domingo, junio 28, 2015

Héctor Manrique ganó Premio de la Crítica

Héctor Manrique  encarna a Edmundo Chirinos en el unipersonal "Sangre en eldiván"
Los galardones, fueron para:
MEJOR DIRECTORA: Rossana  Hernández por su destacado trabajo con la pieza La cocinera.
MEJOR PRODUCCION: Coco Seijas por su destacada labor con el espectáculo 400 sacos de arena.
MEJOR ACTRIZ: Layla Vargas por su impactante creación en la obra La cocinera.
MEJOR ACTOR:    Héctor Manrique por su magistral creación del unipersonal Sangre en el diván.
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Nyrma Prieto por su aleccionadora creación en La casa de Bernarda Alba.
MEJOR ACTOR DE REPARTO: Ernesto Campos  por   su complejo personaje en La cocinera.
MEJOR DRAMATURGIA VENEZOLANA: Javier Vidal Pradas por la investigación histórica y la creación de la obra Compadres.
MEJOR MAQUILLAJE: José Antonio Freitas por su tarea con el protagonista de Sangre en el diván, el personaje Edmundo Chirinos.
MEJOR VESTUARIO: Silvia Inés Vallejo por su exquisito trabajo  para vestir a los personajes de Bingo.
MEJOR ILUMINACIÓN: José Jiménez por crear el soporte para la mejor apreciación de Sangre en el diván.
MEJOR ESCENOGRAFÍA: Ricardo Morales por su creativa ambientación de Pterodáctilos.
Renglón teatro para nin@s  
MEJOR ACTRIZ: Raquel Romero por su tarea con la protagonista de La princesa Panchita.
MEJOR ACTOR: Luis Ernesto Rodríguez por su creación del protagonista de El sereno secreto.
MEJOR DIRECTOR  Eliécer Paredes por su encomiable tarea con la obra de No es un juego.
MEJOR DRAMATURGIA VENEZOLANA: Carmen Oseches por el original tratamiento para obtener No es un juego.
MEJOR PRODUCTOR: La agrupación Séptimo Piso por la calidad del espectáculo La aventura de los piratas.
GALARDÓN ESPECIAL: Leonardo Azparren Giménez quien ha dedicado medio siglo de luchas constantes en la difusión y evaluación del teatro venezolano y universal.  



sábado, junio 27, 2015

Homofobia sin disculpas

Trino Rojas en escena en polémica obra teatral.
Mata seres humanos y no es invento periodístico ni tampoco vagabundería de los teatreros, pero sí es una letal realidad, incluso prohibida por la Carta Magna de la Republica Bolivariana de Venezuela. Y como una prueba más de que la homofobia, letal discriminación, existe, el diario Últimas Noticias  (19.11.11) en su página 24 reseña que las autoridades levantaron el cuerpo de un transexual asesinado de una pedrada en la cabeza, tenía manos y pies atados con tirro, y vestía pantalón negro, blusa de mujer y zapatillas.La víctima, que apareció en la calle Santa Ana de Prado de María, no portaba documentos de identidad.
Mientras la investigación policial da más detalles de ese y otros  esos crímenes de odio que ha publicado, incesantemente,  la prensa venezolana en los últimos cuatro años, reseñamos que, dentro de la programación del Segundo Festival Teatro Rosa, el cual se realiza en los salones del Celarg hasta el12 de julio, se presentó otro espectáculo contra la homofobia, lacra cultural que esparce odio y muerte en el mundo. Es La disculpa  o  El costo de la intolerancia, escrito y dirigido por César Eduardo Rojas Márquez, con las desgarradas actuaciones de Trino Rojas, Nitay La Cruz, Weidry Meléndez, Aníbal Figueroa, Omar Churión /Albert  Pérez y Jennifer Culautti.
MELODRAMA
 La disculpa  plasma en escena  las vicisitudes de seis venezolanos, dentro de una saga melodramática, donde la muerte de un muchacho homosexual desencadena una increíble violencia domestica contra su pareja sobreviviente y como una niña, se convierte en ángel de la reconciliación de esa familia que no acepta conductas sexuales diferentes y aplica la homofobia con abyectos fines…al parecer sin saberlo. Vito, Rosa, Julio y Leopoldo Salvato, además de Roberto y Penélope Ricardo son los conspicuos personajes del melodrama que Rojas Márquez (caraqueño de 53 años) ha plasmado, dentro de un espacio no convencional, para romper lanzas contra la discriminación homofóbica que desgració al compañero de una  persona contamina con el VIH-Sida, pero al final el remordimiento cobra su víctima propiciatoria.
¿Sirven el teatro y el cine contra la homofobia?
Sí, siempre que entendemos a la homofobia como el término que se ha destinado para describir rechazo, repudio, prejuicio o discriminación hacia los seres humanos que son reconocidos por sus comunes y se reconocen a sí mismos como homosexuales; y sí concebimos  al teatro y al cine como medios de comunicación desde los cuales los hombres pueden abrir matrices de opinión en las comunidades para que el hombre común pueda reflexionar, mejorar su calidad de vida y pueda aprender las razones insospechadas de la convivencia; la cual gracias a Hugo Rafael  Chávez Frías se abrió a finales del siglo XX con una sencilla palabra que denominamos inclusión. Nunca como ahora el hombre occidental está dispuesto a entender el respeto y la consideración que debe a su vecino, a su hermano, a su común; a quien no cree ni piensa las mismas cosas que él,  para que pueda llevarse a cabo la convivencia y aquel sueño de que todos los hombre tenemos derechos por igual… Claro que sí sirven. El teatro y el cine pueden hacer que el ser que sufre de homofobia, entienda a quien tiene preferencias sexuales diferentes a las suyas… y aprenda a tolerar a los otros que no tienen sus propios gustos.
¿Hasta dónde se puede llegar con esas herramientas culturales desafiando a la incultura ancestral de los pueblos?
El teatro y el cine cuentan historias en las que el ser humano se puede  reconocer con sus miserias, virtudes o defectos. Desde que Picístrato descubrió a Tespis y se dio cuenta de la poderosa herramienta política que el rapsoda ofrecía  con sus poemas y cuentos que luego se transformarían en las Tragedias que servían para aleccionar, educar, informar y hasta enseñar otros estilos de vida, hemos entendido que -por supuesto- gracias a estos medios de comunicación podemos abrir caminos, desafiando la homofobia y la ignorancia.
¿Cuál es su evaluación del actual teatro venezolano y en especial el que se hace contra la homofobia y demás discriminaciones?
En mis clases de estructura dramática, concluyeron los alumnos que las dispersión de un teatro argumental en pro de un teatro de situaciones triviales ha dificultado contar con un repertorio propio, nacional, que abra las consabidas matrices de opinión para que la comunidad madure y vele por su mejora en cuando a calidad de vida y existencia se refiere, a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho. El malentendido de que una pieza es exitosa dependiendo de su taquilla pondría en riesgo muchas piezas íconos de la cultura y coincidieron que sólo venciendo al teatro mercantil, el teatro de argumento, o de autor como también se le conoce, podría dar la pelea en otros ámbitos que vele por la inclusión y un no a la discriminación. Por eso volteamos a mirar a Ibsen, a Pirandello o a Shakespeare… La tropa está trabajando, pero nos falta algo más que ganas para que nuestro teatro sea venezolano de verdad.
LA REALIDAD TEATRAL 
César Eduardo Rojas Márquez (con más de 60 piezas escritas y unas 20 representadas) revela que esta obra nació en la isla de Margarita, durante los años 90, cuando conoció a una pareja gay, con muchos años de “matrimonio”, que lo tenían todo para ser felices, pero no contaban que la muerte los desuniera en cuestión de meses. El sobreviviente quedó materialmente en la calle tras el funeral del amante, porque los familiares del difunto se apoderaron de todos sus bienes y también los del vivo, sin mayores explicaciones, ya que no existe una legislación sobre ese tipo de uniones sentimentales entre varones, aquí en Venezuela .Con esa historia, elaboró el argumento de su obra, donde el sobreviviente Roberto, después de varios años visita a la familia de su amante Leopoldo y les presenta a Penélope, la hija que su amigo engendró en un vientre “alquilado”. Por supuesto que aquello genera explicaciones de todo tipo y al final muere el suegro Vito (excelente composición del primer actor Trino Rojas) de un ataque al corazón, tras reconocer como el hijo que desobedeció, quien rompió las reglas, fue el único que pudo ser feliz, aunque pereció en el disfrute de su relación. No es fácil digerir la saga de La disculpa  porque fue construida sobre la pared de papelillo que separa al melodrama de la tragedia, pero tiene un asombroso efecto catársico entre la audiencia.


