Hijo, madre y padre, no es difícil identificarlos. |
Sus padres catalanes lo trajeron a Caracas a
los 36 meses y 59 años después es todo un personaje con luz propia en los escenarios,
sets y platos venezolanos. En ese lapso estudió periodismo y se hizo actor. Casó con Julie
Restifo y engendraron a Jan y Josette. Y
es al cerrar este gozne 2015, tras destacar
con importantes y creativas sendas puestas en escena (La punta del iceberg de Antonio Tabares y Ni un pelo de tontas de
Sonia Chocrón), que Javier Vidal Prada respondió a nuestro interrogatorio sobre
su larga jornada de creación, cual humana maquina para hacer teatro.
¿Cuántas
direcciones a lo largo del 2015? ¿Satisfecho?
Fueron seis. Ni un pelo de tontas,
ópera prima de mi alumna Sonia Chocrón, reconocida poeta y narradora venezolana, donde
se destacó la periodista Marycarmen Sobrino, el promotor y actor Robert Chacón
y la promisoria actriz Michelle Taurel, en una producción de Alejandra Nali
(AENE Producciones). Con Hispanomedia dirigí la pieza más exitosa del año Venezolanos desesperados, una revista teatral,
firmada por Daniel Ferrer Cubillán, la cual recorrió todo el país, hizo
temporada en Caracas y se presentó en Ciudad de Panamá y Miami. Ambas seguirán en
temporada con la misma constelación de estrellas en
cartel. Un monólogo para Astrid Carolina Herrera, Corazón de seda, y Crónicas desquiciadas, de Indira Páez,
en el BOD, donde se destacó la pareja Alejandra Braun y Adrián Delgado. Con muy
poca resonancia estrené la pieza de Ernesto Caballero, Te quiero muñeca, con Charyl Chacón y Leonardo Aldana en el
Teatrex, en producción de Alberta Centeno. Cerré con broche de oro con la
premiada pieza La punta del iceberg de
Antonio Tabares, aporte de Jota Creativa Producciones, donde dirigí por primera
vez a toda mi familia: Julie, Jan y Josette junto a mi otra familia, la elegida:
Juan Carlos Gardié, Gonzalo Velutini y Gerardo Soto; en el Espacio Plural del Trasnocho,
bajo los auspicios de la Embajada de España.
Muchas fueron las anécdotas, pero me quedo con la reacción del público
en Miami, al final de la pieza Venezolanos
desesperados, donde con lágrimas reprimidas unas y otras no tanto, nos
decían como un ritornello, "Venezuela vale la pena, algún día
volveremos". Creo que ya deberían ir preparando las maletas. Los
necesitamos a todos.
¿Cuál es
su método de trabajo para las puestas en escena y con la dirección de los
actores? ¿Hasta dónde respeta a los autores?
De muy joven arrinconaba el texto frente a los demás códigos de la
escena. Hoy en día y desde hace muchos años, mi partida y base es el texto. El
texto marca mi metodología frente al género, estilo o estética que me dicta el
texto. En el teatro el texto es el dictador. Después podemos levantar nuestra
autoría escénica respetando el cuerpo y espíritu del texto y confrontándolo con
nuestro contexto. Con esa caja de resonancia que es el público. A los actores
lo que debo es inducirlos una vez coloco sobre la mesa la metodología de
búsquedas y encuentros. Reitero que el texto es el dictador porque para algunos
colegas el público se ha impuesto en esta dictadura de la comedia banal y
gráfica. Detesto el teatro didáctico y obvio que no da opción al público para
que en su pleno entretenimiento utilice su inteligencia e imaginación.
¿Qué le puede aconsejar a la actual, valiosa y valiente, generación
de relevo artístico, donde incluso sus hijos ya están bregando?
En el teatro soy un corredor de fondo y no entrego aún el testigo de
relevo. Corro junto a ellos aunque no tenga tanto pulmón como un joven de 25
años y muchos me pasen en velocidad quedando yo en la zaga... más no en la
reserva. De consejo ninguno salvo que sea un consejo el no dejar de ver, mirar
y observar; de oír y escuchar; de tocar músculos blandos y palpar duras
geometrías, de meter la lengua en orificios oscuros y saborear lo desconocido,
olfatear la brisa lenta; de no dejar de leer a nuestros interminables clásicos;
dejar de verse sus ombligos y estar conscientes que el agua tibia, aunque sea
nueva para ellos, ya fue inventada en tiempos precedentes a la era de Pericles.
El
teatro comercial, vive de la taquilla, tendrá durante este 2016 un costo
elevado en la boletería, ya que estará por encima de los mil bolívares la
entrada. ¿Eso alejará más a los espectadores? ¿Qué hacer?
El año que viene será una catástrofe económica nacional si no toman
previsiones desde los más altos poderes del Ejecutivo. Vivimos una
hiperinflación y el teatro no tiene coronita. Menos el que se mantiene desde la
taquilla... que es el mayoritario, si hablamos de teatro profesional. El
público necesita del teatro y en esta nueva crisis económica, en el marco de
una renovada fe en la democracia gracias al triunfo de los 112 diputados de la
oposición, puede que se produzca una síntesis pragmática que nos libere de los
reduccionismos y la básica sobrevivencia. El teatro es una necesidad de país y
por ende de Estado, y el público necesita de ese espacio público de
esparcimiento, de ocio. El público no va a trabajar cuando asiste al teatro. Va
a confrontarse con su yo, va a verse reflejado, iluminado, deformado, duplicado
como un espejo. El que trabaja es el cómico por trágico que parezca.
¿Y para el
2016 que ofrece?
Mucho movimiento y olfateo que algunos cambios, no sólo políticos. Ahora
en el poder no sólo hay enemigos... también hay aliados y eso puede cambiar
discursos. Jota Creativa tiene una participación en Microteatro con una versión
que hizo Jan Vidal-Restifo sobre una pieza corta de Max Aub (escritor español
de origen francés que se exilió en México); en el segundo semestre tenemos una
pieza también traducida y versionada por Jan que dirigirá Julie Restifo de
Lillian Hellman, Children's hour (Calumnia
infame) y en septiembre, conmemorando el aniversario de Isaac Chocrón, va su
magna pieza Escrito y Sellado donde
actuaré al lado de Gonzalo Velutini en el mismo papel que él interpretó en 1993
cuando la estrenó el maestro Ulive.
Julie también dirigirá un musical para Hispanomedia, Jóvenes
estrellas para marzo, y Hasta
el último trago para AENE
producciones en abril. Yo tengo a fuego lento la ópera prima de Valentina
Párraga también para AENE Producciones... y hay una sorpresa dramática sobre la
diversidad de género y la identidad familiar, de un cercano amigo con muchos
años escribiendo sobre teatro que se lanza en mares profundos. Y si el Theja se
anima este 2016, me montaré como actor en el drama histórico de José Simón
Escalona: Alzao, sobre la muerte de Rafael Simón Urbina, el
asesino del general Carlos Delgado Chalbaud. El primer semestre estaré en la
dirección artística de la telenovela de RCTV Internacional. Mucho movimiento.
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