó al teatro, y lo ha hecho de manera excelente. “Javier Vidal escribió un texto, Diógenes y las camisas voladoras, que define como un teatro de no ficción,más no histórico”.
El periodista Consalvi, quien sabe muy bien sobre lo que escribe y porque lo hace, concluye su comprometido artículo, subrayando que sean absurdas o temerarias las hipótesis de entonces y de ahora, la crisis mental de Diógenes Escalante, tan inteligentemente recreada por Javier Vidal, desató los demonios de la política. “En suma, fue una mitología. Historia, biografía, novela, teatro, todo es uno en Diógenes Escalante. En 1945 volaron las camisas de todo el mundo”.
Cabe recordar que Diógenes y las camisas voladoras se hizo verbo y conmovedoras acciones escenicas desde el 1 de julio de 2011 en el teatro Trasnocho Cultural bajo la precisa dirección de Moises Guevara, una pulcra produccion de MJM Producciones con Javier Vidal como Diógenes, José Miguel Do y Jan Vidal Restifo en los roles de Coleguita (Ramón J. Velásquez) y Secretario (Hugo Orozco), respectivamente.
Y para que los lectores se enteren de cual ha sido nuestra colaboración en el nuevo libro de Vidal Pradas, republico aquí el artículo que publicamos el 6 de agosto en el diario Últimas Noticias, presente además en mi blog y hace ya parte de mi libro Teatro 2011/Apuntes para su historia en Venezuela, que ha ingresado a la imprenta.
Los soportes de Diógenes
Tres personajes ocupan la escena y dialogan. El secretario Hugo Orozco, el coleguita Ramón J. Velásquez y el mismo candidato presidencial Diógenes Escalante diseñan la campaña para ocupar el Palacio de Miraflores, durante el lapso 1946-1951, desde un salón del caraqueño hotel Ávila, en la mañana del 2 de septiembre de 1945.
Al día siguiente explota la tragedia: el político no puede acudir a su crucial cita con el presidente Medina, porque ve como sus camisas salen volando por la ventana de su habitación y con ellas se esfuman sus aspiraciones para ser Jefe de Estado y además la posibilidad de llevar a Venezuela hacia un auténtico experimento democrático.
Esos tres caballeros convertidos ahora en entes teatrales no son de ficción, pero sí sus diálogos, y están encarnados por Jan Vidal Restifo (22), José Miguel Dao (23) y Javier Vidal Prada (58). Protagonizan al espectáculo Diógenes y las camisas voladoras, el cual, bajo la precisa dirección de Moisés Guevara, hace temporada en Teatro Trasnocho, y permite a los espectadores palpar un suceso que alteró el rumbo de este país.
Diógenes Escalante es un personaje trágico en una situación cómica. La sencillez del tramado dramático abre el complejo tema del azar y la necesidad. La pretensión del autor-actor es el entretenimiento por encima de cualquier lección de ética, tomando en cuenta que la evasión y el divertimento son dos de los más importantes mandamientos de la deontología teatral.
Vidal Prada es, por supuesto, el teatrero del momento. Ha escrito un conmovedor teatro político y además de ser el protagonista del espectáculo da la replica a su hijo y al otro comediante, en ese ritual que recrea un suceso donde cambió algo más que la agenda política de un país en tránsito hacia una esperanza.
Sobre Vidal Prada se ha dicho todo lo bueno, pero hay que resaltar que cuenta con dos sólidos soportes para la performance global: el habilidoso Dao, signado por una inquebrantable búsqueda de sus posibilidades expresivas, adquiridas en espacios más heterogéneos del quehacer actoral, desde un marcado interés por aprehender las prácticas del clown y la improvisación, hasta un acercamiento académico a las técnicas formales de las artes, todo lo cual le ha permitido experimentar con los más diversos géneros teatrales; mientras Vidal Restifo, estudia comunicación social y anda en los avatares escénicos desde 2005, tiene ahora una responsabilidad más contundente.
Sin ellos el espectáculo no seria posible, por supuesto, y así lo asumieron, haciéndose indispensables, como fueron los personajes históricos que han revivido ahora convincentemente.
Recordamos que el descamisado político nunca recuperó la razón y falleció el 13 de noviembre de 1964, en Miami. Orozco hizo carrera diplomática y vivió hasta el 26 de octubre de 2003. Velásquez, a caballo entre el periodismo y la política, sustituyó a un corrupto Presidente de la República y ahora, con sus 95 años, no olvida lo que ocurrió en aquel hotel.
Javier Vidal Prada, autor actor, director y polemista tiene ya en su haber nueve obras teatrales editadas y siete más esperando la imprenta, además de tres ensayos y dos novelas y un poemario. Una bibliografía nada despreciable y para satisfacer a su fanaticada acaba de imprimir el texto de su más reciente montaje, el cual ademas protagoniza.