Las Señoras han regresado

El buen teatro venezolano cuenta con José Simón Escalona Acosta.
Durante la temporada teatral de los años 80, Venezuela contaba con Carlos Giménez en el grupo Rajatabla; Isaac Chocrón gestaba la creación de la Compañía Nacional de Teatro, a instancias del presidente Jaime Lusinchi, y capitaneaba al portaaviones que era El Nuevo Grupo; al tiempo que José Simón Escalona (Ciudad Bolívar, 17 de mayo de 1954) luchaba para ganarse un sitio de importancia  dentro del huracanado movimiento teatral caraqueño, el cual logró en las décadas posteriores gracias a su talento, su envidiable capacidad de trabajo, además del aguerrido grupo Theja que consolidó.
Apuntalado, además por Román Chalbaud y el mismo Chocrón, Escalona pudo ver, durante la temporada 1984,  el estreno de su pieza Señoras,  dirigida por Javier Vidal y con las destacadas actrices Amalia Pérez Díaz, Agustina Martín y Laura Zerra, en la sala Alberto de Paz y Mateos; alcanzó récord de audiencia y mereció laudatorias críticas. Su ascenso por la resbaladiza escalera de la fama había comenzado. Ya ha escrito 34 obras y 15 fueron representadas.
A 31 años de su estreno, Señoras, después de un exitoso montaje en Miami, reapareció en la sala Trasnocho, bajo la precisa conducción de Tullio Cavalli y con las solventes caracterizaciones de  Carlota Sosa, Julie Restifo y Eulalia Siso, teniendo a Marilda Vera y Rolando Padilla en  el equipo de producción.
Señoras es una pieza críptica que sorprende al público  por una serie de situaciones impactantes e inesperadas de tres mujeres que recuerdan lo malo y lo bueno que vivieron y quienes están congeladas en el tiempo y dedicadas a representar facetas de su pasado. Hay, por supuesto guiños a  El día que me quieras de Cabrujas y a la extraordinaria pieza A puerta cerrada de Sartre, donde la muerte y el infierno son el telón de fondo de los seres humanos que se toman la existencia humana muy en serio sin darse cuenta que  lo que viven es un sainete de la cotidianidad. La mujer, en general, aún es víctima de una sociedad que la  obliga encerrarse, no solo en lo físico sino también en lo mental, como lo mostró García Lorca.
Las buenas actuaciones, especialmente de Sosa, hacen agradable el espectáculo, el cual se visualiza con escenas impactantes e inesperadas, dentro de la estética  solemne y ritualista del teatro de Genet, precisamente por la profunda inconformidad o rebelión de sus personajes en contra de la sociedad y sus costumbres.
A partir de un cuadro desdibujado de tres mujeres,  caraqueñas y trágicas universales, desde la perspectiva de una aplastante e histórica disminución del papel de la mujer en la sociedad, Señoras es un drama que no le tiene miedo a la comedia, donde tres mujeres, tres hermanas, desgranan – perversas, humildes y astutas, perdidas en el vertiginoso limbo de la irrealidad- sus miserables y cansadas vidas.
  




