El director Héctor Manrique y su elenco en una famosa escalera de Caracas. |
A los malos tiempos hay muy buenas
caras de actores comprometidos con sus proyectos profesionales. Lo decimos
por que Juan Carlos Gardié, Martha Estrada, Patty Oliveros, Angélica Arteaga,
Pedro Borgo y Claudia Rojas son los comediantes que ya ensayan La foto, la nueva producción del
Grupo Actoral 80, que, bajo la dirección de Héctor Manrique
y con producción de Carolina Rincón, se presentará desde el 13 de octubre en el
Teatro Trasnocho Cultural.
La foto, de Gustavo Ott (Caracas, 1963), es una pieza melodramática que ganó el
concurso del Centro Cultural Trasnocho Cultural para la promoción de los
autores venezolanos. Hasta ahora se puede adelantar para los
lectores, eventuales espectadores del montaje, una sinopsis, bien
comprimida, de esta nueva pieza de Ott, quien reside actualmente en
Estados Unidos y trabaja como docente en una universidad de Washington, la cual
lo ubica como el autor criollo más representado en los escenarios
venezolanos durante los últimos años y por supuesto que todo eso tiene un
entretenido entramado que revelaremos en su preciso momento, sin olvidar que este caraqueño tiene una colección de premios internacionales de dramaturgia,como para nadie dude de su calidad y originalidad, además, dos detalles no muy frecuentes en la dramaturgia iberoamericana.
Y para los no conocen como es la cosa
artística, les advertimos que en La foto, Laura, madre de la adolescente, Kelly, está a
punto de cumplir los 50 años y se ha reencontrado a través de las redes
sociales con un viejo amor de cuando ella estudiaba bachillerato. Se trata de
Denis. Y aunque todo ocurre a través de mensajes de texto y privados vía
Facebook, sin encuentro físico, la emoción de esta nueva posibilidad es
experimentada por ambos con una intensidad incontenible.
Pero Denis está casado y también
tiene un hijo adolescente, Fran, si bien le ha hecho saber a Laura que su
matrimonio no marcha bien. Por su parte Laura, esperando que Denis tome una
decisión y para animarlo se toma una foto desnuda y, de manera privada, se la
envía a su teléfono. Este hecho desencadena una serie de acontecimientos que
sacudirá no solo la vida de los directamente implicados sino también la de sus
familiares más cercanos y hasta de las instituciones en las que ellos se
desenvuelven.
La foto es, pues, un viaje
íntimo sobre los precipicios afectivos de la mediana edad colocando en juicio
la dinámica de dos generaciones enfrentadas dentro del fenómeno viral, y el
efecto devastador de los escándalos prefabricados. Toda una temática y una
peculiar representación poco frecuentes en los escenarios venezolanos.
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