Cumplió 22 años y sube al escenario del Teatro Trasnocho el próximo 20 de enero para encarnar a un personaje como Andy, arruinado por las drogas y la prostituciòn homosexual. Es Christian McGaffney (Caracas, 8 de abril de 1989), hijo de Ian McGaffney, de Liverpool, residente en Venezuela desde hace 37 años, y de la criolla Ana María Alvis. “Mis padres me dieron la libertad de escoger, desde pequeño, lo que siempre quise hacer. Desde el deporte hasta jugar con los hobbies que quería tener, algo muy importante para no tener bloqueos artísticos o personales a futuro, lo cual agradezco enormemente”, revela, vía Internet, desde la fría Madrid, uno de los protagonistas del espectáculo High (Alto).
-¿Como fue su vinculación con las artes escénicas?
- Mi influencia artística viene de la casa de mi abuelo, la cual está minada de libros desde abrir la puerta hasta llegar al baño más lejano. Mis abuelos me dieron una visión de vida que agradezco profundamente y que ha sido la base de mi educación. Aunque no puedo negar que mi primera gran fascinación artística fue la música. Mi tío, melómano desde joven, ha sido herramienta vital en mi proceso artístico. Desde The Beatles, que lo llevo en la sangre por mi papá, hasta King Crimson, desde despertarme con una pieza de Jethro Tull hasta llegar al colegio con la música de Héctor Lavoe a todo volumen. Siento que la música llenó espacios en mi vida y que gracias a ella, así no tenga fijación por ningún instrumento, es mi alimento antes de ir a grabar o a ensayar. Incluso, según la obra que ensayo en un determinado momento, la música que escucho va buscando una semejanza o algo que identifique el proceso de ensayos que llevo, de manera natural y con un enriquecimiento muy grande. Nunca fui de los que practicó a los cuatro años frente al espejo su discurso para cuando ganara un Oscar.
-¿Estudió otra profesión o esta dedicado de lleno a las artes escénicas?
- Comencé ejerciendo un papel en una serie de la productora Laura Visconti recién cumplido los 16 años, así que mientras cursaba el bachillerato, ya había dado mi primer paso dentro de las artes escénicas; una oportunidad sin duda única. Fue algo que no busqué, digamos que la oportunidad me llegó y yo fluí con ella. Al culminar mi bachillerato estaba grabando mi primera novela, y siendo este un medio tan inestable, decidí estudiar Economía en la Universidad Metropolitana, carrera que entre las tantas era la que más me atraía. Pues estaba equivocado. Llegué al cuarto semestre y me di cuenta que no era lo mío y que no iba a gastar energías en algo que no me retribuía un gusto por lo que hacía. Menos, teniendo las oportunidades que me estaba brindando el canal en aquel momento. Así que luego de varias conversaciones con mis padres decidí parar los estudios de Economía y concentrarme en lo que me gustaba. Desde pequeño siempre fui autodidacta, y con la ayuda de mis padres, comencé a adquirir libros de Stanislavski, Michael Chejov, Uta Hagen, Yoshi Oda, entre otros maestros actorales para conocer y profundizar sobre el trabajo que realizaba. Ahora mis planes a futuro en cuanto a los estudios van orientados a esta área.
-¿Que opinión o reflexión le merece la obra High (Alto)?
- High (Alto) es sin duda esa obra en la que esperas trabajar desde que entiendes la labor que realizas. Un texto magnífico y muy bien llevado por parte de Matthew Lombardo, quien además de saber lo que estaba escribiendo por haber vivido experiencias similares a las de Andy, mi personaje, también tiene el conocimiento literario/teatral que se necesita para mantener al público "enganchado" durante toda la pieza. La fe, la esperanza, la redención, la búsqueda de la verdad, del por qué y para qué estamos en este mundo, son algunos de los temas que se ven a simple vista en esta pieza. Sin contar de todo el sub-texto del cual el público se identificará a medida que los diálogos de estos tres personajes comienzan a emerger y a formar una fantástica y emocionante historia. Más que una reflexión, High (Alto) me ha llevado a revisar constantemente el propósito de por qué estamos y cual es la manera de llevar nuestras vidas. Una montaña rusa de emociones y vivencias que sólo acaban… cuando la obra termina.