domingo, junio 21, 2015

Cuando los nazis atacaron a Venezuela

Johnny Gavlovski,autor y director venezolano.
Johnny Gavlovski, mientras se sometía a complejas  terapias para curarse de una compleja enfermedad, se dedicó a escribir y después montar la comedia  Orquesta de señoritas en Macuto, el cual se mostró en el Festival de Teatro Interclubes 2015 en representación del Centro Social Cultural y Deportivo Hebraica.
Gavlovski, utilizando algunas declaraciones  que le dio al periódico de la comunidad hebraica, comenta que el Nuevo Grupo de Teatro de Hebraica viene abordando temas dramáticos a través de obras difíciles, densas, como: La cocina,  Animales feroces,  La escalera de Jacob y  Dios al otro lado del mar. Amén de ejercicios dramáticos con obras de Shakespeare y Arthur Miller. “Hacer ahora una comedia es un reto que se imponía. Sacó a los miembros del grupo de una zona de confort y esa es la idea en el aprendizaje de un actor: crecer a partir de nuevos retos. Obviamente, la situación que actualmente atraviesa el país ayuda a esta elección. Necesitamos no sólo aprender sino reír, relajarnos después del ajetreo del día a día; y  Orquesta de señoritas en Macuto  ofrecía esto. Relax, música, diversión. Amén de encontrarse con unos personajes totalmente hilarantes... un poco locos quizás”.
¿Qué la hizo ambientarla en los años 40?
Si apartamos lo trágico de esa época, cosa difícil, los '40 a nivel de estética tiene cosas muy importantes y atractivas. A nivel histórico, hay una Venezuela que despierta a otra forma de vivir. Hay una inmigración que llega de europeos y cambia el día a día, genera un impacto. Además, no es sólo los ´40. Es específicamente la incursión de los submarinos nazis a las costas venezolanas y el hundimiento de seis barcos tanqueros. Un episodio del que poco se habla, amén de otro, que ya veníamos tocando en nuestro montaje anterior  Dios al otro lado del mar  pero esa es una de las sorpresas de la obra. Igual, el equipo técnico de la obra se dejó seducir rápido por esta época. Un equipo técnico de lujo con Cristina Amaral de Feldman, en el movimiento corporal, Harold Vargas en la música, Ghislaine Latorraca en la realización  de vestuario, Andrés Vásquez y Morella Bajini y Carla Belozercovsky en la producción y Oscar Briceño Curiel en la dirección de arte (vestuario y escenografía). La mayoría de ellos son "cuartos bates" en el teatro profesional a nivel nacional e internacional. 
INSPIRACIÓN
¿En qué se inspiró para escribirla?  
La base fue la obra  Orquesta de señoritas  de Jean Anouil; pero pronto los recuerdos del nacimiento de nuestra comunidad que me contaba mi madre y mi abuela, le dieron un vuelco a la estructura de la obra. En su honor deje como contexto el Hotel Miramar de Macuto, donde mis padres tuvieron su luna de miel; y lo aderece con anécdotas de mí siempre recordado Oscar Yánez. Luego fue tejer la obra a partir de mis actores, cosa que hubiera imposible sin la intervención de Oscar Briceño, nuestro director de arte, quien, con su herencia judía como descendiente de curazaleños, supo darle un vuelco a la historia. Debo reconocer que esta obra debiera ser firmada en coautoría. Sería lo más sensato pero él repite “zapatero a sus zapatos”.  Gracias a todo esto, pudimos tejer a los actores, personajes que sabíamos serían un reto para ellos: Alegría Benzaquen, Etty Mizrahi, Irene Russo, la debutante Debbie Milgram (toda una sorpresa), Morella Lustgarten, Karen Glikfeld, Jacques Biggio, Nissim Cojocaru, Abraham Jalfon y Hillel Potasnick. La "creme de la creme" de nuestros actores comunitarios. El resultado, una obra diferente, divertida, que no tenía nada que ver con nuestra propuesta inicial.
¿Qué le ofrece esta nueva propuesta teatral al público? 
¡Conocer nuestras raíces! ¡Más nada! ¡Y ya es mucho! Son cuadros de un momento de nuestra historia.  Por momento nostálgica por su estética; por momentos, romántica con su música... y eso sí, divertida. Muy divertida.
¿Qué quisiera  como autor/director que el público recordara al salir de la obra?
Que la recordaran como un momento grato. Donde pudieron divertirse y dejar las preocupaciones lejos... Ah, y que las ocurrencias de los personajes y sus canciones se les "pegue" como a nosotros día a día.
EVOLUCIÓN ARTÍSTICA
 ¿Cómo ve  al Nuevo Grupo de Teatro Hebraica? ¿Ha habido evolución?
No puedo decir que ellos crecieron conmigo. Hemos crecido todos, aprendiendo unos de otros desde el arte. Poniendo el cuerpo y el alma durante los ensayos. Exponiéndose... Eso no es fácil... Y ellos han asumido este reto con tremenda valentía y dignidad. La gente que va al teatro no pude olvidar que lo que ven es un producto final Nosotros venimos trabajando para este montaje desde Octubre 2014.
¿Cómo escoge en ellos a sus personajes? ¿Cada uno le da una clave para que identifique en ellos a sus creaciones?  
Como dije antes, los conozco...o mejor dicho, creo conocerlos. Prefiero decirte así...No quiero perder la capacidad de sorpresa. De hecho, para  Orquesta de señoritas en Macuto  todos me han sorprendido. Yo traje una propuesta, pero cada uno de ellos se las coloco en su cuerpo, y como si se hiciera un vestido, trataron de buscar que estilo y talla les quedaba mejor. No es nada fácil. A veces eso cuesta meses. Y yo, como escritor tomo eso, y escribo, borro, reescribo, borro, reescribo, borro... Ellos se desesperan por el texto final. Yo me divierto viendo como el momento de la magia aparece y de pronto: Ahí la obra  está naciendo.
 FUTURO
Gavlovski reitera que le gusta como van las cosas con el teatro de la comunidad hebrea. “Tener el apoyo de Hebraica da seguridad tremenda. Saber que en back stage siempre esta Dita Cohen para un consejo, un apoyo, una sonrisa, es importante también... Y el grupo  en sí mismo. Ellos son presente y futuro. Mi idea es que de allí salgan dramaturgos, escenógrafos, directores, nuevos actores que aseguren el futuro del arte teatral en nuestra comunidad. Pero ese futuro será sólo posible si hay un público. Eso es importante que todos lo sepan. Teatro existe mientras las butacas estén llenas esperando se abra el telón”.



