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Martin Hahn, pariente del legendario músico Reynaldo Hahn, estrena su teatro en el CorpbancaBOD este 18 de octubre |
Mátame es un thriller de suspenso donde se aborda, como tema único, la relación entre un
padre, su mujer y el hijo, para así llevar al espectador por el
sendero de la duda hasta descubrir quién es el asesino. Es la saga del
alcohólico desahuciado Peter (Gustavo Rodríguez), quien ha urdido todo un plan
para que su esposa (Julie Restifo) o su
vástago (Luis Gerónimo Abreu) lo asesinen. Él no se puede suicidar porque sus
herederos perderían un millón de dólares del seguro de vida.
El autor de este melodrama, a la venezolana, es Martín Hahn (Barinas, 1964), familiar del legendario músico Reynaldo
Hahn, es un reconocido guionista de televisión, quien ahora además produce
su quinta pieza dirigida por Javier
Vidal Prada, la cual muestra desde el próximo 18 de octubre en CorpbancaBOD.
-¿Por qué exhiben tan pocas
obras venezolanas, precisamente en Venezuela, según lo han advertido críticos y
analistas del teatro vernáculo?
-La primera razón podría decirse que es el presupuesto. Cada día cuesta
más conseguir los recursos para montar una pieza. Y otra de las razones, quizás
la más poderosa, radica en que los productores de los espectáculos prefieren,
en su mayoría, comedias extranjeras comprobadas que garantizen el éxito de la
taquilla.
- ¿Hay que ser productor de
sus piezas para verlas en escena?
- Sí. Ese ha sido mi caso y el de otros dramaturgos que conozco. Hemos
formado grupos de teatro donde invertimos nuestro propio dinero para montar las
obras.
-¿Qué busca con esta pieza?
-Esta es una pieza llena de detalles. Una inyectadora, unos frasquitos envenenados, un
botella de whisky, etcétera, los cuales van llevando al público a descubrir quién es
el asesino. Quiero que la audiencia se conecte con los detalles, que se fije en
las acciones sutiles, que saque la cuenta de lo que pasa por debajo de la mesa.
Mátame estará en cartelera hasta el
15 de diciembre: viernes y sábados a las 8 pm, domingos a las 6 pm.
-¿Cómo alterna su trabajo de
escritor de telenovelas con el teatro? ¿En cuál de esos ámbitos se mueve mejor?
- Cuando escribo telenovelas no me queda mucho tiempo para escribir
teatro. Procuro escribir para las tablas teatrales en el intermedio entre una
telenovela y otra. Son dos discursos muy distintos y cada uno requiere de la
atención apropiada. Me siento más cómodo escribiendo para televisión porque lo
hago con más frecuencia, pero el teatro me da la satisfacción de tocar temas
que en la televisión no me son posibles en este momento histórico.
-¿Después de Mátame qué prepara?
-Me espera la televisión, más nada. Tengo dos proyectos en paralelo. Una
telenovela para Venevisión y un proyecto muy especial que estoy pergeñando para
Miami. La telenovela se llama Gritos del
corazón y será de 120 horas mientras que el proyecto de Miami será mucho
más corto. Espero tener fuerza física y la coherencia mental para hacer los dos
proyectos al mismo tiempo, aunque cuento con un equipo de escritores muy
profesionales, quienes me ayudan a sacar
este arduo trabajo.
-¿Satisfecho con el teatro
y la televisión?
-Me gustaría ver más teatro de texto, como lo calificaba Isaac Chocrón.
No me refiero a dramas, me refiero al teatro donde el texto sea tan importante
como el resto de los elementos para la representación.
-¿Cómo encuentra al teatro
y la televisión de ahora?
-Creo que debería haber más salas de teatro, hay muchas obras que se
quedan por fuera porque no hay espacios apropiados para el montaje que exige la
pieza. Hoy en día hay mucho astracán en
la oferta caraqueña, aunque también hay
propuestas muy respetables, no lo niego, pero el porcentaje de comedias ligeras
rebosa la cartelera. Y tiene su lógica, pues, en momentos de crisis hay que garantizar
la taquilla y el público prefiere la evasión. Esto no sucede solamente en
Venezuela.
En cuanto a la televisión, subraya Hahn, pasa algo similar como con el
teatro, “se buscan refritos para garantizar el éxito de la telenovela y es por
eso que nuestra pantalla está repleta de telenovelas en su mayoría extranjeras
que son versiones de versiones de alguna lejana obra original. Aplaudo a
Venevisión porque aún conserva su capacidad de riesgo en la propuesta de
contenidos dramáticos originales. La crisis es lo que ha determinado la
producción artística en el país. No hay materiales para los artistas plásticos,
no hay papel para imprimir el libro de un escritor, es muy costoso hacer
música, no hay dinero para hacer teatro y la televisión ha mermado su
producción. La cultura ha recibido su latigazo, pero el entusiasmo de los
artistas persiste y deja la huella de un país”.
Cinco por ahora
El 15 de febrero de 1992, en el teatro
Chacaíto con su comedia policial Crimen
pasional, comenzó el periplo de Martín Hahn. Este dramaturgo tiene
especial formación universitaria, pues egresó de la UCV como licenciado en
Artes Escénicas, mención Cine, y además exhibe una maestría en Teatro
Latinoamericano. Nada de empirismo o de cómo vaya viniendo vamos viendo, él va
con la academia por adelante, como dicen socarronamente algunos comentaristas.
Hay que recordar que su ópera prima fue actuada por Carolina Cristancho, Carlos
Carrero, Andrés Izaguirre, Fabiola Romero y Sun-Ling Antonetti, bajo la
dirección de Rodolfo Drago. Era una pieza entretenida por la trama y el
complejo enredo en que se debatían sus personajes, porque había de por medio un
marido tan celoso que ni el temible moro Otelo es un aceptable punto de
comparación, así como también una dama apta para ser llevada a una clínica
psiquiátrica, porque precisamente ha perdido la cabeza ante los románticos
mitos masculinos que le vende el cine norteamericano. Después, Hahn escribió y
pudo ver representadas, con éxito de público, sus piezas Tres reinas y Rey
de Oros, repletas de personajes muy sexuales. Y después probó suerte con Hombre
casado busca, bajo la eficaz dirección de Javier Vidal y con las
impactantes actuaciones de Luis Olavarrieta, Beba Rojas y César Flores en una
trama de bisexualidad. Y ahora repite con
Vidal en la dirección del
singular triángulo de Mátame, para así
completar cinco obras estrenadas en 21 años. Pero, advierte, tiene en el disco duro de su PC, otros textos
como: Ángeles del mismo infierno, Desnudo como un santo, Amarillo número cinco, A rienda suelta y Locos de amor, que es un musical escrito con las canciones más
exitosas de Yordano.