-¿Qué pasa con su controversial personaje, cómo lo ha abordado o construido? ¿Satisfecho?
- Caer en el cliché del reto es necesario, ya que todos los personajes, pequeños o grandes, profundos o más ligeros, son un reto; sino por qué lo ejecutaríamos, ¿no? Mi personaje, un prostituto homosexual (no por decisión propia) y narcotraficante, no es el personaje que sin duda te presentan en cualquier obra. Andy es de estos jóvenes embotados de vivir, de no descansar, de no encontrar paz y de tal vez no querer encontrarla. A veces la vida, para algunos, pasa en un abrir y cerrar de ojos, para otros, para a los que verdaderamente le ha tocado duro, volver a abrir los ojos no es tan fácil como uno cree. "Requiem for a Dream" -en conjunto con un fondo musical de Placebo y Radiohead-han sido guías necesarias en el desarrollo de este personaje. Sin dejar a un lado la opinión de Luis Fernández, director de este montaje y cinéfilo irreparable. Todos tenemos secretos y momentos vividos que en algún momento salen a flote, pues para eso llegó High (Alto), para poder drenarlos en este personaje tan peculiar como ningún otro que haya vivido, porque que en los ensayos el vivir, disfrutar y dejar el intelecto a un lado es necesario para así poder soltar prenda a toda esta trama que te entusiasma desde que abres la boca para decir el primer texto de tu personaje. Satisfecho estaré cuando escuche tu opinión y la de los que asistan al montaje que estrenamos el 20 de Enero en el Trasnocho. Carlota Sosa, Luis Fernández, Rafael Romero y yo. Honrado estoy al sólo nombrarlos.
-¿Que reflexión hace sobre su personaje?
- Cuando te dicen: "La vida es una sola" y tu sigues de largo viviéndola, sin importar que has hecho, a quien has lastimado, que te has hecho a ti mismo durante tantos años, las locuras de joven y de no tan joven; todas estas "hazañas" que has superado durante tus días, no tienes remordimiento de voltear y ver que pasó, que te sigue pasando factura o qué te pasará luego. Simplemente sigues, una y otra vez en este círculo vicioso que llamamos vida. Pero cuando de verdad piensas que esto se acabó es que te das cuenta que ese dicho tan paternal, tan fastidioso y repetido, es la causa para que reflexiones sobre todo lo que ha pasado y lo que has hecho. Para que te des cuenta que lo que has cometido es una acción que tendrá una consecuencia. He pensado más seriamente en esos pequeños y no tan pequeños detalles capaces de hacerte desaparecer por completo. Andy tiene que hacerlo, y una de sus búsquedas, así el no quiera aceptarlo, es reconocer las circunstancias de su entorno. Capaz lo logra. Pero como te digo, Edgard, cada ensayo que realizamos, cada lectura que hago a solas, me deja reflexionando sobre Andy, sobre mí y sobre el mundo en el que vivimos.
-¿Qué más proyectos tiene para el resto del año 2012?
- Además de este proyecto, seguiré grabando la telenovela Natalia del Mar que ha sido muy satisfactoria ya que hemos logrado un rating altísimo. Esto tomará un par de meses más. Por lo tanto, grabar televisión y representar a Andy en High (Alto) irán de la mano. El Festival Iberoamericano de Bogotá está confirmado para marzo del 2012, lo cual es una gran noticia, ya que High (Alto) no ha sido producida en ningún otro país en Latinoamérica. Llevarla nosotros a este festival por primera vez, y en Español, es una satisfacción inmensa. No encuentro las palabras para describirla. Mi meta es irme a Nueva York, al finalizar la temporada en el Trasnocho, para estudiar en The Lee Strasberg Institute por unos nueve meses, quizás un año, y hacer audiciones para ver que oportunidades se presentan. Estudiar actuación a fondo es fundamental para mí y considero que Nueva York es el sitio indicado para hacerlo… mientras tanto me tocará volar en High (Alto).