sábado, junio 20, 2015

Regresó "Novia en rojo" a Caracas

Una ficción sobre el legendario Esdras Parra
En medio del escándalo suscitado por el atentado terrorista que eliminó al fiscal Danilo Anderson, la defunción de la transexual Esdras Parra fue privada, aquel  18 de noviembre de 2004, aquí en Caracas. Se marchó en silencio y entre sombras como fue su vida durante los últimos 26 años de los 74 que vivió.
Ahora ya es un personaje teatral, gracias al monologo Novia en rojo que escribimos y estrenamos en Mar del Plata el 11 de septiembre de 2009 en el Teatro Diagonal gracias al trabajo del equipo de teatreros que liderizó Mónica Marchini y actuó Mario González, con el soporte de María Schulze y Claudia Mauriz. Posteriormente esa surrealista creación argentina vino a Venezuela y se mostró en los Festivales de Oriente y Occidente, y además en Unearte, durante el último trimestre de 2009.
Dentro de la programación del Festival Nacional de Teatro de Caracas 2011, el director José Gregorio Cabello y el comediante José Gregorio Becerra hicieron el  primer montaje criollo de Novia en rojo, exhibido durante los días 23 y 24 de noviembre. Y ahora, para la segunda edición del Festival de Teatro Rosa, en el Celarg, se presentó el severo montaje del director Reynaldo Rivas y el actor Aníbal Figueroa.
Novia en rojo es la primera de una trilogía que hemos pergeñado sobre la homofobia que persigue la identidad humana y las diversas luchas reivindicativas que se suscitan por la consecución de la misma. La escribimos   tras haber ahondado en la saga de Esdras Parra, quien se sometió a una RGS a los 48 años, en Londres, para vivir como “señora” hasta su muerte, tras sortear trampas y burlas de una sociedad que rechaza conductas como las que ella, o él, asumió públicamente.
Nuestro personaje, cual Pigmalión venezolano descubre su Galatea, peluquera de origen peruano, pero de padres chinos, y vive con ella un tórrido romance “lésbico” hasta que la muchacha se marcha a la lejana Australia para casarse con su otro amor, el transexual Valeria que no piensa operarse, y hasta procrear una familia por los métodos tradicionales. La soledad y los recuerdos provocan el final de Esdras, quien viene desde su tumba para revelar todo lo vivido.
Culminada en octubre de 2008, Novia en rojo es la saga de Esdras Parra, nació en Santa Cruz de Mora (1 de enero de 1930) y murió en Caracas (18 de noviembre de 2004). Así puede simplificarse la vida de ese escritor, poeta y promotor cultural, quien tras “un cambio de sexo”, alteró su periplo y se reinstaló en Caracas (1982) pero no lo dejaron ser plenamente feliz. Su transexualidad y su lesbianismo le generaron múltiples problemas que afectaron su capacidad de creación para la narrativa y hasta sus enemigos hicieron chistes eróticos con todo eso. Fue una víctima más de la homofobia, lacra cultural que mata o execra a quienes se atreven a ir contra los caducos cánones sociales.
En Novia en rojo se ficcionan los últimos cuatro años de su vida, salpicada de amores que van y vienen con pesada brevedad, hasta que una muchacha lo precipita en un abismo de paranoias. Aunque siempre la realidad es superior a la recreación artística, ésta es una metáfora más sobre la vejez que, acompañada de desamor, soledad y pobreza, asecha a la mayoría de los seres humanos, sin importar su conducta sexual o su género. Para nosotros fue un debut excepcional en la escritura teatral, dado que, como lo dijese el dramaturgo Darío Fo (Premio Nobel 1997) en visita a Buenos Aires en 1984, “en ningún país del mundo el teatro tiene la importancia que tiene en la Argentina”.
El nuevo montaje de Novia en rojo se mostrará en Bogotá próximamente  el Festival de  Teatro Rosa.