El prefacio de esta nueva publicación, la cual enriquece a la gran biblioteca del teatro venezolano, esta suscrito por ese patricio de la política y el periodismo venezolano que es Simón Alberto Consalvi. Él anota o revela como la mitología de Diógenes Escalante ingresó al teatro, y lo ha hecho de manera excelente. “Javier Vidal escribió un texto, Diógenes y las camisas voladoras, que define como un teatro de no ficción,más no histórico”.
El periodista Consalvi, quien sabe muy bien sobre lo que escribe y porque lo hace, concluye su comprometido artículo, subrayando que sean absurdas o temerarias las hipótesis de entonces y de ahora, la crisis mental de Diógenes Escalante, tan inteligentemente recreada por Javier Vidal, desató los demonios de la política. “En suma, fue una mitología. Historia, biografía, novela, teatro, todo es uno en Diógenes Escalante. En 1945 volaron las camisas de todo el mundo”.
Cabe recordar que Diógenes y las camisas voladoras se hizo verbo y conmovedoras acciones escenicas desde el 1 de julio de 2011 en el teatro Trasnocho Cultural bajo la precisa dirección de Moises Guevara, una pulcra produccion de MJM Producciones con Javier Vidal como Diógenes, José Miguel Do y Jan Vidal Restifo en los roles de Coleguita (Ramón J. Velásquez) y Secretario (Hugo Orozco), respectivamente.
Y para que los lectores se enteren de cual ha sido nuestra colaboración en el nuevo libro de Vidal Pradas, republico aquí el artículo que publicamos el 6 de agosto en el diario Últimas Noticias, presente además en mi blog y hace ya parte de mi libro Teatro 2011/Apuntes para su historia en Venezuela, que ha ingresado a la imprenta.
Los soportes de Diógenes
Tres personajes ocupan la escena y dialogan. El secretario Hugo Orozco, el coleguita Ramón J. Velásquez y el mismo candidato presidencial Diógenes Escalante diseñan la campaña para ocupar el Palacio de Miraflores, durante el lapso 1946-1951, desde un salón del caraqueño hotel Ávila, en la mañana del 2 de septiembre de 1945.
Al día siguiente explota la tragedia: el político no puede acudir a su crucial cita con el presidente Medina, porque ve como sus camisas salen volando por la ventana de su habitación y con ellas se esfuman sus aspiraciones para ser Jefe de Estado y además la posibilidad de llevar a Venezuela hacia un auténtico experimento democrático.
Esos tres caballeros convertidos ahora en entes teatrales no son de ficción, pero sí sus diálogos, y están encarnados por Jan Vidal Restifo (22), José Miguel Dao (23) y Javier Vidal Prada (58). Protagonizan al espectáculo Diógenes y las camisas voladoras, el cual, bajo la precisa dirección de Moisés Guevara, hace temporada en Teatro Trasnocho, y permite a los espectadores palpar un suceso que alteró el rumbo de este país.
Diógenes Escalante es un personaje trágico en una situación cómica. La sencillez del tramado dramático abre el complejo tema del azar y la necesidad. La pretensión del autor-actor es el entretenimiento por encima de cualquier lección de ética, tomando en cuenta que la evasión y el divertimento son dos de los más importantes mandamientos de la deontología teatral.
Vidal Prada es, por supuesto, el teatrero del momento. Ha escrito un conmovedor teatro político y además de ser el protagonista del espectáculo da la replica a su hijo y al otro comediante, en ese ritual que recrea un suceso donde cambió algo más que la agenda política de un país en tránsito hacia una esperanza.
Sobre Vidal Prada se ha dicho todo lo bueno, pero hay que resaltar que cuenta con dos sólidos soportes para la performance global: el habilidoso Dao, signado por una inquebrantable búsqueda de sus posibilidades expresivas, adquiridas en espacios más heterogéneos del quehacer actoral, desde un marcado interés por aprehender las prácticas del clown y la improvisación, hasta un acercamiento académico a las técnicas formales de las artes, todo lo cual le ha permitido experimentar con los más diversos géneros teatrales; mientras Vidal Restifo, estudia comunicación social y anda en los avatares escénicos desde 2005, tiene ahora una responsabilidad más contundente.
Sin ellos el espectáculo no seria posible, por supuesto, y así lo asumieron, haciéndose indispensables, como fueron los personajes históricos que han revivido ahora convincentemente.
Recordamos que el descamisado político nunca recuperó la razón y falleció el 13 de noviembre de 1964, en Miami. Orozco hizo carrera diplomática y vivió hasta el 26 de octubre de 2003. Velásquez, a caballo entre el periodismo y la política, sustituyó a un corrupto Presidente de la República y ahora, con sus 95 años, no olvida lo que ocurrió en aquel hotel.