Carlos Giménez,
quien trabajó para acrecentar y comandar durante varias décadas a un proyecto
de teatro venezolano más contemporáneo, tras el éxito artístico de su empresa cultural,
como era aquel caraqueño grupo Rajatabla, pensó crear, y así lo hizo, otro polo
de referencias y creaciones estéticas, integrado por los mejores teatreros de las
nuevas generaciones. Sabía que la sobrevivencia histórica de su movimiento cultural
requería un soporte generacional formado o aupado por él, como se lo aconsejó
el maestro José Antonio Abreu. Así fue como se creó, tras varias noches de debates
en un apartamento de Parque Central, el Centro de Directores para el Nuevo
Teatro (CDNT), con cuatro muchachones emprendedores, hacia 1990.
El destino, para llamarlo así, dispuso otras
cosas y, el 27 de marzo de 1993, Giménez “se fue de gira eterna” y dejó atrás
muchos proyectos caminando y otros en meros borradores, pero el CDNT al poco
tiempo se dividió y la institución siguió únicamente con Daniel Uribe Osío y
Marcos Purroy. Ellos, desde entonces, han trabajado bastante y hasta obtenido algunos
creativos o novedosos montajes, como Fango negro, más conocido como El
teatro del autobús, a partir del texto de José Gabriel Núñez, inspirado en
la pieza Woyzeck (1879), de George Büchner, un dramón sobre la
vicisitudes de una mujer enamorada hasta la locura de un miserable soldado, que
le es infiel y ademas la maltrata hasta asesinarla.
Daiel Uribe estrenó Fango negro durante
los años 90 y desde entonces ha sido su
mejor caballito de batalla, dentro y
fuera de Venezuela. El año pasado hizo una intensa temporada en Caracas.
DE NUÑEZ A CARROL
Al llegar
este año 2017, de tanta incertidumbre y de quiebres y repliegues ideológicos, el
CDNT, con varios aliados estratégicos, presenta el montaje Alicia en el
autobús, inspirado en la novela fantástica Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865) de Lewis Carroll.
Por supuesto que el director Marcos Purroy
retoma los conceptos estéticos teatrales y hasta el autobús que usaron con Fango
negro, el cual sirve de escenario móvil y como vehiculo para llevar al público
(no más de 50 personas) desde la plaza Francia hasta “La cueva del conejo”, lujoso
bar-ubicado en una transversal del norte de la urbanización Altamira- que funge
de “madriguera para delincuentes”.
Pero esta Alicia
en el autobús no es más que la
historia de otra muchacha, Alicia, quien viene del pueblo Las Mesitas, en el
estado Trujillo en busca de Conejo, de quien se enamoró tras bailar un vallenato durante las
fiestas patronales de su comunidad, y lo
único que ella puede de hacer es tomar
un autobús que la llevara a la cueva o
escondite del susodicho personaje (especie de delincuente), una discoteca bar
donde pululan personajes exóticos en su léxico y en sus lenguajes, quienes
bailan frenéticamente en medio de diálogos y canciones atosigantes, muy dentro
de la atmósfera de aquellas discotecas
que expenden de todo.
El director
Purroy advierte, y así lo constatamos, junto con los otros invitados, que se
trata de un ritual urbano a ritmo de hip-hop, donde Alicia busca, sufre y al final encuentra a su
enamorado, el Conejo, pero debe desafiar los designios de la reina (un
espectacular drag queen vestido de rojo) para
lograr su objetivo erótico y romántico.
Es, como lo
dice Purroy, una “experiencia
no convencional”, producida y dirigida por los mismos creadores del exitoso Fango Negro: Teatro en el Autobús. En esta ocasión hay más actores, quienes
aprendieron a rapear, gracias al entrenamiento con los MC (raperos)
Flysinatra y Aros Garcia para poder cantar las canciones (Hip Hop) del
espectáculo. Ahí participan, entre otros, Darli Fuggiero, Eduardo Pinto, Juan
Bautista, Wilfredo Cisneros, Ronny Mujica, Scarleth Becerra, Ángel “Chucho”
Rey, Onil Vielma, Fernando Carrero, Yorkis Díaz, Jelena Cobis, Vanessa Portillo
y Jhon Daniel Carvajal en esta nueva experiencia, con muchos códigos e ingredientes
y adiestramiento del circo urbano; donde el vestuario, diseñado por Victoria
Mora y la música, original de Aros García y Flysinatra, juegan un papel
protagónico en la puesta en escena. Hay mayor “riqueza”.
Es, pues, un verdadero musical underground, donde la protagonista y los
otros personajes no son precisamente los personajes edulcorados de la novela
original, sino todo lo contrario. Llama la atención que hay mucho decoro en los
lenguajes gestuales y verbales, nada de excesos que puedan suscitar censuras,
que aunque están prohibidas pueden irrumpir sin mayores obstáculos o algo
parecido.
Alicia en el autobús, pues, utilizando el mismo planteamiento
espacial de Fango negro, más otros
añadidos, resulta ser un entretenido
oásis para la sórdidas noches caraqueñas de estos tiempos, una alternativa sin
mayores peligros o riesgos, porque es un teatro “ligero”, donde la moral
burguesa es respetada, hasta ahora.
El autobús de Alicia en el autobús para
los interesados sale todos los viernes, sábados y domingos a las 7:00 pm, desde
la parada de Transchacao, en, en la Plaza Altamira, Av. Luis Roche.
Entradas (13.080 bolívares fuertes) a la venta en www.ticketmundo.com o en las taquillas de Ticketmundo en el CCCT.Y el tiempo de duración
de todo el espectáculo no supera los 70 minutos.
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