sábado, junio 13, 2015

Sócrates,taxista

Pepe Domínguez  no cesa de trabajar en las artes escénicas.
El bateador emergente, para decirlo en léxico beisbolero, del grupo Rajatabla es Pepe Domínguez, reconocido actor, director, dramaturgo y periodista. Él ahora ha puesto en escena la pieza venezolana,Sócrates, taxista de Héctor “Moncho” Castro. Y hará temporada en la sede de la institución desde el 17 de junio.
 Pepe admite que siempre se está yendo y siempre regresa al seno rajatablino. Ha perdido  la cuenta de esas huidas y sus retornos. “No sabría decírtelo, pero son muchos. Me embarqué y desembarqué varías veces de este buque insignia que  es Rajatabla y le fui infiel unas cuantas veces con otros proyectos muy significativos en mi carrera como fueron Autoteatro, El Ateneo de Caracas o el Teatro San Martín. Pero eso sí, siempre fui rajatablino aún antes de estar en la nómina de la institución porque desde el año 1981, en que trabajé como periodista para el Festival Internacional de Caracas, se ató un nudo de comunión estética con Carlos Giménez muy profundo. A eso se sumó mi amistad con pilares de la institución como Pepe Tejera,  Francisco Alfaro, Daniel López y más tarde con Raúl Brambilla. Ha sido un viaje largo con grandes tormentas pero enormes satisfacciones. Y aquí estoy de nuevo”.
Subraya que él no sabe porque insiste en apuntalar al grupo Rajatabla y más en estos tiempos de crisis. “Sinceramente no lo sé; quizás algún cordón umbilical no cortado y mira que lo he intentado poniendo mi renuncia  definitiva  varias veces sobre la mesa o desapareciendo durante meses sin explicaciones, pero siempre una llamada de Carlos o de Paco o ahora de William López me hacían ver que estaba tatuado el espíritu rajatablino en mis vísceras y que esa marca es imposible de borrar”.
LOCURA DELICIOSA
Pepe explica que en estos momentos ha montado una de las obras ganadoras del Concurso de Dramaturgia Rajatabla, creado por Francisco Alfaro y Gerardo Luongo hace unos años. La pieza es  Sócrates, Taxista  de su buen amigo Héctor “Bongo” Castro. “Una locura deliciosa con un montón de personajes desquiciados, que me permite jugar y experimentar con diferentes géneros teatrales al mismo tiempo, y a la vez indagar con lo que ha sido mi experiencia en la institución”.
 Puntualiza que Sócrates, Taxista  nos presenta la estampa de un rincón del país. “Es, como dice su autor, la triste y célebre historia de una esquina, donde perro come perro y en donde por unos pesos te pueden joder. En esta esquina se pasean jíbaros, homicidas, choros, putas y maricos, donde hay dos líneas de taxis que se disputan a sangre y fuego un lugar para trabajar. Ambas líneas dicen tener razón, pero lo que sí hay en esta contienda es mucha mezquindad, alevosía, miseria y traición. Una historia de contrariedades donde también hay una de amor, de goce, pasión y dolor. La obra dibuja a un país, nuestro país, pero lo hacemos no desde una visión trágica, sino cómica, amena, a ratos absurda, porque es la única manera que tenemos de sobrevivir  al disparate que nos rodea”.
MUCHACHOS DEL TNT
Sobre las características de su trabajo revela que está trabajando con “muchachos del Taller Nacional de Teatro, activos y egresados. Antes me preguntabas que me impedía alejarme de la institución y el TNT es una de la razones. Tuve la suerte de dirigir el taller durante unos 15 años y me emociona ver como muchos de sus egresados son los que marcan la pauta del teatro actual tanto a nivel doméstico como afuera. Se han iniciado aquí artistas integrales, que luego se han ido puliendo profesionalmente y enriqueciendo con otras estéticas, pero el germen inicial, “la droga” que los hizo adictos a lo teatral tiene su origen a la siembra de todos esos grandes creadores que por más de 40 años han transitado por Rajatabla. Y eso en América Latina no es poco. Entre revoluciones, diásporas políticas, intentos de golpe de estado, cambios permanentes de políticas, Rajatabla es uno de los pocos grupos artísticos que ha podido sobrevivir y ojalá que sea por muchos años más”.
Aclara que con “los estudiantes nunca es difícil trabajar. Es duro sí, porque les faltan las vivencias, pero tiene el alma pura, sana, sin contaminarse aún. Son niños muchos de ellos y poseen ese desparpajo que les impide tener la  vergüenza de exponer su carne y su sangre nueva”.
“Conjuntamente con este trabajo estamos montando un divertimento, escrito a varias voces  Cayetana, no se calla, para el BOD, y haciendo algo de cine, una pasión a la cual me he entregado como actor últimamente; también nos estableceremos en el  extranjero, durante un tiempo, para dedicarnos a  una labor literaria, que bajo un seudónimo, vengo desarrollando desde hace algunos años”.
GRANDE DE ESPAÑA
Con  las actuaciones de Miriam Pareja y Loly Sánchez, así como la participación especial de Roland Carreño, se presenta, en BOD Centro Cultural, Cayetana no se calla , espectáculo creado a partir de la vida de una sobresaliente noble europea para tejer una visión fantástica, onírica y divertida y, sobretodo, muy teatral, de una mujer de rompe y rasga que transgredió prejuicios y apariencias para vivir como quiso. Grande de España pero, por encima de todo, un personaje único e irrepetible que nació, vivió y murió sin dejar a nadie indiferente. Y es que su vida, exagerada y deslumbrante como sus numerosos títulos nobiliarios, logró trascender el mundo de la nobleza para hacerse una leyenda por su rebeldía y constante desafío a los convencionalismos sociales. El texto pasa revista por sus amores –los aplaudidos y los prohibidos- por sus amistades, tanto las de abolengo como las bohemias; por su fortuna, relaciones con sus hijos, el amor por su país, a Sevilla, al flamenco y en definitiva, por la lucha interna y externa para honrar sus apellidos sin traicionar su pulso vital.