-¿Como fue su vinculación con las artes escénicas?
- Mi influencia artística viene de la casa de mi abuelo, la cual está minada de libros desde abrir la puerta hasta llegar al baño más lejano. Mis abuelos me dieron una visión de vida que agradezco profundamente y que ha sido la base de mi educación. Aunque no puedo negar que mi primera gran fascinación artística fue la música. Mi tío, melómano desde joven, ha sido herramienta vital en mi proceso artístico. Desde The Beatles, que lo llevo en la sangre por mi papá, hasta King Crimson, desde despertarme con una pieza de Jethro Tull hasta llegar al colegio con la música de Héctor Lavoe a todo volumen. Siento que la música llenó espacios en mi vida y que gracias a ella, así no tenga fijación por ningún instrumento, es mi alimento antes de ir a grabar o a ensayar. Incluso, según la obra que ensayo en un determinado momento, la música que escucho va buscando una semejanza o algo que identifique el proceso de ensayos que llevo, de manera natural y con un enriquecimiento muy grande. Nunca fui de los que practicó a los cuatro años frente al espejo su discurso para cuando ganara un Oscar.
-¿Estudió otra profesión o esta dedicado de lleno a las artes escénicas?
- Comencé ejerciendo un papel en una serie de la productora Laura Visconti recién cumplido los 16 años, así que mientras cursaba el bachillerato, ya había dado mi primer paso dentro de las artes escénicas; una oportunidad sin duda única. Fue algo que no busqué, digamos que la oportunidad me llegó y yo fluí con ella. Al culminar mi bachillerato estaba grabando mi primera novela, y siendo este un medio tan inestable, decidí estudiar Economía en la Universidad Metropolitana, carrera que entre las tantas era la que más me atraía. Pues estaba equivocado. Llegué al cuarto semestre y me di cuenta que no era lo mío y que no iba a gastar energías en algo que no me retribuía un gusto por lo que hacía. Menos, teniendo las oportunidades que me estaba brindando el canal en aquel momento. Así que luego de varias conversaciones con mis padres decidí parar los estudios de Economía y concentrarme en lo que me gustaba. Desde pequeño siempre fui autodidacta, y con la ayuda de mis padres, comencé a adquirir libros de Stanislavski, Michael Chejov, Uta Hagen, Yoshi Oda, entre otros maestros actorales para conocer y profundizar sobre el trabajo que realizaba. Ahora mis planes a futuro en cuanto a los estudios van orientados a esta área.
-¿Que opinión o reflexión le merece la obra High (Alto)?
- High (Alto) es sin duda esa obra en la que esperas trabajar desde que entiendes la labor que realizas. Un texto magnífico y muy bien llevado por parte de Matthew Lombardo, quien además de saber lo que estaba escribiendo por haber vivido experiencias similares a las de Andy, mi personaje, también tiene el conocimiento literario/teatral que se necesita para mantener al público "enganchado" durante toda la pieza. La fe, la esperanza, la redención, la búsqueda de la verdad, del por qué y para qué estamos en este mundo, son algunos de los temas que se ven a simple vista en esta pieza. Sin contar de todo el sub-texto del cual el público se identificará a medida que los diálogos de estos tres personajes comienzan a emerger y a formar una fantástica y emocionante historia. Más que una reflexión, High (Alto) me ha llevado a revisar constantemente el propósito de por qué estamos y cual es la manera de llevar nuestras vidas. Una montaña rusa de emociones y vivencias que sólo acaban… cuando la obra termina.
