jueves, octubre 19, 2017

Avanza festival de teatro comunitario en Caracas

Alberto Ravara explica su trabajo social con el teatro desde Parque Central.
Es otro Quijote  que en este caso vino desde Argentina hacia 1981 y se quedó recorriendo y trabajando en Venezuela por sus cuatro costados, enseñando el teatro como pensamiento y acción. Desde hace 17 años, instalado en Parque Central de Caracas, proyecta, organiza y presenta un singular Festival Internacional de Teatro y Títeres en las comunidades de toda la zona metropolitana caraqueña. Y es por eso que entre el 13 de octubre y el 5 de noviembre, con entrada libre y gratuita, realiza el Fetcom 17.
Hablamos de Alberto Ravara, una especie de gurú del teatro sociocultural, que con papeles en mano revela como está realizando la muestra de este año 2017 con 18 grupos teatrales nacionales y dos internacionales, con los cuales ha proyectado 59 funciones, 59 conversatorios, 15 talleres motivadores en las comunidades de la Gran Caracas. Además adelanta tres talleres magistrales, 77 registros audiovisuales, además de encuentros y reconocimientos. En suma ejecutará, él y toda lo gente, voluntariosa y muy comprometida, que lo acompaña, unas 215 actividades de promoción investigación, difusión y formación teatral en valores humanos y sociales.
El, Alberto Ravara, insiste en que está dispuesto al debate inteligente razonado y por eso repite, parafraseando a un legendario periodista que fue víctima de los nazis en Checoslovaquia, que “con férrea voluntad trabajamos, con cierta inteligencia y sensibilidad proyectamos, con inmensa alegría vivimos, nuestra impronta y nuestro nombre nunca debe ser asociado a la tristeza, a la ignorancia o al rencor. Por la vida, por la alegría y por el teatro vivimos y así seguiremos en los tiempos con los saberes milenarios del teatro”.
Lamenta y se lo manifestó a este periodista que no pudo programar a otras 264 agrupaciones idóneas que querían participar. No tenía los recursos y lo que ahora hace se ha logrado de manera autosustentable. Se quedó esperando las ayudas prometidas, pero espera que para fechas posteriores lo hagan, le cumplan, porque no trabaja para él, sino para el pueblo venezolano que cada vez más ama y hace su cultura. Y espera que en el teatro La Rampa (que lo dirige José Gregorio Magdaleno), en el sótano del edificio San Martín, pueda recibir a la gente ansiosa de ver teatro.

Nosotros veremos lo que está a nuestro alcance y reseñaremos como nos corresponde, porque otro mundo es posible si somos capaces de imaginarlo.

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