Artistas criollos participaron en Independencia Dominicana

José Ferrer

Oscar Acosta
Con la nueva Venezuela que surgió posteriormente al triunfo de Carabobo se abrieron  perspectivas culturales y artísticas transformadoras en el afán de imponer los ideales republicanos, contrarios a la añeja visión monárquica que imperó por más de tres siglos. El teatro ocupó un lugar importante en este proceso como medio de comunicación por excelencia, no solo por su indudable capacidad de transmitir de manera expedita y abierta los nuevos idearios, sino también por la amplia y masiva aceptación popular, sin importar el origen o la condición social de los espectadores, herencia de la tradición impuesta por la cultura colonial.
Una faceta poco estudiada de este período es  la actuación teatral. De las representaciones hechas en el pasado remoto nos quedaron como evidencias constatables los escenarios y las obras, así como una gran cantidad de referencias sociológicas e históricas del conglomerado espectador, pero muy poca o ninguna información de los actores, artífices principales y centro mismo del evento dramático, condenados al olvido por el carácter efímero y perecedero de su arte. Dos artistas dramáticos,  destacan en los albores del teatro venezolano: Cecilia Baranis y José Ferrer. Poco sabemos de ellos, a pesar de las  reiteradas menciones que encontramos en los documentos oficiales y prensa de la época. Las primeras referencias al dueto las hallamos a finales de los años 20 del siglo XIX, cuando formaron parte de la compañía  del segundo Coliseo caraqueño, ubicado en la esquina que lleva hoy el mismo nombre, adyacente a la estación del metro La Hoyada.
En la Gaceta del Gobierno (1), periódico oficial esos años, fueron publicadas en 1829, suscritas por un autodenominado “un amante del teatro”, exhortaciones a que José Ferrer y José María Ponce, empresario dueño del Coliseo, arreglaran sus diferencias por razones de ajuste salarial.   El anónimo conciliador expresa su queja por la ausencia de Ferrer en la “representación pasada” de una comedia titulada la “Escocesa”, en la que “ni aún la señora Baranis, lució en su papel por no encontrar quien compita con su habilidad”. Otro reclamo del mismo autor, hallamos una semana después en la Gaceta (2), esta vez en un tono  cómicamente desesperado: “Que vuelva Ferrer, Ferrer, Ferrer, y mil veces Ferrer”. De ambos escritos se deduce el favoritismo y la  popularidad de la cual gozaban los dos artistas entre el público caraqueño.
Las desavenencias entre Ferrer y el empresario no se resolvieron. Constancia de ello encontramos en un expediente que reposa en el Archivo General de la Nación (3), el cual arroja datos reveladores sobre el artista, quien solicitó licencia a las autoridades para dar funciones en el “Teatro provisional q.e tiene establecido la Sra. Romualda Rubí en la esquina q.e nombran de Beroes” (sic.) La solicitud es negada por el privilegio de exclusividad para las escenificaciones, decretado desde Bogotá en 1828 por el Libertador Simón Bolívar, a favor de los empresarios del Coliseo. En ese momento la compañía regente del único teatro caraqueño la dirigía el español Andrés Juliá García, otra importante figura dramática y autor del primer ensayo sobre el arte teatral publicado en Venezuela, en 1839.
Gracias al petitorio que suscribe Ferrer en este expediente, sabemos que, ya en 1834, tenía muchos años representando funciones teatrales en Caracas y otros lugares de la República, así como que debía sostener a una “numerosa familia”, a la vez que reclamaba para si el haber mejorado “como es notorio el arte dramatico en esta capital, que se hallaba en el mayor atraso”. (sic)
Sea por su imposibilidad de dar funciones en Caracas, la principal plaza teatral del país, debido al monopolio del Coliseo, o  por el trashumar característico de los teatristas de esa época en busca del favor del público, en abril de 1841, la pareja de histriones lleva su arte a Bogotá. Así lo evidencia una nota publicada en el periódico neogranadino El Condor (4) que anuncia un nuevo contrato para representaciones por cinco meses, suscrito por “José Ferrer, director” y “la señora Cecilia Baranis, primera dama”, entre otros actores venezolanos, refiriendo los ventajosos informes de varias personas sobre “el mérito artístico  y la buena conducta” con que los habían visto “trabajar  en tránsito a la ciudad”. Suponemos, ya que la reseña  no da más datos, que la temporada fue programaba para el llamado Coliseo Ramírez, por muchos años principal escenario bogotano.
Aunque no hay absoluta precisión sobre la fecha,  José Ferrer y Cecilia Baranis participaron en la independencia de República Dominicana -poco antes o después de su estancia en Bogotá- donde fueron llamados  por los llamados Trinitarios, grupo de jóvenes líderes independentistas en ese país, para participar en la Sociedad Dramática que fundaron, a fin de difundir las ideas republicanas y autonómicas a través del teatro, aproximadamente en el año 1840. Tal episodio, con el Padre de la Patria dominicana Juan Pablo Duarte a la cabeza, constituye un capítulo único del teatro en nuestro continente, en el cual los actores -y entre ellos dos compatriotas- se convirtieron en  voceros protagónicos de los nuevos ideales de transformación. Las piezas interpretadas, escogidas por su contenido para incendiar el sentir político popular, ganaron categoría y profesionalismo con la participación de los actores venezolanos. Se conserva un afiche que anuncia un espectáculo en el que participa Cecilia Baranis. Así mismo, el historiador y ensayista dominicano Pedro Troncoso, apunta  la circulación  de un volante que anunciaba una función a "Beneficio de José Ferrer, galán alternativo de este teatro" (5).
Hay constancia de que la Baranis siguió activa en Venezuela en plan estelar hasta pasados los años 50. En 1850, protagonizó en Valencia (Edo. Carabobo) la pieza La víctima de la libertad o Policarpa Salavarrieta de Lisandro Ruedas, drama de carácter patriótico que recrea el sacrificio de la  heroína independentista colombiana, como notamos en el reparto referido en la primera edición de esta obra; así mismo son frecuentes las alusiones a sus interpretaciones en la prensa capitalina de entonces. Sobre Ferrer sabemos que, en 1853, retomó la actuación luego de años de ausencia, contribuyendo al éxito de la obra Matilde o las Cruzadas del español Francisco de Paula Lasso de Vega, representada en Caracas, según nota crítica aparecida en el Diario de Avisos y Semanario de las Provincias, que reza “el sr. J. Ferrer que apareció en las tablas después de muchos años de retiro”, tal como cita el investigador José María Salvador en su estupendo trabajo sobre la crítica teatral y musical  durante el gobierno de los Monagas (6) .
En República Dominicana, Giovanny Cruz, reconocido actor, director y  dramaturgo de ese país hermano, desde hace tiempo emprendió una cruzada a través de sus artículos y conferencias para desentrañar y enaltecer la memoria de estas figuras artísticas venezolanas. Tal es su entusiasmo que escribió un monólogo, aún inédito, titulado El último personaje de Cecilia B. Este redactor, compartió con él algunas impresiones y datos obtenidos en territorio nacional sobre el tema. Sirva el interés mutuo sobre el pasado teatral, para rendir homenaje a esta pareja de creadores  que contribuyeron a la profesionalización del arte latinoamericano y que merecen salir del olvido al que fueron relegados por el descuido de nuestra memoria histórica.

Bibliografia
1 “Teatro”, Gaceta de Gobierno,  15 de agosto de 1829, p. 3, 2a col.
2 “Teatro”, Gaceta de Gobierno,  22 de agosto 1829, p. 4, 1a-2a col.
3 Legajo de la Provincia de Caracas, año 1834, número 7.12.- Expediente que contiene la necesidad del teatro que dirige José Ferrer por no tener local propio. Año 1934.
“Teatro”, El Condor,  N° 4, 1841,  p. 16, 2a col.
5 Vida de Juan Pablo Duarte, p. 110. Instituto Duartiano, Colección Duartiana, V. XI, Santo Domingo, D.N., 2005

Mariano de Briceño, un crítico musical y teatral en Venezuela durante el dominio de los Monagas (1847-1858), p. 4, Ponencia presentada en I Congreso Venezolano de Musicología 2007, Universidad Central de Venezuela.

