80 años de vida útil para la cultura. |
Hay fiesta en los sectores populares del teatro venezolano, especialmente
entre los que lo cultivan y lo exhiben en Caracas, ya que el maestro, autor, director, escenógrafo, maquillador, vestuarista y poeta Yorlando José Conde Villamizar festeja sus 80 años
de vida útil para la cultura y los celebra a lo grande, en la sala Anna Julia
Rojas de Unearte, con el espectáculo teatral Semblanza de un saltimbanqui que escribió, produjo y dirigió un
antiguo alumno suyo, Willy Torrealba, este domingo, 29 de octubre, después de
la 4 PM.
Yorlando, escapando de una violenta lluvia en
el cafetín de Unearte, en la tarde del pasado martes 24 de octubre, confiesa
que Willy Torrealba, el gestor de este “super cumpleaños” es un ex alumno suyo,
a quien conoció cuando “el muchacho tenía 14 años”.
-¿Cuántos años tiene ahora Torrealba?
-No, se, pero creo que anda por los 60, más o menos. Lo importante es
todo lo que ha hecho y lo que ahora se dispone a mostrar. El escribió un texto
muy bonito y se dedicó a buscar gente y como mostrarlo en la sala, más importante
de Unearte, donde funciono durante muchos años el Ateneo de Caracas, pero
antes, para ese día, habrá un toma de los espacios abiertos de esta edificación
de este edificio con unos afiches y unas tarimas donde varios colectivos culturales
harán sus programaciones.
¿Qué dice esa obra en el espectáculo
organizado?
Tengo en mi poder varios ejemplares de ese guión, el cual es una aproximación
poética a mi biografía, donde yo además actúo y participara mucha gente más. Ahí
se alude a la vida de un ser humano que ha vivido intensamente y que le ha
dedicado muchos años de esa vida a combatir, dentro de la lucha de clases, por
los más desfavorecidos, no solo en Venezuela sino en el mundo.
-¿Eso por supuesto alude o es parte de
su vida?
Si, que ha sido publica, desde
los 5 años, y que todo el mundo conoce. Recuerdo que con esa edad recite el poema Bandera de Venezuela por qué yo te quiero
tanto en el colegio “9 de Diciembre”, el cual estuvo ubicado cerca
de la plaza Capuchinos de Caracas. Fue ahí cuando descubrí que tenía vocación
para el teatro y desde entonces no dejé de amar la actuación. Años después, en
Santiago de Chile, me gradué en estudios formales de las artes escénicas. Aquello
fue en 1966 y tuve maestros como Pablo Neruda y Víctor Jara, entre otros. Pero
lo que me terminó de formar fueron mis estudios del marxismo como filosofía y
como proyecto de lucha, eso fue lo que me definió y lo que enrutó mi teatro
para favorecer a los oprimidos, a los trabajadores. Eso me ayudo para hacer un
teatro de los obreros para los obreros. Un teatro comprometido con las causas
laborales. Y también hice un teatro de estudiantes y para los estudiantes. Y también
hice un teatro para los alumnos de las escuelas primarias. En todo esto se me
han ido 80 años de mi vida.
¿Satisfecho por todo lo
hecho?
Si, por supuesto que sí.
¿Quienes actúan ahora en Unearte para
Semblanza de un saltimbanqui?
Mucha gente actuara, pero la dirección
y autoría del texto es de Willy Torrealba y actúan, entre otros, Antonio Machuca,
Horacio Cabrera y otras personas más. Yo participo en la escena. Estamos ensayando
todavía y no puedo darte más información. Al cerrar el espectáculo yo llamara
al escenario a unas 70 personas que he invitado para agradecerles lo que me dieron de su amistad durante todos estos años. Soy muy agradecido además.
¿Dónde nació?
Me contaron mis padres, que fue aquí,
en Caracas, en una casa de Pepe Alemán a Cochera, en la parroquia de San Juan. Mi
padre Vicente Conde fue el partero y el que corto mi ombligo. Mi mama era una
yekuana, Adela Villamizar, y yo soy el menor de una camada donde hubo dos hembras
y dos varones más. Vine al mundo un 29 de octubre de 1937.
¿Y qué paso para que 80 años después Yorlando
Conde celebre esas décadas en un acto público con teatro incluido?
-Viví y ustedes los periodistas han sido testigos de buena parte de esos
años. Esto es todo y esto se lo debo a la vida, que me ha dado tanto, como dice
la canción de Violeta Parra. Este es un acto de amor de una parte de quienes
fueron mis alumnos durante todos estos años. Y todo esto se hace porque ellos
no querían que mi cumpleaños 80 pasara por debajo de un puente, sino en un escenario
donde he vivido y hecho vivir a otros venezolanos. Lo hicieron para que hacer
memoria. Hay mucha gente en este proyecto, porque son muchos los que me han
acompañado, sobre todo cuando he estado preso, varias veces.
¿Por qué se lo llevaron preso varias
veces?
Por hacer teatro revolucionario, por combatir al lado de los obreros en
sus luchas sindicales, por protestar con ellos, por mostrar una realidad que
los otros teatros no mostraron, como fue durante el régimen de Jaime Lusinchi,
en aquellos largos y oscuros años de la
cuarta república. Una etapa que muchos quieren ignorar. Hoy en día eso no se
hace con los artistas, no se los llevan presos.
¿Ha cambiado Venezuela durante los últimos
18 años?
Si y mucho, pero todavía no
tenemos la política cultural precisa, donde se reivindique la dignidad de los artistas.
Y aquí me remito a los artículos 100 y 101 de la vigente Constitución de la República
de Venezuela, los cuales son violados permanentemente por los medio de comunicación
social, pero espero que eso cambie con la actual Asamblea Nacional
Constituyente.
¿Este espectáculo se repetirá?
Si creo que sí y se mejorara, porque yo pienso vivir mil años para
apuntarlo. Y todo mi bagaje teórico lo voy a escribir, especialmente mis
reflexiones sobre cómo hacer el teatro en función de las edades de los espectadores
y sus ocupaciones. Y subrayo que mi teatro no es para los burgueses, porque, parafraseando
a Jose Martí, “con los pobres de la tierra yo quiero yo mi suerte echar”.
¿Financieramente quien los ayuda para este
montaje?
Creo que hay cinco ministerios y varios particulares.Está, por supuesto,
el Ministerio del Poder Popular para la Cultura
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