-¿Qué pasa con su controversial personaje, cómo lo ha abordado o construido? ¿Satisfecho?
- Caer en el cliché del reto es necesario, ya que todos los personajes, pequeños o grandes, profundos o más ligeros, son un reto; sino por qué lo ejecutaríamos, ¿no? Mi personaje, un prostituto homosexual (no por decisión propia) y narcotraficante, no es el personaje que sin duda te presentan en cualquier obra. Andy es de estos jóvenes embotados de vivir, de no descansar, de no encontrar paz y de tal vez no querer encontrarla. A veces la vida, para algunos, pasa en un abrir y cerrar de ojos, para otros, para a los que verdaderamente le ha tocado duro, volver a abrir los ojos no es tan fácil como uno cree. "Requiem for a Dream" -en conjunto con un fondo musical de Placebo y Radiohead-han sido guías necesarias en el desarrollo de este personaje. Sin dejar a un lado la opinión de Luis Fernández, director de este montaje y cinéfilo irreparable. Todos tenemos secretos y momentos vividos que en algún momento salen a flote, pues para eso llegó High (Alto), para poder drenarlos en este personaje tan peculiar como ningún otro que haya vivido, porque que en los ensayos el vivir, disfrutar y dejar el intelecto a un lado es necesario para así poder soltar prenda a toda esta trama que te entusiasma desde que abres la boca para decir el primer texto de tu personaje. Satisfecho estaré cuando escuche tu opinión y la de los que asistan al montaje que estrenamos el 20 de Enero en el Trasnocho. Carlota Sosa, Luis Fernández, Rafael Romero y yo. Honrado estoy al sólo nombrarlos.
-¿Que reflexión hace sobre su personaje?
- Cuando te dicen: "La vida es una sola" y tu sigues de largo viviéndola, sin importar que has hecho, a quien has lastimado, que te has hecho a ti mismo durante tantos años, las locuras de joven y de no tan joven; todas estas "hazañas" que has superado durante tus días, no tienes remordimiento de voltear y ver que pasó, que te sigue pasando factura o qué te pasará luego. Simplemente sigues, una y otra vez en este círculo vicioso que llamamos vida. Pero cuando de verdad piensas que esto se acabó es que te das cuenta que ese dicho tan paternal, tan fastidioso y repetido, es la causa para que reflexiones sobre todo lo que ha pasado y lo que has hecho. Para que te des cuenta que lo que has cometido es una acción que tendrá una consecuencia. He pensado más seriamente en esos pequeños y no tan pequeños detalles capaces de hacerte desaparecer por completo. Andy tiene que hacerlo, y una de sus búsquedas, así el no quiera aceptarlo, es reconocer las circunstancias de su entorno. Capaz lo logra. Pero como te digo, Edgard, cada ensayo que realizamos, cada lectura que hago a solas, me deja reflexionando sobre Andy, sobre mí y sobre el mundo en el que vivimos.
-¿Qué más proyectos tiene para el resto del año 2012?
- Además de este proyecto, seguiré grabando la telenovela Natalia del Mar que ha sido muy satisfactoria ya que hemos logrado un rating altísimo. Esto tomará un par de meses más. Por lo tanto, grabar televisión y representar a Andy en High (Alto) irán de la mano. El Festival Iberoamericano de Bogotá está confirmado para marzo del 2012, lo cual es una gran noticia, ya que High (Alto) no ha sido producida en ningún otro país en Latinoamérica. Llevarla nosotros a este festival por primera vez, y en Español, es una satisfacción inmensa. No encuentro las palabras para describirla. Mi meta es irme a Nueva York, al finalizar la temporada en el Trasnocho, para estudiar en The Lee Strasberg Institute por unos nueve meses, quizás un año, y hacer audiciones para ver que oportunidades se presentan. Estudiar actuación a fondo es fundamental para mí y considero que Nueva York es el sitio indicado para hacerlo… mientras tanto me tocará volar en High (Alto).