Orquesta de señoritas en Macuto

Un espectaculo que merece verse por su recreación histórica y su puesta en escena.
Derrotándose  a sí mismo, Johnny Gavlovski (Caracas, 1960) logró pergeñar el texto y dirigir su espectáculo Orquesta de señoritas en Macuto, exquisita comedia muy venezolana que hizo temporada en el Auditorio Comunitario Jaime Zighelboim de CSCD Hebraica.
Se trata de un depurado divertimento que Gavlovski pudo crear para El  Nuevo Grupo de Teatro de Hebraica   durante los últimos ocho meses,  trabajando a partir de  textos de Jean Anouil  y Oscar Yánez  y con  relatos de su  mamá Inda Epelboim. Ambientó a sus personajes en el  Hotel Miramar de Macuto, precisamente durante el aciago febrero de 1942, cuando una escuadra  de submarinos nazis hundió cinco tanqueros estadounidenses y uno criollo, en el Golfo de Venezuela, con lamentable saldo de numerosos muertos y heridos.
 Y ahí plasmó un diestro elenco de actrices y actores quienes dan vida a  “una orquesta compuesta por señoritas” y un diestro pianista; pero toda la vivaz  agrupación es engañada por un  famoso ladrón de las 100 caras, quien llega a robar y enamorar a las mujeres, abusando de su  indetectable disfraz de travestido.
Con esta obra, bien estructurada en sus básicos mecanismos de acción e intriga, Gavlovski demuestra que no es un autor amargado, sino un escritor diestro, que necesita tiempo y, por supuesto, apoyo financiero para escenificar sus invenciones, para lo cual contó, en este caso, con el soporte de Dita Cohen, la gran mecenas del teatro venezolano. Hay que felicitarlo por rescatar esas páginas casi ocultas del pasado, precisamente en la siniestra Segunda Guerra Mundial, y recordar el peligro en que estuvo este país, a pesar del paraguas gringo.

Del amplio elenco hay que resaltar los trabajos de Nissim Cojocaru, Abraham Jaifón, Morella Biaggini e Irene Russo; así como los acabados de la escenografía, maquillaje y diseño de vestuario, todos a cargo de Oscar Briceño,  y la impecable producción artística de Andrés Vásquez. ¡Ojalá que puedan hacer una temporada  más larga!

domingo, junio 07, 2015

Vuelve el festival de teatro gay al Celarg

"Novia en rojo" vuelve a la escena caraqueña
El Segundo Festival de Teatro Rosa de Caracas 2015 se estará desarrollando en las instalaciones de la Fundación Celarg, desde el 10 de junio al 12 de julio de 2015, con funciones a las 6:00 p.m., y 7:30 p.m. Costo de la entrada Bs.250. La presentación de las obras, todas de temática gay, estará acompañada de una programación especial de conferencias, con entrada libre.
Este Segundo Festival presentará en la Sala Experimental, Sótano 3, de la Fundación Celarg, las obras teatrales  Quiero pasar una tarde con Franco  de Martín Marcou;  Novia en rojo   de Edgar Antonio Moreno Uribe; La disculpa  de César Rojas;  Lo que no se dice de Armando Díaz;  La madriguera de Augusto Cubillan; Escenas para un diario de Fernando Molano;0 positivo de Jeffry Ortigoza; Fotomatón de Gustavo Ott y Las Lolas Viodegradables  de Tito Junco, Nicola Dorr y Francisco Céspedes.
Mientras que en la Sala de teatro 2 de la Casa de Rómulo Gallegos se exhibirán las obras   Callejera  de Luis Vicente González;  Mátame mamá  de Elio Palencia;  Circo de la luna de fuego  de Creación Colectiva;  Desconecta2  de Ronny Mujica;  La secretaria de Juan Francisco Rojas;  Papá soy gay   de Rubén Dairo Gil;  Rechazos de Luis Carlos Boffill;  No tienes nada que decir  de Luis Domingo González y  Daiquiri Rosa  de Idelson Sojo.
El evento es producido y organizado por Bruno Mateo, quien comentó que “el festival buscará concienciar al público sobre los derechos de la comunidad sexo diversa, con el objetivo de reclamar el espacio ciudadano que se le ha negado históricamente”.
Hablando entre divers@s
Adicionalmente, el foro 2Hablemos entre divers@s", abordará temas polémicos por medio conferencias que serán el detonante de espacios de debate a través de la cultura. Esta programación se realizará los días jueves desde el 11 de junio al 2 de julio de 2015, a las 5:00 p.m. en la Sala C, piso 6 de la Fundación Celarg. Las conferencias que se desarrollarán estánn tituladas, hasta ahora, como “Teatro Rosa de Caracas, el lugar donde todos somos iguales”, a cargo de Bruno Mateo; “El suicidio en los adolescentes gays”, con ponencias de Rubén Darío Gil y “La dramaturgia y la sexo diversidad”, dirigida por Jesús Benjamín Farías Roja. El evento concluirá el jueves 2 de julio con la presentación del grupo colombiano “La Barraca”, organizador del Festival de Teatro Rosa de Bogotá.

sábado, junio 06, 2015

César Rengifo 2015

Mayo fue para evocar al buen teatro de Cesar Rengifo.
 Mayo del 2015 será inolvidable para la historiografía  del teatro venezolano, especialmente en Caracas. En ese lapso se festejaron los primeros 100 años del nacimiento del dramaturgo César Rengifo y se hizo lo correcto: mostrar diversos montajes de una selección de sus piezas, además de conferencias y charlas, entre otras cosas. ¡Honrar honra!
Se activó así en Caracas el Circuito de Nacional de Teatro con las agrupaciones Pathmon Producciones, Río Teatro Caribe, Iiave, Fundación Ayabamsha, Manatí, Grupo de Títeres Telba Carantoña, Yaraho, Caímos al proscenio, Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo, Tacodra, Entre Juegos y Fantoche. Las funciones  se realizaron en la Sala 1 del Celarg, los teatros Bolívar, Principal, Nacional y Alberto de Paz y Mateos. Igualmente, sirvieron como escenarios las salas Anna Julia Rojas de Unearte, Juan Bautista Plaza de la Biblioteca Nacional y Doris Wells de la Casa del Artista.
FESTIVAL EN YARACUY
Paralelamente a  la actividad en Caracas, se   desarrolló el II Festival de Teatro de Yaracuy, del 20 al 24 de mayo, para “conmemorar el centenario del natalicio del artista por sus innumerables aportes presentes en toda su creación pictórica y dramatúrgica”. Igualmente, se homenajeó al profesor Jacobo Ramírez, precursor del teatro yaracuyano, quien cumplió 90 años. El evento se realizó en San Felipe, Monje, Bolívar, Páez, Cocorote e Independencia, donde más de 11 agrupaciones presentaron: Esa espiga sembrada en Carabobo,  Manuelote,  Las mariposas de la oscuridad, Lo que dejó la tempestad. Y también se representó la pieza  Cantata para José Chirinos, de Román Chalbaud.  
CIRCUITO NACIONAL
El grueso de la programación, adelantada y producida por la Compañía Nacional de Teatro, se centró inicialmente en la capital, pero en los meses venideros se exhibirá en distintas ciudades de las regiones. Y mediante alianzas con algunos festivales como el de Occidente, de Vargas, de Oriente y de Guayana, también se escenificarán espectáculos rengifianos en sus agendas.  
El Circuito Nacional de Teatro Centenario Cesar Rengifo, creado y organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, presentará, a lo largo de los meses venideros, por lo menos unas 40 obras del escritor en los 24 estados del país, con más de 50 agrupaciones, 115 presentaciones y más de 600 artistas en escena.
¡Ojalá queden registros de todas esas funciones!
ESPECTÁCULOS
Para la primera etapa del evento rengifiano se escenificaron en Caracas sus piezas: Una medalla para las conejitas,  Volcanes sobre el Mapocho,  Bajo tierra, Lo que dejó la tempestad,  Los hombres de los cantos amargos, Apacuana,  Manuelote,  Joaquina Sánchez  y la propuesta Los títeres celebrando a César Rengifo. Todas obras originales o escritas a partir de sus textos. No solo eran  montajes en sala sino que con el Gabinete de Cultura del Distrito Capital se organizó una programación en las bases de misiones y comunidades. Fueron unas 37 funciones solo durante el mes de mayo, con 140 artistas en escena, que esperaban llegar a unas 12.000 personas.
La calidad de los montajes fue variopinta y discutible además, pero todo eso se soporta si se acepta que  hay un importante relevo generacional  que está ya haciendo sus tareas artísticas, a pesar de todos los obstáculos nacidos de la impericia. ¡Roma no se hizo en un día!
CARAQUEÑO INSIGNE
César Nereo, el hijo de Ángel María Rengifo Goita y Felicia Cadenas nació en Caracas el 14 de mayo de 1915 y murió en la capital venezolana el 2 de noviembre de 1980. A los 10 años asistió a las primeras clases en la Escuela de Bellas Artes, pero es entre 1930 y 1935 que hace los estudios formales y recibe instrucción de Marcos Castillo, Rafael Monasterios, Cruz Álvarez García y Antonio Esteban Frías. Viaja a Santiago de Chile becado por el Ministerio de Educación a estudiar pedagogía artística; luego en 1937 viaja a Cuidad de México a estudiar pintura mural en la Academia de San Carlos y en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda. De allí sale con una marcada influencia de  Diego Ribera, logrando un estilo que le da relevancia al mensaje social. Regresa a Venezuela y realiza su primera exposición individual. Durante varios años trabajó como reportero y luego como jefe de redacción del diario  El Heraldo en Caracas y colaboró con otros periódicos y revistas. En 1948 participa junto a otros artistas venezolanos en el ciclo de debates “El realismo en el arte” y publica varios artículos en defensa del realismo social. En 1954 obtuvo el Premio Nacional de Pintura y el premio Arturo Michelena. Además de pintor, fue dramaturgo, poeta, periodista y promotor cultural. Autor de más de 40 piezas teatrales, casi todas publicadas y montadas en Venezuela y el exterior. En este campo obtiene importantes éxitos y en 1980 se hace acreedor del máximo galardón: el Premio Nacional de Teatro
MUESTRA ANTOLÓGICA
 César Rengifo: imagen, pensamiento y acción  es el título de una pulcra muestra antológica sobre su legado pictórico, así como elementos claves del  legado poético, ensayístico y dramatúrgico  de este artista caraqueño,  en ocasión del centenario de su nacimiento. Esta  exposición, para el segundo semestre de 2015, organizada por  la Fundación Museos Nacionales, permitirá ponderar, entre otras cosas, las obras que custodia el Estado, bien en la Galería de Arte Nacional y  la pinacoteca del Banco Central de Venezuela, además  de unas cuantas piezas facilitadas por coleccionistas privados y familiares. Mientras se conocen mayores detalles de la globalidad de los lienzos de Rengifo que serán expuestos y las características de las respectivas  conferencias o charlas de los especialistas, todo eso bajo la coordinación  de los curadores Félix Hernández y Carolina Balza, conviene recordar que  este venezolano siempre afirmó que el arte es una proyección  de la vida social, como lo subraya el escritor Jorge Nunes: “De allí que su obra plástica  como su dramaturgia coincidan con asombrosa exactitud sobre los mismos bordes: la problemática del país y el devenir que la dinámica social diagrama a través de su  historia”. La visión e interpretación que propone Rengifo en toda su obra, está apoyada en el marxismo y apuntala cualquier percepción que pretenda imponer fronteras a su alcance. Asegura Nunes que esto se detecta en toda su obra artística confiriéndole una  fisonomía muy especial; un rostro propio y ajeno a cualquier posibilidad de e confusión. Su obra, tanto la pictórica como la dramatúrgica  solo podía ser sentida y vertida en códigos estéticos por él. Nadie sino Rengifo podía firmar cuadros como “Una rosa para mi ciudad”,  “La flor del hijo” o “Su música interior”, por ejemplo. Solo él sería capaz de crear y suscribir  Lo que dejo la tempestad  o  Los hombres de los cantos amargos. Porque en  cada una de esas obras vibra la parte más íntima del artista, aquella que le concede propiedades irrepetibles a su sensibilidad”.